En el mundo hay infinidad de religiones, como la mayoría de ellas, la fe islámica ha tenido fuerte impacto a través de la historia, tanto política, económica, social y militar, dentro y fuera de las zonas geográficas que abarca. La historia del Islam es rica y abundante, sus costumbres, sus creencias y manifestaciones artísticas de gran valor.
Breve reseña histórica del Islam
El Islam data del siglo VII de la era cristiana, cuando apareció por vez primera el profeta Mahoma en la Meca. Esta era un gran centro de poder de la Península Arábiga, con notable influencia política, económica y religiosa. Existía un edificio grande, el Kaaba, que semejaba un cubo negro, en el que confluían 360 deidades tribales, que hacían peregrinajes a la ciudad llevando riquezas económicas a los comerciantes de la ciudad. (ver artículo: Quien fue Mahoma y que doctrina difundio)
Mahoma, fundador y profeta del islam, nació alrededor del 570 d.C., cuando existía una cultura politeísta y animista. Seguramente tuvo contacto con el monoteísmo judío y cristiano, mientras se desempeñaba como mercader. Era un hombre muy espiritual y tenía visiones, que a veces pensaba que eran satánicas. Su mujer, Khadija, le sugirió que podrían ser visiones que Dios le enviaba.
En esa tónica se dice que Mahoma fue visitado por el ángel Gabriel (610 d.C) y fue comisionado para ser un profeta de Dios. El mensaje recibido fue sencillo y claro: “Existe un solo Dios a quien todas las personas deben someterse, y habrá un día de juicio en el que todos los humanos serán juzgados según sus obras, tanto buenas como malas”. (ver artículo: Quien es Dios)
Orígen del Islam. Mahoma
Para Mahoma entonces, sólo existía un Dios, llamado Alá, mensaje que empezó a difundir y que le trajo muchos contratiempos y choques con los líderes de la Meca. Tuvieron que huir así los musulmanes a Medina (antes Yatrib) en el año 622 d.C. Esta migración musulmana fue llamada Hégira o Hiyra, en árabe, marcando el inicio del calendario islámico. (ver artículo: Origen del Islam)
Los musulmanes asaltaban las caravanas de los comerciantes que llevaban las mercancías a la Meca, acciones que originaron batallas campales. La más sonada y famosa fue la Batalla de Badr (624 d.C) que terminó con la derrota de la fuerza mecana que contaba con unos 900 soldados.
Esa victoria sugirió que el Islam era la verdadera voluntad de Dios, según sus creencias, más aún cuando dos años más tarde, en la Batalla de Ahzab (627 d.C.) los musulmanes rechazaron otro ataque de los mecanos en Medina. Después de ese acontecimiento, se logró un acuerdo con los líderes de La Meca, en el que Mahoma tenía permiso de entrar en la ciudad como un peregrino.
Conquista de La Meca
Mahoma, en compañía de unos 10 mil guerreros musulmanes, capturó la Meca sin librar una sola batalla, permitiendo establecer el Islam en el Kaaba, en el año 629 d.C. Este imperio no duró mucho, hubo una guerra civil conocida como la Fitna, a la que siguió una segunda Fitna.
A raíz de ellas se formaron dinastías rivales que reclamaron para sí el califato o liderazgo del mundo musulmán, habiendo estados e imperios islámicos, que sólo obedecían simbólicamente al califa, que no era capaz de unificar al mundo islámico.
Períodos del Islam
Los organismos de gobierno se regían por los preceptos del Corán, adaptándose a los bizantinos y persas. La suprema autoridad, llamada Califa, era la que determinaba la vida política, militar, religiosa y judicial de cada gobierno, tenían absoluto poder, superior al de los reyes bizantinos. Recibían el quinto de cada botín obtenido en las guerras. Nombraban a los Emires o Gobernadores de las provincias y a los jueces. (ver artículo: Que es el Corán)
El proceso de consolidación de la civilización musulmana islámica se divide en cuatro periodos:
- Gobierno de los primeros cuatro califas, años 632-661 d.C., en los que el Islam se expandió por Asia, África y España.
- Dinastía árabe de los Omeyas (661-750 d.C.). Se ubicó la capital del imperio en Damasco y fue de gran expansión y organización.
- Califato de los Abbasies (750-1517 d.C). Se alzaron con el poder luego de destronar a los Omeyas, convirtiéndose en los jefes políticos, militares, religiosos y jurídicos. Establecieron el idioma árabe como lengua oficial y se trasladaron a Bagdad. Después del siglo X fueron creados los califatos de Córdoba, en España, del Cairo, en Egipto y otros más al norte de África e Irán.
- En los siglos XI al XV se estancó y se desordenó el Imperio. Se perdió el poder sobre gran parte del Mediterráneo, desapareció el califato de Córdoba y con la entrada de los turcos Selyucidas en Bagdad, imponiendo a la fuerza sus costumbres, hizo que retrocediera visiblemente el Islam. El Islam fue estigmatizado como la religión “de la guerra y de la espada” durante las Cruzadas (1095), lideradas por el Papa de Roma.
Muerte de Mahoma
El Islam constituye una religión tan diversa como el cristianismo ortodoxo, judaísmo, budismo o hinduismo. Se podría estudiar la historia a través de sus distintas facciones en las que se dividió luego de la muerte de Mahoma, cada una con sus convicciones y compromisos.
Sunitas y Chiítas
Al morir Mahoma en el 632 d.C., sus seguidores se vieron en la confusión de decidir quién sería su sucesor. Debido a ese conflicto resultaron las dos facciones principales del Islam, los Sunitas y los Chiítas.
Los primeros apoyaban la idea de que el sucesor debía ser elegido por voto popular, este grupo cuenta con más del 80% de los musulmanes en todo el mundo. Los Chiítas, por otro lado, creían que el sucesor debía ser un descendiente sanguíneo de Mahoma, miembro de su familia.
Estos también constituyen una fuerza poderosa entre los musulmanes, sobre todo después de la revolución iraní, en 1979, cuando el Ayatolá Khomeini se quedó con el control del país. Hasta nuestros días los Chiítas siguen siendo mayoría en Irán, así como hay importantes comunidades en Iraq y otros países.
Ellos alegan que ningún profeta sucedió a Mahoma y tienen un líder, un imán, quien está dotado por Dios para ser la guía de los musulmanes. Ambos grupos, Chiítas y Sunitas, convergen en la creencia e importancia del Corán en su religión, pero tienen diferentes colecciones del Hadiz, que son las acciones y dichos tradicionales de Mahoma y sus creyentes seguidores.
Sufismo
Históricamente, esta corriente del Islam Sufí es la más espiritual de esa religión. Existe desde los inicios del Islam, pero fue reconocida como convencional desde que el erudito musulmán sufí Al-Ghazali, tuvo la intención de buscar la renovación espiritual entre los pueblos musulmanes.
El Islam ortodoxo se basa en la teoría de que Alá no se revela, sólo revela su voluntad, pero los defensores del sufismo viven buscando una experiencia personal y de unidad con Alá. Ellos promueven una religión viva, con formas y medios espirituales, de menos carácter legalista.
No estuvieron de acuerdo con la mundanería del Islam cuando la riqueza la obtuvieron a través de las numerosas conquistas y la religión estaba en declive. Su mayor representante fue el profeta Jalal al-Din Rumi, fallecido en 1273 d.C.).
Grupos No Ortodoxos Más Pequeños
Aun cuando el Islam es ortodoxo, concuerdan en que Mahoma fue el último profeta de una lista de anteriores profetas. Algunos grupos aseguran que después de Mahoma hubo otros profetas, como la fe mundial Bahá’i, creada en 1844 y cuyo profeta es Bahá’u’lláh. Para ellos, su religión es la última de todas las religiones, siendo todas ellas una sola en esencia.
La Nación del Islam, conocida como Los Musulmanes Negros, tienen también un profeta moderno, Elijah Muhammad, fallecido en 1975 d.C.. Su enseñanza se basa en una teología politeísta y racista.
Islam en la Edad Medieval
La palabra Cruzada se relacionó al concepto de “Guerra Santa”, la conquista de los Santos Lugares y fue atribuida a la yihad islámica, aun cuando en el mundo musulmán nunca se le concibió de esa manera. La Cruzada generó un ávido interés de los europeos sobre ese “enemigo común”, como era percibido el Islam.
Durante los siglos XVIII y XIX, las regiones islámicas cayeron bajo la influencia de los poderosos imperios europeos. Después de la I Guerra Mundial y la ocupación de Constantinopla, se dividieron los remanentes del Imperio Otomano como protectorados europeos.
En el siglo XX, el Islam se vio seriamente afectado por distintas ideologías, como el comunismo, de allí que su identidad y prominencia en temas políticos, ha aumentado considerablemente desde finales del siglo XX hasta comienzos del siglo XXI.
Sumado a los intereses de Occidente en estas regiones, los conflictos internacionales y la globalización, el Islam se ha convertido en un elemento importante en la configuración del mundo del siglo XXI.
Expansión y apogeo
Tras la muerte de Mahoma (632 d.C.), el islam experimentó una rápida expansión que duró alrededor de un siglo, favorecida por la debilidad del Imperio bizantino. Ocupó el norte de África, Irán, parte de Asia Central, oeste del subcontinente indio, España y el sur de Francia. Durante ese tiempo se libraron algunas batallas, como la Batalla de Poitiers (732 d.C.), otras frente a los bizantinos e hindúes y la disolución del Califato Omeya.
En los siglos siguientes, siguió avanzando en otros frentes, el resto de Asia Central, Asia Menor, sur de Italia, Europa oriental, sudeste asiático y África subsahariana. Mientras esto ocurría, en Europa occidental, el Islam era obligado a retroceder, sobre todo por la llamada Reconquista Española.
A finales del siglo XIV, cuando el Imperio Otomano, último Estado musulmán con pretensiones universales, avanzó por la Europa cristiana de los Balcanes y cayó Constantinopla, en 1452, el Islam alcanzó su máxima expansión.
Amenaza otomana
Los otomanos eran un peligro no desdeñable, ahora en pleno siglo XX, se constituyeron en un peligro circunstancial y de duración temporal, más vinculados a la cultura y preponderancia territorial que como amenaza ideológica.
Los estados cristianos que se aliaban en contra de los otomanos, no lo hacían por razones ideológicas sino por factores políticos; los otomanos se habían convertido en una potencia casi europea, por lo que había que tener relaciones políticas con ellos.
Esto no quería decir que hubiera desaparecido la hostilidad religiosa hacia el Islam, la imagen que se forjó en la Edad Media, en contra del Islam y su profeta, se mantenía, con menos fuerza y carga de virulencia, pero allí estaba.
Época contemporánea
Hoy día el islam es la religión más seguida después del cristianismo, con más de 1,3 miles de millones de seguidores, es decir, un 20% aproximadamente de la población mundial.
Se ha ido expandiendo a África, sobre todo hacia el sur, donde aún predomina el cristianismo desde la colonización europea. La fácil difusión del Islam en África, se debe a la importación desde otros países vecinos, en vez de la invasión de evangelizadores blancos, a quienes los calificaban como colonizadores, como sucedió con el catolicismo.
Velo Islámico
El velo islámico es una prenda femenina musulmana, considerado un símbolo religioso por los activistas radicales del Islam. Su uso se extiende entre las niñas y mujeres musulmanas europeas, para subrayar su identidad y debe ser aceptado en Occidente, atendiendo la libertad de creencias.
Es algo así como el crucifijo cristiano. Está prohibido en los templos del Estado laico, por ser un símbolo religioso musulmán, así como en los colegios públicos, debido a la separación de la Iglesia y el Estado.
Hay otros estudiosos del Islam que no le atribuyen tal carácter religioso al velo. Para ellos, es una vieja costumbre de los árabes, sobre todo de las zonas rurales, no de grandes urbes, que tampoco es exigido su uso por el Corán. También ocurre en algunos gobiernos occidentales, que separan la visión religiosa del velo.
Los estudios más recientes coinciden en que el velo puede ser un factor de segregación, en las niñas dentro de las aulas escolares. Por tanto, las normas vigentes actualmente están dirigidas a asegurar que esta prenda no suponga un obstáculo para que tanto las niñas como las mujeres musulmanas, se integren a la sociedad occidental.
¿Qué dice el Corán?
Esta contienda entre los musulmanes por el uso del velo, viene de muchos años atrás. Mahoma la estableció para sus mujeres, para evitar el flirteo de los hombres hacia ellas, cuando iban a visitarlo.
Luego de las esposas de Mahoma, se aplicó también a las mujeres de los creyentes, descrito en la Sura de los Partidos: «¡Profeta! Di a tus esposas, a tus hijas, a las mujeres de los creyentes, que se ciñan los velos. Ése es el modo más sencillo de que sean reconocidas y no sean molestadas».
Algunos de los estudiosos del tema opinan que la obligación se limitó a las mujeres del profeta Mahoma y no se aplicaba a las otras. Inclusive, las «musfirat», es decir, las mujeres descubiertas, abundaban para ese entonces.
De costumbre pasó a ser un sacrilegio con el tiempo, así como muchos otros aspectos del Corán, en el que es difícil a veces diferenciar lo sagrado de lo profano. Hoy es muy utilizado el velo gracias al auge del islamismo, en vista de las pocas o nulas alternativas políticas que tiene ese movimiento en el mundo musulmán.
Estado Islámico
Es un grupo u organización radical auto llamado “Estado Islámico”. Éste estableció un califato, que es una forma de Estado que dirige un líder político y religioso, siguiendo la ley islámica o sharia, con el fin de controlar un territorio ubicado entre Siria e Irak.
Pretenden, así mismo, recibir el apoyo total del mundo musulmán. Por ahora sólo tiene presencia en esos dos países, pero su líder (califa), Abu Bakr al-Baghdadi, prometió “liberar a Palestina”, rompiendo las fronteras del Líbano y Jordania.
Origen del Estado Islámico
Su origen se remonta al año 2002, cuando el fallecido jordano Abu Musab al-Zarqawi, creó el grupo radical Tawhid wa al-Jihad. A raíz de la invasión de los EEUU a Irak, Zarqawi juró lealtad a Osama bin Laden, fundando Al Qaeda en Irak, la mayor fuerza insurgente mientras duró la ocupación estadounidense.
Al morir éste en el año 2006, Al Qaeda formó otra organización alterna llamada Estado Islámico de Irak (ISI, según siglas en inglés). Con la acción de las tropas de EEUU y la aparición de consejos Sahwa (Despertar), liderados por tribus sunitas que no apoyaban la brutalidad de ISI, esta organización se fue debilitando.
Para el año 2010, Abu Bakr al-Baghdadi se convirtió en el nuevo líder, refundó la organización y ejecutó gran cantidad de ataques en el país. Participó en la rebelión contra el presidente sirio Bashar al Asad, junto al frente Al Nusra, en el año 2013. De todas maneras, hay que reconocer que son un grupo de gran influencia en Irak y Siria.
Según algunos cálculos, controlan por lo menos 40 mil kilómetros cuadrados en estos países, o sea, casi todo el territorio de Bélgica. Mientras que otros creen que son casi 90 mil kilómetros cuadrados, es decir, el mismo espacio que cubre el Estado de Jordania.
Historia del arte islámico
Los árabes establecieron gran cantidad de centros islámicos de cultura y ciencia, cuna de notables científicos, astrónomos, matemáticos, doctores y filósofos, durante la Edad de Oro del islam. Floreció la tecnología, invirtieron grandes recursos en infraestructura económica, el estímulo hacia la lectura del Corán, produjo un alto nivel de alfabetización en toda la población.
Si no se conoce la religión musulmana, difícilmente se podrá entender y/o apreciar el arte islámico, ya que ésta condiciona el sentido y desarrollo de sus formas artísticas. Gracias a la rápida y amplia extensión territorial del Islam, se pudo conocer a las diferentes culturas, de las que tomaron elementos que fueron engrosando su bagaje cultural, cuya mezcla dio origen a un estilo propio e inconfundible.
Es muy visible, especialmente, en el área de la arquitectura, ya que la escultura y la pintura no experimentaron cambios y desarrollos algunos, por la cultura que tenían de no representar a la figura humana. Por esa razón, la decoración geométrica, epigráfica o vegetal, que adornan las construcciones musulmanas, tienen una marcada tendencia hacia la abstracción.
Origen
El arte islámico abarca toda la producción artística de aquellos países que profesan la religión musulmana, que giran en torno a una figura fundamental en la historia, Mahoma. Las revelaciones de Alá, según las visiones de Mahoma, están recogidas en el Corán, así como todos los preceptos musulmanes. Después de morir Mahoma, a través de la Guerra Santa, esta religión se difundió y propagó por otros pueblos y territorios.
De esta manera, hubo contacto con otros pueblos y culturas que fueron aportando rasgos y características propias de sus civilizaciones. Debido a eso, el arte musulmán refleja ideas religiosas, además de algunas manifestaciones artísticas romanas, mesopotámicas, persas, bizantinas y bárbaras.
Así el arte islámico se volvió complejo y a la vez fascinante, ya que esas tradiciones artísticas ayudaron a formar un arte genuinamente musulmán.
Características
Una de sus principales características es el hecho de prohibir la representación de la figura humana, al igual que el judío. Esto constituyó un serio obstáculo para el desarrollo de la escultura y la pintura, dándole más oportunidad a la arquitectura para que destacara en las artes. Posiblemente, el representar un ser humano, según sus creencias, podría infundirle aliento vital.
Aun cuando la pintura y la escultura no pudieron desarrollarse, sí lo hicieron las artes suntuarias, destacándose especialmente los musulmanes en los trabajos con el marfil, la cerámica y el cristal de roca.
Raramente hacían los edificios de piedra, usaban preferiblemente la mampostería y el ladrillo, así como otros materiales pobres que revestían con yeso. El ladrillo fue muy utilizado así como la columna reaprovechada, además de las columnas con capiteles, que imitaban a las de procedencia clásica, mucho más toscas y simplificadas.
En los inicios del siglo XX se generalizó el uso del arco de herradura apuntado, el polilobulado, mixtilíneo, entrecruzado y el de mocárabes.
Tipos de decoración
Los musulmanes se caracterizaron por el gusto por la variedad y la exuberancia, en su decoración. Aquí los elementos decorativos más utilizados.
Geométricos: No eran ordenados en torno a un punto central, sino que formaban series que se extendían interminablemente. Era muy común el uso de la lacería, que consiste en una ornamentación geométrica, la cual estaba formada por líneas entrecruzadas, que daban como resultado diferentes figuras poligonales.
Vegetales: usaban frecuentemente pequeñas hojas que recubrían las superficies, sobre todo el ataurique, parecida a la hoja de acanto, pero más estilizada.
Epigráficos: hay dos tipos, la cúfica y la nesjí. La primera posee trazos alargados y angulosos, mientras que en la segunda eran redondeados.
Mocárabes: son prismas que penden de una superficie y se van estrechando hacia la parte inferior. Se asemejan a unas estalactitas o ramilletes de ellas.
Historia del Derecho Islámico
Además de las fuentes legales, originales y formales, como el Corán y la Sunna, hay otras fuentes racionales, derivadas, como la iýma o consenso y el qiyas o analogía. Se suman, además, otras fuentes como la costumbre, el ‘urfk, o analíticas como la jurisprudencia.
El Derecho islámico se formó a principios del siglo I de la Hégira (migración musulmana) en Arabia, pero sólo alcanzó su plenitud hasta finales de dicho siglo y del siguiente (siglos VII y VIII) en la zona de Mesopotamia.
En esa época la región se encontraba profundamente influida por la lógica y la filosofía helenística, por lo que los musulmanes se abrieron allí a los recientemente convertidos, individuos que no tenían educación árabe.
Se puede notar en los procedimientos utilizados por las Ciencias jurídicas islámicas, que tenían raíces griegas, como el istishab o principio de continuidad; el kistislah o “ratio utilitatis“; el qiyas o razonamiento analógico.
De igual manera son evidentes las huellas del Derecho Romano, todo esto gracias a que el Mediterráneo siempre fue un crisol para las culturas, que han influido unas sobre otras, algo innegable visto a través de los siglos.
Existen historiadores del Derecho que propugnan la influencia del Derecho Romano sobre el Derecho islámico y hay quienes se oponen a la misma. Otros más, por su parte, prefieren mantener una posición ecléctica en el problema.
El Islam en España
En el año 1990 había unos 100 mil musulmanes en España, según datos oficiales, aumentando considerablemente a 1.887.906 personas creyentes en el 2016. Llegan a España por vías ilegales, por medio de saltos a las vallas de Ceuta y Melilla y en pateras por el Mediterráneo, así como con facilidad ofrecida por algunas regiones españolas.
El nacionalismo ha facilitado la entrada de musulmanes a este país y con respecto a la tesis separatista, el hecho de que no hay lazos de los musulmanes con los españoles, se les hace más fácil su seducción, a diferencia de los hispanoamericanos.
La región de Cataluña es la que alberga más islamistas en España, con 80% de mezquitas salafistas y con mayor número de operaciones antiterroristas. Otro dato relevante es el índice de natalidad, que claramente es superior a la de españoles. Se estima que en unos 20 años los nacimientos de musulmanes será superior al de los cristianos en Europa, aun cuando los últimos representan el grupo religioso más grande del planeta.
En España existen unas 800 mezquitas encubiertas, utilizadas como centros de captación y reclutamiento; por lo general son bajos de edificios, locales, garajes o trastiendas de comercios, no reconocidos como centros de culto oficial y son liderados por imanes, sin autoridad o supervisión. El imán de Cambrills, considerado el cerebro de los atentados en Cataluña, operaba desde uno de esos centros.