Mahoma: ¿Quién fue? Historia, biografía, revelaciones y mucho más

Mahoma fue un profeta árabe, fundador de la religión musulmana, el Islam. Su nombre original pudo ser Ahmad y nació en La Meca, Arabia Saudita hoy día, posiblemente el 26 de abril del año 570 d.C. (ver artículo: Costumbres del Islam)

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Historia biográfica de Mahoma

Se conocen pocos datos de la vida de Mahoma, su nombre completo en idioma árabe sería así Abū l-Qāsim Muḥammad ibn ‘Abd Allāh ibn ‘Abd al-Muttalib ibn Hāšim al-Qurayšī. Provenía de una familia pobre de la tribu de Quraish, quedó huérfano a los seis años y su tío Abú Talib fue quien se encargó de él.

Era un hombre con escasa cultura, se dice incluso que no sabía leer ni escribir, pero eso no fue obstáculo para ser el fundador de una religión que serviría de base para toda una cultura a nivel mundial.

Mahoma contrajo matrimonio a los 25 años de edad con una viuda, a quien le trabajaba, llamada Jadicha o Jadiya, con quien tuvo seis hijos, Al-Qasim y Abdullah, ambos varones, murieron en la infancia en La Meca. Sus cuatro hijas se llamaban Zainab, Ruqayyah, Umm Kulzum y Fátima. Jadiya sería posteriormente la primera persona en aceptar el islam después de la revelación.

A sus 40 años se retiró al desierto, donde permanecía días enteros en una cueva ubicada en el monte Hira. Allí empezó la historia de Mahoma, de quien dicen es el último de los profetas, cuando creyó recibir la revelación de Dios (Alá), quien le habló a través del arcángel Gabriel, comunicándole el secreto de la verdadera fe. (ver artículo: Dios del Islam)

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Nacimiento de Mahoma

Al-Nabi Mawlid, así es conocido el Nacimiento de Mahoma en el Islam. El Mawlid es la celebración del nacimiento de un personaje divino, en este caso el profeta Mahoma.

Se inició en el siglo X en Egipto, como una festividad religiosa pero pronto surgieron algunas controversias teológicas. Unos la consideran una fiesta legítima pero otros la vieron como un aporte externo a la religión del Islam, considerándola una imitación de las celebraciones no musulmanas.

Practicas propicias para el día del Nacimiento de Mahoma

Es una fiesta de mucha importancia para los sufíes, se recuerda con gran intensidad al profeta Mahoma, fundador del Islam. El Nabi, el Anunciador, así lo conocen y recuerdan, quien mostró la senda hacia Allah (Alá), la luz que disipa las tinieblas.

Ese día se aprovecha para recordar y transmitir la historia de la juventud y vida del profeta, se organizan grupos de lecturas del Corán, oraciones e himnos. Se celebra como un día festivo, lleno de alegría, después de compartir en fiesta, se encienden velas y se entregan regalos a los niños. (ver artículo: Islam y el Corán)

Prédicas de Mahoma

A raíz de ese evento, Mahoma empezó a predicar lo que había escuchado, con el apoyo de su esposa Jadiya, presentándose como sucesor de los profetas monoteístas Abraham, Moisés y Jesucristo. Para ese entonces predicaba la vuelta a la religión de Abraham.

Fue ganando adeptos entre las masas urbanas más necesitadas y pobres, a la vez que se enemistaba con los pudientes o ricos. Al tener un gran número de seguidores, las autoridades lo empezaron a ver como una amenaza, contra el orden y las costumbres establecidas. Lo acusaron de impostor y así empezaron las persecuciones.

Algunos de sus seguidores huyeron a Abisinia,  Mahoma, como consecuencia de las amenazas recibidas, debió irse a Medina, el 16 de julio del año 622, luego de la muerte de Jadiya y de su tío Abú Talib en el año 619. A ese momento de la huida la llamaron la Hégira, establecida como fecha fundacional de la era islámica.

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Nueva religión

Estando en Medina, entró en contacto con la comunidad judía, quienes lo rechazaron por predicar de manera errónea las Sagradas Escrituras. Se dio cuenta entonces que su predicación estaba formando una nueva fe, no era la religión de Abraham. Así cambió la orientación de la oración, de Jerusalén a La Meca.

Mahoma fue rodeándose de gran cantidad de seguidores, quienes practicaban las razias contra las caravanas y las poblaciones aledañas, como medio de vida. Según la historia, estas escaramuzas, denominadas batallas, fueron descubriendo a los musulmanes la guerra santa, usando la fuerza para someter y convertir a los infieles. (ver artículo: Sagradas Escrituras católicas)

De este modo, Mahoma fue visto como un caudillo religioso en Medina y también como político y militar. Conquistó La Meca luego de serios enfrentamientos con Medina, ganando los mahometanos en el año 630, utilizando la presión militar, negociaciones políticas y enlaces matrimoniales por conveniencia. Mahoma llegó a casarse con 12 mujeres, con nueve al mismo tiempo.

Se considera que Mahoma fue el creador de la teología islámica, la cual quedó reflejada en el Corán, el único libro sagrado de los musulmanes, que consiste en una colección de sentencias inspiradas, supuestamente, por Alá y que fueron recopiladas en vida por el profeta hacia el año 650 d.C.

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Muerte de Mahoma

El 8 de junio del año 632, a sus 62 años, en Medina, actual Arabia Saudita, falleció Mahoma, uno de los líderes religiosos y políticos más influyentes de la historia. Nacido en La Meca, cerca del año 570, según algunas fuentes.

Su vida como comerciante, sin demasiadas complicaciones, transcurrió normalmente hasta cumplir los 40 años de edad. Ocurrió que mientras estaba en una cueva del monte Hira, al norte de la Meca, año 610 d.C., tuvo una visión o un sueño que cambió radicalmente su vida.

Según se cuenta, se le apareció un ángel, San Gabriel o Arcángel Gabriel, como intermediario de Dios, quien le ordenó que se convirtiera en el profeta árabe de la “verdadera religión”. Comenzaron una serie de revelaciones, las cuales fueron recogidas en el Corán, con ayuda de otros colaboradores.

Con ellas se fundó la religión islámica. Se dice que Mahoma fue el “sello de los profetas”, el último de la tradición judeo-cristiana. Combinó la teología de las religiones más antiguas con nuevas doctrinas. En el año 622 ya tenía gran cantidad de seguidores en La Meca.

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¿Cómo murió Mahoma?

En Sahih Muslim, hay una tradición famosa, la cual fue narrada por Abbas, en la que dice:

“Tres días antes de la muerte del Profeta, Umar ibn al-Khattab y otros compañeros estaban presentes a su lado. El Profeta dijo, “Ahora déjenme escribir algo por medio de lo cual no se extraviaran después de mí”. Umar dijo, “El Profeta delira por la enfermedad; ustedes tienen el Qurán, el Libro de Dios, lo cual es suficiente para nosotros”.

Estas palabras causaron furor entre los que estaban presentes. Algunos dijeron que la orden del Profeta debía ser obedecida y que lo dejaran escribir lo que quería escribir para la guía. Otros de los presentes apoyaron a Umar.

Cuando se intensificó la tensión, el Profeta dijo molesto, “Aléjense de mí”. Ibn Abbas siempre dijo que aquello había sido un infortunio, ese conflicto y ruido generado por el testamento, que el profeta Mahoma quiso escribir y no pudo hacer.

Mientras tanto, en la narración de Saeed Ibn Yubair se registra de la siguiente manera en el Sahih Bukhari:

Ibn Abbas dijo: “Que día tan miserable fue ese Jueves!” llorando con gran amargura, tanto que sus lágrimas mojaron las piedras. Cuando se intensificó la enfermedad del profeta, éste dijo: “Denme algo en que escribir algo por medio de lo cual nunca se desviarán después de mi”.

Hubo discusiones y enfrentamientos entre los presentes sobre tal asunto, dijeron que el profeta sólo estaba delirando y Mahoma gritó: “¡Aléjense de mí! Estoy más cuerdo que todos ustedes”.

¿A quién llamó Mahoma antes de morir?

En Rawdatul-ahbab se menciona que el Profeta le dijo a Fátima, “Tráeme a tus hijos”. Así Fátima llevó a sus nietos Hasan y Husein, donde estaba el Profeta. Ambos saludaron al Profeta y se sentaron a su lado, llorando al presenciar la agonía de su padre, haciendo que la gente que los vio llorar no pudieran controlar sus lágrimas.

Hasan posó su rostro sobre el rostro del Profeta y Husein hizo lo propio sobre el pecho del Profeta. Éste los besó amorosamente y encomendó a los presentes el amor y respeto por ellos. Se dice que todos los compañeros que estaban presentes, al ver cómo Hasan y Husein lloraban en voz tan alta, vieron que Mahoma no pudo controlar sus lágrimas de tanto dolor y tristeza.

Luego el profeta dijo, “Llamen a mi amado hermano Ali”. Al llegar Ali  se sentó cerca de la cabeza del Profeta. Cuando éste levantó su cabeza, Ali se movió al lado y sosteniéndole la cabeza, la descansó sobre su propio regazo. Entonces el Profeta dijo:

“Oh Ali, he tomado prestada cierta cantidad de tal Judío para los gastos del ejército de Usama. Fíjate de que se le pague. Y ¡O Ali! Serás la primera persona que me alcance en la fuente celestial de Kauzar. Tendrás problemas después de mi muerte. Debes soportar con paciencia y cuando veas que la gente prefiera la lujuria de este mundo, debes preferir la otra vida.”

Versiones sobre sus últimos minutos

Esta siguiente cita está escrita en Khsai’s de Nasa’i de Ummu Salama:

“Por Dios, la persona más cercana al Profeta en el momento de su muerte fue Ali. Temprano en la mañana del día de su muerte, el Profeta llamó a Ali quien se encontraba haciendo una diligencia. Preguntó por Ali tres veces antes de que este regresara. Sin embargo, Ali llegó antes del amanecer. Pensando en que el Profeta necesitaría algo de privacidad con Ali, nos retiramos…

…Yo fui la última en salir; por lo tanto, me senté más cerca de la puerta que las otras mujeres. Vi que Ali bajó su cabeza hacia el Profeta y el Profeta susurró a su oído (durante un rato) Por lo tanto Ali es la única persona que estuvo cerca del Profeta hasta el final.”

De igual modo, al-Hakim, relata en su Mustadrak que:

“El Profeta confió en Ali hasta el último momento de su muerte. Luego dio su último suspiro”.

Ibn al-Wardi señaló que las personas responsables de darle el baño mortuorio a Mahoma eran:

“Ali, Abbas, Fazl Quzam, Usama y Shaqran. Abbas, Fazl y Quzam voltearon en cuerpo. Usama y Shaqran colocaron agua, y Ali lavó su cuerpo.”

Tarikh al-Khamis añadió lo siguiente:

“Abbas, Fazl y Quzam voltearon el cuerpo de un lado al otro, mientras Usama y Shaqran le echaban agua”.

Ibn Sa´d narró, por su parte, lo siguiente en su Tabaqat:

“Ali narró que el Profeta había ordenado que si alguien aparte de Ali mismo le realizaba el baño, se habría ido ciego”.

Puerta de la tumba de Mahoma

Tumba del profeta Mahoma

La Mezquita del Profeta Mahoma está ubicada en Medina, Arabia Saudita. Es la segunda mezquita más sagrada del Islam, entre la Gran Mezquita en La Meca y Al-Aqsa. Originalmente la mezquita fue diseñada y construida por Mahoma y luego los siguientes califas la aumentaron y decoraron a su manera.

La primera no era muy grande, era una pequeña parte de la mezquita actual. La última renovación fue durante el mandato del rey Fahd, allí está enterrado el cuerpo de Mahoma.

En la actualidad, este templo cuenta con un espacio de 16.500 metros cuadrados y tiene una capacidad para 550.000 fieles; existe un nuevo proyecto de remodelación que aumentará la superficie a 98.500 mts2  y capacidad para 1,8 millones de fieles creyentes. Sería la cuarta remodelación sufrida por la mezquita.

Hay otro plan propuesto por los saudíes que podría destruir la tumba del profeta Mahoma, uno de los santuarios más sagrados del Islam. Consiste en mover su cuerpo a una tumba anónima, algo que para los expertos, supondría una estimulación a la discordia en el mundo musulmán, información aparecida en el diario británico “The Independent”.

Entre los datos revelados está la posible destrucción de las cámaras de seguridad ubicadas alrededor de la mezquita, para así poder retirar el cuerpo del profeta Mahoma.

Matrimonios de Mahoma

Mahoma tuvo un total de 11 esposas legales a lo largo de su vida, además de dos concubinatos, naciendo uno de sus hijos, Ibrahim, de uno de éstos últimos. Estos matrimonios ocurrieron casi paralelamente con el nacimiento del Islam y la biografía del profeta Mahoma.

No había una normativa sobre el matrimonio islámico y esas uniones seguían la costumbre de la Arabia preislámica tribal, es decir, el vínculo matrimonial se usaba para establecer alianzas políticas, fortaleciendo familias y clanes.

No había un límite de esposas y el varón tomaba todas las decisiones y responsabilidades.

Por tanto, un hombre se podía casar con dos hermanas al mismo tiempo, con el justificativo de garantizar la protección de la mujer, así como podía casarse con las esposas de sus padres, en caso de que se divorciaran o enviudaran. Se acostumbraba llevar a las esposas a las batallas, cuando enviudaban eran parte del botín y se pagaba rescate por ellas o quedaban como rehenes.

Ese tipo de matrimonio fue muy frecuente en el profeta Mahoma, se casó con mujeres de edad y ascendencias distintas. El caso de Aisa, una niña aún, hasta viudas, repudiadas, divorciadas, capturadas en batallas y liberadas. Había mujeres de ascendencia judía o copta.

Jadiya fue la más conocida, había enviudado dos veces y tenía una posición económica acomodada, quedando Mahoma con todas sus caravanas.

Jadiya

Ella tenía 40 años y Mahoma 25 cuando contrajeron matrimonio, siendo Jadiya una mujer fundamental en la vida del profeta, además de que le ayudó económicamente en gran medida. Con Jadiya tuvo cinco hijos y fue la primera convertida al Islam, era una mujer fuerte, sabia y leal, según la describen los textos.

Mahoma cuando estuvo con ella no tomó a ninguna otra mujer, la acompañó hasta su muerte en el año 619 d.C., tres años antes de la Hégira.

Sawda, Aisa, Hafsa…

Sawda fue su segunda esposa, era del grupo de inmigrantes musulmanes a Abisinia. Al volver a La Meca enviudó y quedó con un hijo. Mahoma tenía 50 años cuando se casó con ella. Su tercera esposa fue Aisa, hija de Abu Bakr As Saddiq, compañero fiel de Mahoma. Era una niña de diez años y se casó con Mahoma cuando éste tenía 55 años.

Ese matrimonio se consumó cuando ella llegó a la adolescencia, ese era un hábito en Arabia preislámica, sobre todo en miembros de la misma familia. La recuerdan por su gran inteligencia y habilidad política, no tuvo hijos y enviudó a los 18 años, no pudiéndose casar con nadie más. Murió en el año 678 d.C.

Otras esposas

Según datos históricos, Hafsa fue una de las esposas preferidas de Mahoma. Hafsa se casó luego de enviudar en el 625 d.C. y falleció en el 665 d.C. Luego vino Zaynab bint Juzayma quien había sido casada con dos primos de Mahoma, en dos ocasiones.

Al enviudar se casó con Mahoma y ese matrimonio sólo duró cuatro meses; era una mujer muy caritativa y dejó profundas huellas en los seguidores de Mahoma. Tres años después de eso, el profeta contrajo nupcias con Maymunah, hermanastra de Zaynab y quien tenía dos matrimonios anteriores.

Umm Salma era casada con Abu Salamah, primo de Mahoma, se casó con Mahoma al enviudar. Ramla era hija de Abu Sufian, quien era adverso al profeta. Fue abandonada por su marido en tierras extrañas y dicen que perdió todo por haber abrazado al Islam, sus padres, su tribu y su casa. Mahoma, conmovido por su fidelidad la tomó por esposa en el año siete de la hégira.

Yuwayriyya enviudó a los 20 años de Musafi Ibn Safwan, caído en la batalla de al-Muraysi, fue una de las dos mujeres rescatadas, que fueron sus últimas esposas legales. Fue rescatada por Mahoma, quien pagó la cifra que pidieron sus captores, convirtiéndola en su esposa en el año seis de la hégira.

Igual pasó con Safiyya bint Huyyay, quien tenía ascendencia judía, lo que permitió a Mahoma un acercamiento con ese grupo religioso.

Concubinatos

Los dos concubinatos fueron con Rayana, también judía, de la tribu Qurayz de Medina. Ella formó parte del botín de los musulmanes que ganaron en el año cinco de la hégira. Mariya, copta, fue regalada a Mahoma por el jefe de los coptos egipcios. Tuvo el único hijo varón de Mahoma, llamada Ibrahim, pero que falleció siendo aún un niño.

Muchas fuentes alegan que Mahoma se casó entre 9 y 20 veces.

Mahoma y Aisa

A’ishah bint Abi Bakr (613/14 d. C.-16 de julio de 678 d. C.) ​ fue una de las esposas de Mahoma y jugó un papel importante tanto en la vida de Mahoma como después de su muerte. Tuvo gran actividad en los eventos e importante testimonio de muchos otros.

Así mismo, en la historia del Islam, contribuyó a su crecimiento, desarrollo y definición de esa religión. Fue conocida también como una importante consultora política y religiosa.

Al morir Mahoma, Aisa se dedicó a propagar su mensaje, estuvo presente a través de los reinados de los primeros Califas. Su padre fue el primer califa en suceder a Mahoma. Mientras reinaba el tercer Califa, ella se rebeló, ya que no aprobaba las prácticas del Uthman Ibn Affan.

Mahoma tenía 52 años y Aisa 10, cuando contrajeron matrimonio, y según algunas fuentes, consumaron sexualmente su matrimonio. Mahoma siguió las costumbres árabes referidas al casamiento, con niñas que tuvieran su primer ciclo menstrual.

Esto fue algo que Mahoma dejó en sus enseñanzas, que una niña es considerada adulta luego de su primera menstruación, siendo apta para el matrimonio y las relaciones sexuales. Son temas bastantes álgidos en cualquier otra cultura, teniendo en cuenta que pueden conducir a graves daños físicos y psicológicos en las niñas.

Es cuestionable esta actitud del profeta y fundador del islam, proclamado como profeta de Dios, pero más criticable es la enseñanza que dejó, ya que su modelo de vida es algo sagrado para sus seguidores. El detalle está en que Mahoma vivió en otra época y otra cultura, la árabe, donde esa tradición existía desde mucho antes de que Mahoma viviera.

Alí, yerno de Mahoma

Era a la vez primo y yerno de Mahoma por estar casado con su hija Fátima az-Zahra. Alí, siempre apoyando a Mahoma, participó en las primeras batallas del Islam. Se dice que Mahoma le entregó su espada Dhu’l-faqar en la batalla de Uhud (año 625), al haberse quedado Alí sin armas en sus contínuos combates.

Al morir Mahoma, Alí perdió la sucesión frente a Abú Bakr, quien estaba apoyado por Omar, el segundo califa. Éste sostenía que primeramente estaban los compañeros de Mahoma, contradiciendo el criterio de consanguinidad que defendía Alí.

Luego del asesinato de Utmán, Alí ascendió al califato y se dividió por vez primera a los musulmanes. Los chiítas apoyaban a Alí y los sunitas eran partidarios de la Sunna o tradición ortodoxa, la que era encarnada por los Omeyas. Estando Alí en el poder ocurre la primera guerra civil (año 656 d.C.), dándose la “Batalla del camello”, la cual ganaron Alí y sus seguidores.

Muerte de Alí

El grupo radical de los jariyíes, los que abogaban por la igualdad entre todos los musulmanes, sea cual fuera su origen, se opuso al nuevo califa. Entonces, el Islam se dividió en tres grupos irreconciliables. Alí se ocupó más de mantener su poder y sus conquistas fueron pocas.

No encontró apoyo en Medina ni en La Meca, por lo que tuvo que trasladar la capital del califato a Kufa (hoy Irak). En el año 661 asesinaron a Alí, se dice que fue un jariyí, dándole poder a los Omeyas, quienes tomaron el poder a través de Mu- Awiya I o Moavia, familiar de Utmán y valí de Siria (661-680).

Alí murió traicionado y asesinado en el 661, sus seguidores se reagruparon en torno a sus dos hijos, Hasan y Husayn, haciéndose llamar chiítas o shías. Los enfrentamientos entre los chiítas y los jarayíes fue de gran impacto e importancia en la historia del Islam. Según los chiítas Alí está enterrado en Al-Najaf, actual Irak.

Abu Tálib, Tío de Mahoma

Abu Ṭālib ibn ‘Abd al-Muṭṭalib (c. 539 – c. 619) fue muy respetado en La Meca, tío paterno del profeta Mahoma. Al morir el abuelo de Mahoma, quien se había encargado del niño huérfano, quien se quedó a cargo fue Abu Tálib.

Aun cuando Abu no tenía riquezas ni condiciones económicas favorables, se responsabilizó del niño gracias a su generosidad. Mahoma adoraba a su tío y su tío también quería mucho al niño. Abu Tálib era un poeta y muchos de los poemas en apoyo a Mahoma son atribuidos a él.

Hay un gran debate entre los eruditos musulmanes sobre si murió siendo musulmán o un no musulmán. Cierta vez el tío Abu debía ir a una expedición comercial y Mahoma lloró tanto por ver partir a su tío, que éste finalmente decidió llevarlo y dijo: «Por Dios lo llevaré conmigo, y nunca deberemos separarnos el uno del otro».

Estando adulto, Mahoma vio que Abu Tálib estaba afrontando problemas financieros luego de una sequía severa. Entonces decidió encargarse de uno de los hijos de Abu Tálib y le dijo a Al-Abbás para que hiciera lo mismo. Abu Tálib estuvo de acuerdo y se quedó con su hijo predilecto, Aquíl. Al-Abbás tomó a Ya’far y Mahoma se quedó con Alí.

A poco más de 80 años de edad, aproximadamente, murió Abū Ṭālib (año 619 d.C.), 10 años después de que Mahoma recibiera la revelación. Ese mismo año también murió Jadiya, la esposa de Mahoma, un mes después que el tío Abu, siendo conocido como el año de la tristeza.

¿Abu Tálib murió musulmán?

Antes de morir Abu Tálib, Mahoma le pidió pronunciar la Shahada, cosa que Abu no quiso hacer porque el Quraysh, estando presente, se burlaría y lo acusaría de haber hecho eso por temor a la muerte. Otra versión o tradición dice que Abu Tálib fue disuadido de decir la shahada por el Quraysh, pero historiadores aseguran que esta es una modificación de la primera versión más antigua.

Otra más narra que Al-Abbás estaba sentado junto a Abu Tálib al momento de su muerte, Abu movía sus labios. Al-Abbás le reclamó que había dicho la shahada y Mahoma le dijo que no lo había oído. Esta situación hizo que los musulmanes la tomaran como una prueba de que Abu Tálib había muerto musulmán. Pero la mayoría de las fuentes declaran que murió siendo un pagano.

Después de morir Abu Tálib, el profeta Mahoma quedó desprotegido. El sucesor de Abu no lo protegió y Mahoma junto a sus seguidores fueron objeto de persecuciones más intensas.

De hecho, Mahoma exclamó: «¡Por Dios!, los Quraysh nunca me hicieron tanto daño como después de la muerte de Abu Tálib». Hubo que trasladar a los primeros musulmanes a Medina, por la persecución que estaban afrontando.

Si la montaña no va a Mahoma…

Mahoma va a la montaña…es un dicho muy popular y antiguo, repetido por nuestros familiares más ancianos. Su origen se remonta al año 1597, esta expresión fue publicada en el libro “Essayes: Religious Meditations. Places of Perswasion and Disswasion. Seene and Allowed” (en español, “Ensayos sobre moral y política”), del autor Francis Bacon, célebre filósofo inglés. Es totalmente falso que Mahoma haya expresado esa oración.

Este libro consistía en una serie de aforismos y en el capítulo XII hay una fábula referida a Mahoma, en la que aparece literalmente la expresión: ‘If the hill will not come to Mahomet, Mahomet will go to the hill’ (“Si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña”), que se puede interpretar como una recomendación de que hay que tomar la iniciativa en algún asunto de interés, no esperar a que suceda por sí solo.

A partir de allí la máxima se hizo ampliamente famosa y muy difundida, aunque siempre se ha pensado que el autor fue Mahoma, pero en realidad es de Francis Bacon.

Mahoma y el cristianismo

El islam admite a todos los profetas, haciendo sus distinciones, obviamente, en carácter de importancia, pero los contempla bajo el mismo concepto, son portadores del mismo y único mensaje. Jesús es uno de esos profetas, pero ¿los cristianos también piensan lo mismo que los musulmanes?

https://youtu.be/nUCh76dIg_I

¿Cómo lo ven los musulmanes?

En el Corán se mencionan muchos profetas, los cuales fueron enviados por Dios a través de los siglos. Jesús es uno de los más respetados profetas y para los musulmanes Mahoma es el último de ellos, que cierra y concluye la sucesión.

La fe musulmana, por ende, profesa que en la revelación coránica está el criterio de la verdad sobre todas las cuestiones religiosas. Ellos se ofenden cuando los cristianos niegan el hecho de que Mahoma sea un profeta, con ello también están negando el valor religioso, espiritual y místico del Islam.

Como consecuencia, también están rechazando la vida religiosa de los musulmanes en general y eso es un insulto para los musulmanes que desde su más tierna edad aprendieron a respetar y amar a Mahoma. Estas diferencias se ven reflejadas cuando dialogan con un musulmán y tienen la percepción de que Mahoma, a veces es considerado como un mentiroso y/o un impostor.

El Corán se enfoca especialmente en tres profetas. Protagonistas en numerosos relatos, que muchas veces se parecen bastante a las versiones encontradas en la Biblia, y en otras difieren considerablemente.

Tres profetas…

Abrahán, obedeciendo a Dios, está dispuesto a sacrificar a su hijo, Ismael para los musulmanes, Isaac para la Biblia. Recibe y saluda a los ángeles que Dios le envió, modelo íntegro de fe monoteísta; junto a su hijo Ismael purifica a los habitantes de La Meca y coloca la piedra fundacional de la Kaaba. Abrahán creó las oraciones y suscitó el espíritu de la Hajj, es decir, la peregrinación prescrita en el Corán. (ver artíulo: Quien es Moisés, el profeta)

Moisés, el otro profeta, es salvado de las aguas del Nilo y fue criado en la corte del Faraón. Con ayuda de su hermano Aarón consigue liberar a su pueblo y dejar salir de Egipto. Dios le habló en el Sinaí, después de cruzar el mar Rojo, recibiendo la Torá, conocida como los cinco libros de Moisés.

Jesús recibió de Dios el evangelio, predica el monoteísmo en Israel, hace milagros: revela pensamientos secretos, cura enfermos graves, le dio vida a un pájaro de barro, resucita muertos…Aguantó la hostilidad de los judíos, a quienes se acusa de haberlo crucificado.

Los musulmanes afirman que Dios subió a Jesús a los cielos, antes de que los judíos pudieran lograr su objetivo, así que Jesús volverá al final de los tiempos y proclamará que el Islam es la verdadera religión.

Anunció la llegada del último de los profetas, llamado Ahmad, nombre equivalente a Mahoma. Esta es la teoría de ellos. Jesús es la Palabra de Dios y el Espíritu de Dios, pero no es el Hijo de Dios, mucho menos Dios.

Mahoma es el sello de los profetas, nacido 570 años después de Cristo, en La Meca. La vida y comportamiento del profeta, plasmada en el Corán, es un modelo de existencia para todos los musulmanes.

Coincidencias entre profetas

Es importante resaltar lo significativo que resulta que muchas historias de los profetas sigan el mismo modelo que narra el Corán:

– Dios elige a un profeta de entre la gente de su pueblo;

– el profeta habla la lengua de su pueblo;

– proclama que sólo existe un único Dios (al igual que enseñan todos los profetas);

– sufre la hostilidad de su pueblo, persecuciones y amenazas de muerte;

– Dios salva al enviado y castiga a los infieles.

Este modelo coincide totalmente con la experiencia vivida por Mahoma, relacionado en el Corán con los relatos de los profetas precursores. El Jesús del Corán, Mahoma, se encargó de predicar el monoteísmo y rechazó la idea de que él y su madre fueran divinidades al igual que Alá.

Óptica cristiana

Jesucristo es quien inicia y consuma la fe. El don divino de la profecía es esencial en la tradición bíblica, tanto en el Antiguo como el Nuevo Testamento. Su punto culminante es Cristo, quien representa la palabra de Dios en forma humana y el profeta por excelencia.

Esta profecía tiene continuidad en la Iglesia, la cual seguirá siendo profética hasta el final de todos los tiempos, tanto a través de la enseñanza como en su vida como pueblo de Dios, siempre inspirada en el Espíritu Santo.

Claude Geffré, profesor en el Instituto Católico de París, cierta vez dijo públicamente que la revelación transmitida a Mahoma era una Palabra de Dios, pero Cristo, que es “más profeta” es él mismo la Palabra de Dios.

Los teólogos del Group de Recherche Islamo-Chrétien (GRIC), fundado en 1977, sostienen que en el Corán hay una palabra de Dios, la cual es auténtica pero diferente de la Palabra de Dios en Jesucristo. Tanto las diferencias como las contradicciones, se deben considerar como resultado de la mediación humana, por donde, invariable e inevitablemente, debe pasar la palabra de Dios.

¿Qué dice el Concilio Vaticano?

En tanto, los teólogos de otras tradiciones cristianas, invitan a los cristianos a admitir que Mahoma era verdaderamente un profeta, manteniendo paralelamente que Jesús es más que un profeta.

El Concilio Vaticano II no se ha manifestado de manera definitiva sobre el asunto, pero se abrió hacia el reconocimiento del Islam por parte de la Iglesia, pero no menciona el nombre de Mahoma.

Declaró: «la Iglesia mira a los musulmanes con estima», mencionando algunas doctrinas y ritos islámicos aceptados y estimados, pero no niega las diferencias esenciales.

Las veces que se han encontrado los musulmanes con los papas Pablo VI y Juan Pablo II, se han favorecido los lazos de fraternidad en el seno de la fe de un único Dios.

Impactantes fueron las alocuciones de Juan Pablo II cuando se dirigió a los cristianos de Turquía, en Ankara (Noviembre, 1979) y a los musulmanes en Casa Blanca (Agosto, 1985), hablando sobre una genuina fraternidad espiritual entre el cristianismo y el islam.

Jesús y Mahoma

El nombre “Jesucristo” tiene su origen en el término hebreo “Yeshua”, cuyo significado es “Salvador” y “Cristo”, que a su vez proviene de la palabra griega “Mesías” que significa “Ungido”. Mahoma significa “el alabado” o “el exaltado”. Jesús nació en Belén (año 4 a.C) hijo de María (en forma divina) y de José.

Mahoma nació en Aminah, cerca de La Meca (750 d.C.) y fue criado por su madre Halina, su abuelo y después por su tío Abu Tálib, ya que quedó huérfano de padre y madre a temprana edad.

Jesús fue carpintero en sus primeros años, junto a su padre “adoptivo” en Nazaret, mientras que Mahoma fue pastor y más tarde se convirtió en líder de caravanas.

Jesús hablaba arameo y hebreo, sabía leer y escribir, nunca se casó y murió crucificado en Jerusalén, a los 33 años de edad. Mahoma era analfabeto, según algunas versiones, por lo que sus seguidores fueron los que escribieron las revelaciones, dichos y actos.

Se casó con por lo menos 15 mujeres y tuvo seis hijos; murió en Medina, a los 62 años de edad, como consecuencia de una neumonía, aunque otra versión alega que fue envenenado por una mujer judía, según confesión de su esposa más joven, la niña de nueve años de edad.

Jesús y el Corán

A Jesús lo mencionan en el Corán en 93 versos o ayas y en 15 capítulos o suras. En uno de ellos Mahoma dice que Jesús fue enviado por Alá para ser el Mesías (Sura 3:46), que nació de manera milagrosa por medio de la Virgen María y que trajo el Evangelio; murió y fue resucitado, subió al Cielo donde esperará el día del Juicio Final para volver a la tierra.

Según las tradiciones musulmanas, Mahoma está enterrado en Arabia Saudita, no sabiendo si sería juzgado de manera digna para entrar al Paraíso y Jesús está vivo junto a Dios en el Cielo.

Lucas 2:52 manifiesta en la Biblia que Jesús no fue normal como cualquier otro humano. Desde niño se dirigió a la multitud diciendo que Él era un siervo y profeta de Alá (así lo dice el Corán).

En el Corán destacan que Jesús siendo un niño se identificaba a sí mismo como profeta e implícitamente se aparta de lo que es ser un humano normal. Mientras tanto, los musulmanes creen que Mahoma es el “sello de los profetas” y por eso es el más grande y último de los profetas.

Jesús obró grandes milagros, algunos se mencionan en el Corán, también predijo la venida de Mahoma, según los musulmanes. “Para que constaten que soy un apóstol de Dios, les anuncio que otro apóstol vendrá después de mí, cuyo nombre será Ahmad” (Sura 61:7).

Ahmad, para los musulmanes es Mahoma. Sin embargo, de Mahoma no hay ningún milagro que resaltar, él mismo decía que sólo era un apóstol, no un hacedor de milagros. Aunque algunas tradiciones, tiempo después, dijeron que sí había hecho algunos milagros, pero no especificaron cuáles eran.

Mahoma y el Corán

Las revelaciones de Mahoma en el Corán, libro sagrado de los musulmanes, enseñan que:

  • A Jesús lo envió Alá, apoyado en el Espíritu Santo, para así comunicar al mundo su voluntad.
  • Alá exaltó y apoyó a Jesús sobre todos, con el Espíritu Santo, para dar prueba de su soberanía.
  • Para que Juan pudiera anunciar la venida de Jesús como el Mesías, Alá hizo que Juan El Bautista naciera milagrosamente, tomando en cuenta que su madre era estéril.
  • María, la madre Virgen de Jesús, fue escogida por Alá para que fuera la madre de Jesús, el Mesías.
  • Jesús estaría libre de pecado durante toda su vida.
  • Debía Jesús resucitar de entre los muertos.
  • Sería crucificado y aparecería muerto para ser tomado por el propio Alá.
  • Deben creer en Jesús, por ser el mensajero de Alá.
  • Alá mandó a Jesús a establecer su propia religión, luego de enseñársela.
  • También mandó a Jesús a seguir a los otros profetas. Le dio el Evangelio y también le dio compasión y piedad en los corazones a quienes lo siguieran.
  • También Alá reforzó a los judíos que creyeron en Jesús para que vencieran a quienes dudaban.
  • A los líderes religiosos que tergiversaron y pervirtieron el mensaje de Jesús y los profetas, fueron condenados por Alá.
  • Antes del profeta Mahoma, Alá había revelado la Torá y el Evangelio, haría milagros a través de Jesús y lo convertiría en un mensajero para Israel.

Estas son algunas de las enseñanzas del Corán de los musulmanes.

Mahoma y el arcángel Gabriel

En la compilación de los hadices está el primer milagro narrado sobre Mahoma. El mismo cuenta que el Arcángel Gabriel cuando descendió y se le apareció a Mahoma le abrió su pecho y le sacó su corazón. De allí extrajo un coágulo negro y le dijo: «Esta era la parte por donde Satán podría seducirte».

De inmediato lo lavó con agua del pozo de Zamzam, dentro de un recipiente de oro y devolvió el corazón al pecho de Mahoma. Había unos niños que al ver lo sucedido corrieron hacia su nodriza y le dijeron: «Mahoma ha sido asesinado» y cuando fueron a ver descubrieron que seguía vivo.

Este acontecimiento es interpretado por los musulmanes, como una protección para que Mahoma se apartara de la adoración de los ídolos,  pudiendo ser la razón por la que lo devolvieron a su madre.

La Hégira

En La Meca, esa pequeña comunidad musulmana, la vida no solo era difícil, también era muy peligrosa. Se cometieron varios atentados contra Mahoma que lo hizo finalmente mudarse a Yazrib, hoy Medina, en el año 622, donde había gran número de sus seguidores.

Debió romper con sus vínculos tribales y familiares, pero reconoció que no eran más valiosos que su compromiso con el Islam, algo verdaderamente revolucionario, en la sociedad tribal de Arabia.

El calendario islámico marca el principio del año cuando ocurrió la migración a Medina, llamada Hégira, por lo que las fechas musulmanas llevan el prefijo AH, que significa Año de la Hégira.

Cuando llegó a Medina fungió como mediador, para resolver las querellas entre los bandos de Aws y Khazraj, ambos árabes. Pudo hacerlo absorbiendo a ambos grupos en la comunidad musulmana y estableciendo reglas, entre las que estaba prohibir el derramamiento de sangre de musulmanes.

Pero en Medina también vivían tribus judías, que no querían reconocer a Mahoma como el profeta. Se dice que esta fue la razón por la que Mahoma tuvo que cambiar la dirección de la alquibla, es decir, donde rezan los musulmanes, del templo de Jerusalén a la Kaaba, en La Meca.

Mahoma redactó la Constitución de Medina en el año 622-623 d.C., en la que se especifican los términos en que otros grupos, sobre todo los judíos, podían vivir dentro del nuevo estado islámico.

Los judíos y cristianos podían mantener su religión mediante el pago de un tributo, pero no lo podían hacer los practicantes de religiones paganas. De esta manera, se tipificó la relación entre los musulmanes y los dhimmis, algo que estabilizó a los califatos árabes.

Mahoma y Carlomagno

En la historiografía, el fin de la Antigüedad Clásica y el comienzo de la Alta Edad Media, está marcado en la caída del Imperio Romano, en el año 476 d.C.

Luego de eso, hasta la frontera política, social y cultural que logró la civilización cristiana medieval, en el año 1000 aproximadamente de nuestra era, el milenarismo. En ese período tres imperios lucharon por la supremacía: el bizantino, el islámico y el carolingio.

Había dos personajes claves para comprender esos siglos: Carlomagno y Mahoma.

El Imperio Romano de Occidente había caído, pero la población romana absorbió a los pueblos germanos que la invadieron. Se formó una fusión cultural, es decir, la civilización no había mermado. Roma era la cuna de la civilización.

La Iglesia Católica tomó como modelo de organización al imperio y basó su derecho canónico en el derecho romano. Los reinos germanos independientes, como los visigodos en España, los francos merovingios en Francia y los ostrogodos en Italia, adoptaron la religión y la lengua de la población romana.

Carlomagno

Un nuevo Imperio

En el siglo V, los Francos, se cristianizaron por su Rey Clodoveo, los visigodos dieron lugar a la primacía franca en Europa occidental y de la dinastía palaciega, surgió el primer Emperador del medioevo: Carlomagno. Aún se disputa la fecha de nacimiento y lugar de la frontera entre Francia y Alemania, desde los años 742 y 748.

Cuando se consolidó el Reino Franco, del año 772 al 790, pudo retomar Italia, el norte de España y Alemania del este. El 25 de diciembre de ese año lo nombraron «Imperator Romanorum», logrando restaurar de manera efímera el Imperio Romano de Occidente en el año 800.

Este imperio no tiene por capital a Roma sino a Aquisgrán, con dominio del elemento bárbaro, intentando someter a los pueblos a su autoridad, pero aquella comunidad se consideraba un único pueblo: el pueblo cristiano.

Así nació Europa, limitada y frágil, pero con el tiempo sobreviviría al imperio que le dio vida.

Mahoma

Esta nueva Europa cristiana conocería prontamente a un rival político: el Islam. La aparición de Mahoma y el islam cambió las fuerzas en el mediterráneo. El éxito se debió al retiro por agotamiento de dos imperios, el bizantino y el persa, debido a la larga lucha que habían enfrentado.

Antes del advenimiento del profeta, la península arábiga, origen del islam, tenía una organización tribal nómada.

«Si la grandeza del propósito, la pequeñez de los medios y la inmensidad de los resultados son las tres medidas del genio del hombre, ¿quién osará compararse humanamente en la historia moderna con Mahoma?» Cita de Alphonse de Lamartine, político y retórico francés, refiriéndose al carácter excepcional de la gesta conquistadora de Mahoma.

La expansión del islam se inició cuando el profeta rompió con el politeísmo y la idolatría que dominaba Arabia, predicando el mensaje de Alá. Todo empezó con la Hégira, la migración sobre los territorios árabes, de La Meca a Medina, en el año 622.

En el año 624 Mahoma dirige a 300 guerreros al asalto de una caravana de mercaderes que iban hacia La Meca. Su dominio empezó cuando ganó la batalla de Badr, derrotando al ejército politeísta.

La Meca

Es la capital de la Provincia Occidental, en Makoraba, actual Arabia Saudita. Está en la región del Hiyaz, oeste de la península arábiga y este de Yeda. Está considerado el centro de peregrinación al que van todos los musulmanes que practican el islam. Durante el mes de peregrinación, todos los musulmanes del mundo van a La Meca, par cumplir con la peregrinación establecida por Mahoma en el Corán.

Jesús, Buda y Krishna

Buda, personaje de la antigüedad que dejó un legado en el mundo, haya existido o no, pero su nombre ha trascendido a través de la historia y los siglos. De él se dice que fue la noventa encarnación de Vishnú, un dios de la Trimurti o Tres formas, de la religión hindú.

Esta trimurti está compuesta por Brahmá, el dios creador, Vishnú, dios preservador y Shiva, el dios destructor, quienes surgieron, según la historia hindú, de un huevo cósmico, entre alguno de los mitos existentes. Hay quienes dicen que la Trimurti hindú representa el origen de la Trinidad Cristiana.

Jesús

Figura principal del cristianismo e influyente de la cultura occidental. Jesús de Nazaret fue un predicador judío, nacido en Belén en el siglo I, muerto y crucificado en Jerusalén bajo el gobierno de Poncio Pilato, traicionado por uno de sus discípulos.

Es el hijo de Dios para la mayoría de las denominaciones cristianas, por ende, la encarnación de Dios mismo. A raíz de su muerte y posterior resurrección redimió al género humano, creencia generalizada en el cristiano creyente.

Los judíos niegan su divinidad, creen que no es compatible con su concepción de Dios. Para el Islam, Isa, como se llama a Jesús, es uno de los profetas más importantes que han existido.

Sri Krishna

Krishna

En el hinduismo, Krishna es uno de los avatares o encarnaciones del Dios Vishnú, perteneciente a la familia real de Mathura. La leyenda cuenta que el rey Kamsa, tío de Krishna, había sido avisado por el sabio Nárada Muni, de que un sobrino suyo, hijo de su hermana Devaki, lo mataría. Kamsa mandó a encarcelar a su hermana y fue matando uno a uno los hijos que nacieron de ella. (ver artículo; De que trata el hinduismo)

Krishan era el octavo hijo de la princesa Devaki, su padre lo salvó y lo llevó a Vrindavan, lugar donde lo reemplazó durante el sueño por una niña, la cual acababa de nacer de una mujer del pueblo, llamada Yashodá. Regresó a la celda y colocó a la niña, donde fue asesinada.

Según dice la historia, Krishna resucitó muertos, curó leprosos, ciegos y sordos. Cierta vez, enfadado con sus seguidores, se les apareció con una fuerte luz sobre su rostro, que no pudieron resistir.