La virgen de Lourdes es conocida por sus múltiples milagros que ha concedido a muchos feligreses católicos para sus enfermos. Cada año, los peregrinos dan a conocer numerosos milagros de la virgen en el Santuario de Lourdes.
Dicho lugar, reúne a las personas en busca de la sanación (pueden ser tanto físicas como emocionales o espirituales). La oración a la virgen de Lourdes por los enfermos la conocerás más adelante.
Pautas preliminares para la oración a la virgen de Lourdes por los enfermos
Antes de elevar la oración a la virgen de Lourdes por los enfermos, es necesaria la preparación de un altar con al menos una foto de ella, incluso puede ser un dibujo pintado. Posteriormente, la imagen debe ser bendecida por un sacerdote en una misa. La persona que realiza la oración debe rezar todos los días con mucho fervor por el enfermo.
Para el día de Lourdes, la persona puede rociar con agua bendita el altar para luego untarla sobre la piel en nombre del individuo enfermo. También se puede guardar la oración en la cartera para rezar en cualquier momento. Entre otros objetos, es necesario tener velas e inciensos a mano para un ambiente idóneo al efectuar la oración.
Hay que tomar en cuenta estas plegarias cada vez que se rece el rosario, e imaginar a través de la oración que la persona va a sanar pronto. Finalmente, la persona debe agradecer a la virgen por los milagros cumplidos y por su intercesión.
Oración a la virgen de Lourdes por los enfermos
¡Oh amabilísima virgen de Lourdes, madre de Dios y madre nuestra! Llenas de aflicción y con lágrimas fluyendo de los ojos, acudimos en las horas amargas de la enfermedad a tu maternal corazón, para pedirte que derrames a manos llenas el tesoro de tu misericordia sobre nosotros. Indignos somos por nuestros pecados de que nos escuches: pero acuérdate que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a ti haya sido abandonado.
¡Madre tierna! ¡Madre bondadosa! ¡Madre dulcísima! Ya que Dios obra por tu mano curaciones innumerables en la Gruta prodigiosa de Lourdes, sanando tantas víctimas de dolor, guarda también una mirada de bendición para nuestro pobre enfermo (Aquí va el nombre del enfermo).
Alcánzale de tu Divino Hijo Jesucristo la deseada salud, si ha de ser para mayor gloria de Dios. Pero mucho más, alcánzanos a todos el perdón de nuestros pecados, paciencia y resignación en los sufrimientos y sobre todo un amor grande y eterno a nuestro Dios, prisionero por nosotros en los Sagrarios. Amén.
Virgen de Lourdes ¡ruega por nosotros! Consuelo de los afligidos ¡ruega por nosotros! Salud de los enfermos ¡ruega por nosotros! (al culminar la oración, se rezan tres Avemarías)
Otras oraciones a la virgen de Lourdes
(*) Nombre del enfermo
Nuestra Señora de Lourdes, salud de los enfermos, milagrosísima patrona de los que padecemos, grande es mi amor hacia ti y grande es la fe que pongo en tus prodigiosas curaciones, te busco sin cesar en mis oraciones , déjame que te cuente todo lo que me aflige y lo mucho que necesito de tu poderosa intercesión en estos momentos que mi cuerpo está falto de salud.
Gracias por tu presencia constante en nuestras vidas, gracias por tu compasión y amor que nos demuestras, gracias por ser nuestra mediadora ante el Altísimo, por estar siempre tan cercana y por ser buena con nosotros.
Hoy con toda mi confianza recurro a ti, ruego a Dios para que perdone mis faltas, aumente mi fe, me conceda esperanza y alivie el sufrimiento que me produce la enfermedad.
Mi amadísima virgen de Lourdes, brinda tu amor y compasión a (*), aboga para que se recupere de su enfermedad y sean sanadas sus dolencias físicas y espirituales, restaura la delicada y frágil salud de (*), restaura su energía, cura su cuerpo y dale fuerzas. Guarda a (*) en tu dulce e Inmaculado Corazón y haz que reciba todos los favores de tu hijo.
Haz un milagro, Madre Santa, bendice las manos que lo toquen, bendice los médicos que lo asisten, bendice a su familia que sufre y espera tener a (*) junto a ellos, felizmente recuperado(a) y lleno de vitalidad.
A la bondadosa y misericordiosa protección de Dios encomiendo mis humildes peticiones, que la súplica que hago en favor de (*) sea oída en los Cielos, y que Dios, nuestro Padre Celestial, que es la fuerza del débil y consuelo de los afligidos, conceda a su siervo(a) (*) sus bendiciones y la ayuda de su inmenso poder, para que su enfermedad sea cambiada en salud y su alma y su cuerpo fortalecido por el Espíritu Santo, para que siéndole restaurada su salud pueda bendecir su santo nombre ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
