Muchas personas creen que hay cosas que se pueden mantener en secreto y se hacen la pregunta de que pecados se deben confesar y cuales dejar ocultos sin que afecte eso tu relación con Dios, hoy ahondaremos en este tema.
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Conoce que pecados se deben confesar
A través de la historia vemos con abismal incredulidad que existen personas en el mundo que prefieren
dejar algunos pecados ocultos, de la mirada de Dios y seguir pecando de esta manera deliberada.
pero déjenme decirles que esto de ninguna manera es posible.
La Biblia categóricamente dice y expresa que debemos confesar TODOS los pecados, no algunos,
ni mucho menos que debamos encubrirlos, sino que hay que confesarlos y apartarse de ellos.
Porque muy bien podemos pensar que si pecamos a cada instante de manera deliberada y confesando
podemos entrar en una cadena de pecados perdonados y renovados cada tanto.
Esto es totalmente anti bíblico y no concuerda con la convicción de arrepentimiento de la que habla la
Biblia, que expresa que al arrepentirnos, esto debe traer como consecuencia el apartarnos del pecado.
Para no volver a cometerlo de manera deliberada.
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Jesús venció al pecado
Aprender que pecados se deben confesar y que son todos, nos ayuda a cambiar nuestra vida para mejorarla
siguiendo las instrucciones que Dios nos dejas en las Sagradas Escrituras, que nos muestran el camino que
debemos seguir, y ese camino es Cristo y todas las enseñanzas que el nos dejó, mientras estuvo aquí en la tierra,
enseñanzas que dejó sentadas mediante el ejemplo mismo que dejó ante sus discípulos y antes las personas de la época.
Jesús fue un hombre íntegro que estuvo batallando para no caer en pecado, lo cual logró mediante su comunión con
el Padre Eterno, pues sólo eso pudo apartarlo de caer en cualquier tentación, que como hombre estaba propenso a cometer.
Pero no fue así, sino que mantuvo su santidad e integridad delante de Dios para que pudiésemos ser
santificados en Él y en el poder de su sangre.
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Ahora que sabes que pecados se deben confesar (TODOS) puedes proceder a confesárselos a Dios
con un arrepentimiento genuino y que traiga consigo el fruto de mantenerse alejado de ellos.
No les voy a decir que es algo sumamente sencillo, mantenerse alejados del pecado, pero si nos enfocamos en que
queremos agradar a Dios con nuestra decisión y pidiéndole por supuesto fuerzas al Espíritu Santo para no caer en
ninguna clase de tentaciones, con esa fuerza que sólo proviene de Él y de su Santidad.
Mucho depende de nuestra decisión de caer o no en pecado, pues como es bien sabido tenemos la libertad de hacer
lo que queramos, Dios jamás nos obligará a hacer algo que no deseemos, en cambio nosotros si podemos poner freno
a nuestros impulsos y someter a nuestra carne o debilidades y que no sobresalgan fuera de nuestra voluntad de
mantenerlas sujetas a nuestro espíritu, que se mantendrá fortalecido, siempre y cuando lo alimentemos con la
Palabra diariamente y con la comunión que podamos tener con Dios cada día, eso nos mantendrá alejados del
pecado.
A quién debo confesarle mis pecados?
¿Precisamos expresar a la persona contra la cual hemos pecado que lo profesamos? «Transitar en la luz» 1 Juan 1:7,
simboliza que estamos existiendo en subordinación a los mandamientos de Dios.
En el mismo verso, tenemos reseñas al perdón a través de Cristo y la relación unos con otros. Entonces, hay un enlace
entre ser transparente ante Dios y con nuestra relación con los demás.
En postrera demanda, cada pecado es hecho contra Dios según lo muestra el Salmo 51:4.
La Biblia destaca asiduamente nuestra obligación de confesar nuestros pecados a Él como lo dice el
Salmo 41:4; 130:4, en Hechos 8:22 y en 1 Juan 1:9.
Simultáneamente a la confesión de nuestros pecados a la gente, las Sagradas Escrituras no dan
ninguna orden al respecto.
Nos explica en continuas oportunidades que declaremos nuestros pecados a Dios, pero la única orden franca para
confesar a otros, es en el argumento de los ancianos de la iglesia implorando en favor de los enfermos como lo
señala Santiago 5:16.
Conocer que pecados se deben confesar nos ayuda a mantenernos fieles a Él sin ocultarle nada.
Esto no representa que no debamos inquirir el perdón de otra persona.
Las Sagradas Escrituras dan claros ejemplos de la confesión a otras personas. Uno lo encontramos en uno de los
hermanos de José solicitando su perdón en Génesis 50:17-18.
Y una revelación de persona a persona se compromete en tales fragmentos bíblicos como Lucas 17:3-4;
en Efesios 4:32; y en Colosenses 3:13.
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Las introducciones que aquí se consideran pueden ser:
* Nos corresponde pedir el perdón de Dios por TODOS los pecados que hayamos cometido.
Él anhela que le digamos la verdad en intimidad como lo dice en Salmo 51: 6.
* Si nuestra comunión con el Señor está perfecta, eso redundará en que nuestras relaciones con nuestros
semejantes estarán acordes a la Palabra. Insistamos en tratar a otros con gentileza, imparcialidad y
castidad como nos lo dice el Salmo 15. Cuando pecamos contra una persona y no intentamos solucionarlos
sería algo que no podríamos ni siquiera pensar.
* La trascendencia de la excusa por el pecado debe concordar con el importancia de las consecuencias del
pecado. Es decir, nos corresponde obtener el perdón de quien quedaba concisamente envuelto, con el fin de certificar la renovación.
Digamos, que un hombre contempla con concupiscencia a una mujer, él prontamente debe declarar el pecado al Señor.
No estaría apropiado confesar el pecado a la dama, pues ella ni se enteró de lo que pasó. Es entonces ese pecado entre el
hombre y Dios. Con todo, si un hombre fragmenta una juramento, o hace algo que aqueja claramente a la mujer, él debe
declarárselo y pedir su perdón.
Ahora ya sabes que pecados se deben confesar: ABSOLUTAMENTE TODOS.
