La vida del Papa Francisco inició en la capital argentina, Buenos Aires, el 17 de diciembre de 1936, fecha de su nacimiento. Hijo de emigrantes, su padre, un contador, empleado ferroviario de origen piamontés, Mario Bergoglio, y su madre, Regina María Sívori, ama de casa. Su nombre secular es Jorge Mario Bergoglio.

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Vida familiar del Papa Francisco

Jorge Mario tuvo cuatro hermanos. Su padre emigró a Argentina procedente de la región italiana de Piamonte. Fue bautizado en 1936, el día de la Navidad, en la Basílica María Auxiliadora y San Carlos del barrio de Almagro en Buenos Aires. Entre sus familiares, su abuela, Rosa Vasallo, fue quien mayor influencia ejerció en su vida, según sus propias palabras.

Asistió de niño al colegio salesiano Wilfrid Barón de los Santos Ángeles, en la localidad de Ramos Mejía y trabajó en oficios de limpieza en una floristería, también como portero de Discoteca. Sus estudios secundarios fueron en la Escuela Secundaria Industrial E.N.E.T. No. 27 Hipólito Yrigoyen, donde recibió el título de Técnico Químico. Acostumbraba bailar tango cuando salía con sus amigos.

En su juventud, a los 20 años de edad, fue sometido a una operación quirúrgica, en la que le fue extirpada una porción de pulmón. Esto no afectó su calidad de vida, el papa Francisco goza en la actualidad de buena salud,  sus médicos dicen que la falta de ese tejido en el pulmón no le afecta en absoluto a su salud.

Su única limitación es la capacidad respiratoria, que se vería disminuida en caso de padecer una infección respiratoria.

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Su vida antes de ser Papa

Cuando tenía 21 años (11/03/1958), decidió unirse al noviciado de la Compañía de Jesús, para lo cual ingresó en el seminario diocesano del Barrio Villa Devoto. Se graduó en Filosofía en Argentina y además estudió Humanidades en Chile.

Dictó clases como profesor de Literatura y Psicología entre los años 1964 y 1965, en el Colegio de la Inmaculada Concepción de Santa Fe, para luego inclinarse hacia la Teología, en el Colegio “San José”, en San Miguel. (Ver artículo: Cristianismo Fundamentalista)

Jorge Mario Bergoglio domina los idiomas español, italiano, latín y alemán, además de tener conocimientos medios de inglés, francés, portugués, ucraniano y piamontés (dialecto italiano). En 1966 dio clases de esas mismas materias en el Colegio del Salvador en Buenos Aires. Obtuvo la licenciatura en Teología en el Colegio San José, donde estudió desde 1967 a 1970.

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Sacerdote

Fue ordenado sacerdote el 13 de diciembre de 1969, siendo el arzobispo Ramón José Castellano quien le otorgó tal orden. Continuó su preparación en la Compañía en Alcalá de Henares, España, en los años 70’ y 71’ y en 1972 regresó a Argentina, para ejercer como maestro de novicios en Villa Barilari, en San Miguel (1972-1973).

Ejerció como profesor de la Facultad de Teología, Consultor de la Provincia y Rector del Colegio Massimo. Inició una larga carrera dentro del sacerdocio, llegando a ser “provincial” de los Jesuitas de Argentina, en los años 73 al 79, mientras se desarrollaba la dictadura militar argentina.

Siempre estuvo dispuesto a mantener la unidad del movimiento jesuita, apoyando la Teología de la Liberación y cuya consigna es «mantener la no politización de la Compañía de Jesús».

Entre 1980 y 1986, fue rector del Colegio Massimo y de la Facultad de Filosofía y Teología de la misma casa y párroco de la parroquia del Patriarca San José, en la diócesis de San Miguel.

En marzo de 1986, se trasladó a Alemania para concluir su tesis doctoral,  sus superiores lo destinaron al colegio de El Salvador, y después a la iglesia de la Compañía de Jesús, en la ciudad de Córdoba, como director espiritual y confesor.

Estando en Argentina (1980-86), fue maestro de novicios en Villa Barilari en San Miguel, profesor en la facultad de teología, consultor de la provincia de la Compañía de Jesús, además de ser rector del Colegio de San José y párroco de San Miguel. Se va a Alemania en 1986 para culminar su tesis doctoral.

Es posteriormente enviado al Colegio del Salvador en Buenos Aires y a la Iglesia de la Compañía en la ciudad de Córdoba, desempeñándose como director espiritual y confesor.

Obispo

El Cardenal Antonio Quarracino le solicitó ser su estrecho colaborador en Buenos Aires. Así más adelante, el 20 de mayo de 1992, Juan Pablo II lo nombra obispo titular de Auca y auxiliar de Buenos Aires. Recibe la ordenación episcopal el 27 de junio de manos del purpurado. (Ver artículo: Características de la Iglesia Católica).

Elige el lema “Miserando atque eligendo”, que significa “teniendo misericordia de ellos”, que proviene de las homilías de San Beda, el Venerable. Este fue reproducido en el escudo pontificio, el cual  incluye el cristograma IHS, símbolo de la Compañía de Jesús.

El Papa Francisco optó por promover el diálogo y acercarse a los distintos colectivos sociales, fuesen o no católicos; se enfoca en reforzar la tarea pastoral en las distintas parroquias y aumentar los sacerdotes en las villas o barrios marginales. Así se dio a conocer como el “obispo de los pobres”.

Como obispo tuvo mucha presencia en actos contra la trata de personas, en favor de las víctimas de accidentes de tránsito o de las tragedias ocurridas en la discoteca Cromañón (2004) y en la estación ferroviaria de Once (2012). Compartió misas con asistencia de prostitutas, visitó las cárceles, así como dio libertad para que actuaran los sectores progresistas de la Iglesia. (ver artículo: Fundación de la Iglesia Católica)

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Arzobispo y Cardenal

Lo nombraron Vicario episcopal y el 21 de diciembre de 1993 también le encomiendan la función como Vicario General de la Arquidiócesis. El 3 de junio de 1997 fue promovido a Arzobispo coadjutor de Buenos Aires. (Ver artículo: Iglesia Católica)

Cuando muere el Cardenal Quarrancino, lo sucede en su cargo el 28 de febrero de 1998 y pasa a ser Arzobispo primado de Argentina. Luego, el 6 de noviembre lo nombran Ordinario para los fieles de rito oriental, quienes son residentes del país y desprovistos de Ordinario del propio rito.

Cardenal San Roberto Bellarmino

Juan Pablo II lo nombra Cardenal, tres años después, el 21 de febrero de 2001, asignándole el título de San Roberto Bellarmino.

Fue relator general adjunto en la X Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, la cual se dedicó al ministerio episcopal, sustituyendo al cardenal Edward Michael Egan, arzobispo de Nueva York, quien se ausentó debido a los ataques terroristas del 11 de septiembre del año 2001.

En este Sínodo subrayó la «misión profética del obispo», su «ser profeta de justicia», su deber de «predicar incesantemente» la doctrina social de la Iglesia, así como también de «expresar un juicio auténtico en materia de fe y de moral».

Cada vez se hacía más popular en América Latina, lo que no fue motivo para perder la sobriedad de trato y su estilo de vida riguroso, casi “ascético”. No aceptó en el año 2002 el nombramiento como Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, aunque igual fue elegido tres años después y reconfirmado más tarde por otro trienio más, en el 2008 hasta el 2011.

Ya estaba siendo tomado en cuenta como uno de los prelados mejor posicionados para suceder al Papa Juan Pablo II, teniendo como principal rival a Ratzinger para el cónclave del 2005. En el año 2013 participó en el cónclave donde elegirían al sucesor de Benedicto XVI, siendo uno de los dos cardenales argentinos que estuvieron presentes. (ver artículo: Donde nacio el Papa Juan Pablo II)

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Pensamiento y obra

Bergoglio criticó duramente al capitalismo, el consumismo y la economía de mercado, en su lógica perversa. Lavó pies de enfermos de Sida y comió con los pobres; se opuso al matrimonio “gay”, publicando una nota donde calificaba como una “guerra de Dios” aquel proyecto que permitía el matrimonio entre homosexuales y la adopción de niños. (ver artículo: Quien es Dios)

Este proyecto fue aprobado 10 días después de esta publicación. Se opuso abiertamente a la corrupción y a la pobreza durante el gobierno de los Kirchner, teniendo varios roces con el presidente Néstor y su señora, Cristina Fernández de Kirchner.

En 2005, el cardenal Bergoglio, siendo presidente de la Conferencia Episcopal, autorizó la tramitación de la causa para beatificar a las seis víctimas de asesinato en 1976, quienes eran miembros de la sociedad de vida apostólica de los Padres Palotinos, muertos durante la masacre conocida como San Patricio.

De igual manera, Bergoglio pidió investigar esa masacre, la cual se le atribuyó al régimen militar argentino.

Fue miembro y presidente de la  Conferencia Episcopal Argentina, en dos ocasiones, y CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano).

También fue miembro de la Congregación para el Culto Divino y la disciplina de los Sacramentos; Congregación para el Clero; Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y de las Sociedades de Vida Apostólica; así como del Pontificio Consejo para la Familia y de la Pontificia Comisión para América Latina.

Proyecto de vida

Mientras fue Arzobispo de Buenos Aires, manejando una diócesis de más de tres millones de habitantes, pensó en un proyecto misionero, que se centraría en la comunión y evangelización.

Sus principales objetivos eran: comunidades abiertas y fraternas; protagonismo de un laicado consciente; evangelización dirigida a cada habitante de la ciudad; asistencia a los pobres y a los enfermos.

Se enfocó en reevangelizar Buenos Aires «teniendo en cuenta a quien allí vive, cómo está hecha, su historia», invitando a los sacerdotes y laicos a trabajar juntos con él. (Ver artículo: Divisiones del Cristianismo).

Lanzó una campaña de solidaridad por el bicentenario de la independencia del país argentino en el 2009, la misma consistió en ejecutar 200 obras de caridad hasta el año 2016. Además, fue muy convincente al dar el mensaje de la Conferencia de Aparecida en 2007, donde define «la Evangelii nuntiandi de América Latina».

Papa Francisco

Jorge Mario Bergoglio no figuraba entre los papables más sonados, pero antes de renunciar Benedicto XVI, éste lo había nombrado miembro de la Pontificia Comisión para América Latina (CAL) dándole un mensaje implícito de confianza con ese gesto.

Jaime Ortega, arzobispo de La Habana, Cuba, dio a conocer un documento único que contenía la ponencia de Jorge Bergoglio ante los cardenales, justo antes del cónclave del 2013. Este documento se basaba en cuatro puntos:

  1. “La Iglesia está llamada a salir de sí misma e ir hacia las periferias, no sólo las geográficas, sino también las periferias existenciales: las del misterio del pecado, las del dolor, las de la injusticia, las de la ignorancia y prescindencia religiosa, las del pensamiento, las de toda miseria».
  2. Caracterizó a la iglesia como “autorreferencial”, tendencia que enferma a la institución.
  3. Insistió sobre ese segundo punto diciendo: «La Iglesia, cuando es autorreferencial, sin darse cuenta, cree que tiene luz propia… y da lugar a ese mal tan grave que es la mundanidad espiritual».
  4. Consideró algunas características que debía tener un papa actual. Para Bergoglio debía ser «un hombre que, desde la contemplación de Jesucristo… ayude a la Iglesia a salir de sí hacia las periferias existenciales».

Cónclave año 2013

Cónclave del año 2013

Durante el cónclave de 2013 se lo consideró como un candidato reformista, con edad y capacidad para reformar la curia. El 13 de marzo de 2013, luego de unas cuatro votaciones, en cónclave que tardó 25 horas y media, además de dos fumatas negras, fue elegido por los 115 cardenales electores el Papa 266, quien sustituiría a Benedicto XVI.

El 13 de marzo del año 2013, siendo las 19:08 pm se alzó sobre el cielo de Roma la fumata blanca. Jorge Mario Bergoglio se convirtió así, a sus 76 años de edad, en el Papa Francisco, nombre que se le dio en memoria de San Francisco de Asís.

Es el primer americano y primer miembro de la Compañía de Jesús que dirige la Iglesia Católica, así como el primer Papa no europeo desde que ejerció el sirio Gregorio III en el año 741. En su primera aparición pública, Bergoglio elevó una oración por su antecesor, el papa emérito Benedicto XVI.

“…La comunidad diocesana de Roma tiene a su obispo. Gracias. Y ante todo, quisiera rezar por nuestro obispo emérito, Benedicto XVI. Oremos todos juntos por él, para que el Señor lo bendiga y la Virgen lo proteja. (Padre nuestro. Ave María. Gloria al Padre). Y ahora, comenzamos este camino: obispo y pueblo”.

Testimonio de vida y fe del Papa Francisco

El Papa Francisco destaca la importancia del “simple testimonio habitual, el que se ofrece cada día” sin esperar reconocimiento de ningún mérito.

Explica que el testimonio más grande que puede dar un fiel cristiano es entregar su vida tal como lo hizo Jesús, a través del martirio. Pero, hay otro testimonio, el de cada día, “el que comienza por la mañana al levantarse y finaliza por la noche, cuando se va a dormir”.

Éste último consiste en  “ser sal y luz para los demás, sin atribuirse méritos”. Puede que signifique poca cosa, dice el Papa Francisco, pero esa poca cosa puede hacer milagros, maravillas. El cristiano debe ser humilde, en eso consiste ser sal y luz.

Sal y luz

“Sal para los demás, luz para los demás, porque la sal no se da sabor a sí misma, está siempre al servicio de los demás. La luz no se ilumina a sí misma, está siempre al servicio de los demás. Sal para los demás. Un poco de sal, cambia los alimentos…»

«…En el supermercado, la sal no se vende en toneladas, sino en pequeñas bolsas. Con eso es suficiente. Y luego, la sal no se vale por sí misma. Siempre para ayudar a los demás: ayuda a conservar las cosas, a dar sabor a las cosas. Simple testimonio”.

Ser cristiano hoy día significa ser cristiano “para la gente, para ayudar en las horas de oscuridad”.

“El Señor nos dice así: ‘Tú eres sal, tú eres luz’”, pero el cristiano debe ser sal y luz en el anonimato, sin esperar que se le acredite ningún mérito. “Nosotros cuando comemos no decimos: ‘¡Ah!, ¡qué sal más buena!’. No, decimos: ‘¡Qué pasta más buena! ¡Qué carne más buena…!’…»

«…De noche, cuando caminamos por casa, no decimos: ‘Qué buena esta luz’. No, de hecho, ignoramos la luz, pero vivimos con esa luz que ilumina. Esta es la dimensión que hace que nosotros, cristianos, seamos anónimos en la vida”.

“No somos protagonistas de nuestros méritos”, dice el Papa, argumentando que hay que alejarse de actitudes como las del fariseo, quien daba gracias al Señor pensando que era santo.

Escudo del Papa Francisco

Su escudo pontificio se caracteriza por ser igual al anterior como obispo, de gran sencillez lineal, de colores azul y rojo. Los símbolos de la dignidad pontificia están sobre el color azul, tal como lo deseó su predecesor, Benedicto XVI; éstos son la mitra entre llaves de oro y plata, entrelazadas con un cordón rojo.

En la parte central está el símbolo de la orden a la cual pertenece, que consiste en un sol radiante y llameante, con las letras IHS, en rojo, monograma de Cristo. Una estrella que simboliza la Virgen María, madre de Cristo y de la Iglesia, junto a una flor de nardo, que representa a San José, están sobre la parte inferior del escudo.

Vida sacerdotal

El Papa Francisco es reconocido por su humildad, conservadurismo doctrinal y por ser fiel defensor de la teología moral de la Iglesia, así como también su compromiso con la justicia social. Luego de ser elegido Papa, la vida del Papa Francisco no varió en cuanto a sus principios y preceptos.

No vive en la residencia oficial, en el Palacio Apostólico, optó por vivir en otra dependencia mucho más humilde en el Vaticano, donde recibe visitas y celebra reuniones. (ver artículo: Oración de sanación del padre Pio)

Es así el primer Papa, desde Pio X, que vive apartado de los apartamentos papales, no usa la limusina papal y cocina su propia comida. Le gusta la ópera, el tango y el fútbol, de hecho, es socio activo del Club Atlético San Lorenzo de Almagro.

Renunció como arzobispo cuando cumplió los 75 años, tal como lo estipula el Derecho Canónico. Había previsto jubilarse cuando nombraran a su sucesor, para retirarse a un hogar destinado a los sacerdotes mayores y/o enfermos, donde incluso había apartado una habitación. Allí llevaría una vida de oración y dirección espiritual, alejado del gobierno elesiástico.

Vida diaria del Papa Francisco

El Papa Francisco se caracteriza por ser un Papa enérgico. Se levanta a las 5:00 am todos los días y cumple con dos horas de rezo y meditación. Vive en una suite de unos 100 mt2 sobriamente amueblada, que consta de tres habitaciones. En ella trabaja y recibe visitas informales.

Le han insistido en que ocupe el apartamento papal, más Francisco se opone alegando lo siguiente, que reza textualmente: “No quiero vivir en el palacio apostólico, sólo voy allí para trabajar y para las audiencias. La casa de Santa Marta es una casa para obispos, padres y laicos.

Allá vivo ante los ojos de todos y llevo una vida normal, misa pública por la mañana, desayuno con los demás en el refectorio. Eso me hace bien y hace que no me sienta aislado”. Palabras de una carta que envió al sacerdote argentino Enrique “Quique” Rodríguez.

Primeros días

Un día después de su elección como sumo pontífice, su día empezó con una misa en la Capilla Sixtina, así como una visita a la Basílica de Santa María la Mayor. (Ver artículo: Templos Cristianos).

En la noche de ese día 14, Francisco visitó la residencia en la que se había hospedado, junto a otros cardenales, mientras duró el Cónclave del 2013 y pagó la cuenta por su estadía en dicho lugar. Los administradores se negaban a aceptar el pago pero el Papa insistió alegando que era lo justo.

El segundo día de pontificado, el viernes 15 de marzo, recibió en audiencia a todos los cardenales en la Sala Clementina del Vaticano.

En ella agradeció el apoyo recibido en el cónclave papal y aprovechó para alabar la labor realizada por su antecesor Benedicto XVI, de quien dijo sentir «una gran gratitud y afecto por mi predecesor, quien revigorizó la Iglesia con su fe, sus conocimientos y su humildad».

Manifestó igualmente que «todos nosotros vamos a tratar de responder con fe para llevar a Jesucristo a la humanidad y para traer a la humanidad a regresar a Cristo, a la Iglesia».

Un Papa bien recibido

Pocas semanas después de su elección, había aumentado tanto el número de confesiones como la asistencia de los fieles a misa, lo que se denominó el «efecto Francisco”. Según un estudio, gran cantidad de personas que se habían alejado de la Iglesia católica están retornando nuevamente a ella.

Tras los primeros meses de su pontificado, las encuestas mostraron que el papa Francisco contaba con un elevado índice de aprobación y había mejorado la imagen de la Iglesia católica. Una de las claves para esa aceptación, según algunos periodistas, ha sido el lenguaje claro y directo del Papa, que llena los titulares a diario, con temas referidos a la corrupción, la mundanidad o la ambición.

Frases del Papa Francisco

«Cómo me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres».

«El dinero enferma la mente y la fe y nos hace ir por el camino de la vanidad, el orgullo y la soberbia. Cuando se comete una acción por el dinero, se peca contra el primer mandamiento, pecas de idolatría».

«El verdadero poder es el servicio».

«Debe exigirse la “distribución de la riqueza».

«Hombres y mujeres son sacrificados a los ídolos de la ganancia y del consumo: es ‘la cultura del descarte’. Si se estropea un ordenador es una tragedia, pero la pobreza, las necesidades y los dramas de tantas personas acaban entrando en la normalidad».

«Jamás he sido de derechas».

«No a la doble vida de los benefactores de la Iglesia que roban al Estado», esas personas muestran una «podredumbre barnizada».

«Quiero lío en las diócesis; quiero que se salga afuera, que la Iglesia salga a las calles».

«Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarlo?».

Película sobre el Papa Francisco

Esta es una película documental, que muestra una mirada más cercana del Papa Francisco y su labor religiosa. Fue escrita y dirigida por Wim Winders (Buena Vista Social Club, Wings Of Desire) y su título original es “Pope Francis – A Man of His Word” (Papa Francisco, un hombre de Palabra).

Está basada en una larga conversación del director alemán con el Papa Francisco, en la que éste último habla directamente a la cámara, mostrándose como el papa de los pobres, de los humildes y de los que sufren. Habla con gran elocuencia de temas más humanos que divinos. Se estrenó el 28 de septiembre del año 2018.

Obras del Papa Francisco

1982: Meditaciones para religiosos;

1986: Reflexiones sobre la vida apostólica;

1992: Reflexiones de esperanza;

1998: Diálogos entre Juan Pablo II y Fidel Castro;

2003: Educar: exigencia y pasión;

2004: Ponerse la patria al hombro;

2005: La nación por construir;

2006: Corrupción y pecado;

2006: Sobre la acusación de sí mismo;

2007: El verdadero poder es el servicio;

2012: Mente abierta, corazón creyente.

Durante su pontificado

2013: Encíclica Lumen fidei (La luz de la fe).

2013: Exhortación apostólica Evangelii gaudium (La alegría del evangelio).

2015: Carta encíclica Laudato si’ sobre el cuidado del medio ambiente y el cambio climático.

El 23 de diciembre de 2015, fue anunciado que el Papa Francisco recibiría el Premio Carlomagno 2016, por su especial contribución a la unidad europea.

«En estos tiempos, en los que muchos ciudadanos y ciudadanas de Europa buscan orientación, Su Santidad el papa Francisco ofrece un mensaje de esperanza y de aliento» señaló la institución que otorga ese galardón, a través de un comunicado.