Apología cristiana. Así se llama la respuesta que los cristianos dan a las críticas, que se emiten desde hace mucho tiempo, a las creencias cristianas, su historia, enseñanzas, prácticas y otras actitudes. Las críticas al cristianismo han llegado, incluso, a las propias escrituras bíblicas y a sus interpretaciones.

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¿En qué consisten esas críticas al cristianismo?

Debido a la incompatibilidad de religiones con la ciencia y otras doctrinas religiosas, se presenta gran cantidad de críticas y cuestionamientos, a los comportamientos e interpretaciones bíblicas. Estas provienen de grupos religiosos y otros no religiosos, que incluso, alguna vez fueron cristianos.

Críticas de Nietzsche

Friedrich Nietzsche opina que el origen de la religión es el miedo, que se sustenta en la angustia e impotencia del ser humano, desarrollada a lo largo de su vida. Para él, la religión nunca ha pretendido ni ha dicho la verdad, cayendo, incluso, en el mismo error que la metafísica, apoyando teorías sobre un mundo sobrenatural, trascendencias y esas cosas, como el más allá, el Dios omnipotente y todopoderoso…

Y realmente el cristianismo inventó un mundo ideal, inexistente, que no tiene nada que ver con el mundo real, apartándose así de la antigüedad clásica. Nietzsche sugiere que el cristianismo es una figura platónica popular, filosofía y moral, que sólo sirven a personas débiles y esclavos.

Con lo de esclavos se refiere a los valores que propone, con respecto a que el hombre debe ser humilde, manso, obediente y ser sacrificado, lo que contradice a los impulsos vitales más fundamentales del ser humano.

En su obra “El Anticristo” el autor ataca con énfasis estos conceptos de vida que nos enseña el cristianismo. Dice igualmente que la religión es la revuelta del pueblo llano contra los señores, alegando que sólo el pueblo alzado contra el poderoso cuenta para la religión. También, en beneficio de la misma, dice que hay aspectos positivos como el ascetismo y la educación, valores muy importantes para Nietzsche. (Ver artículo: Persecución religiosa).

En cuanto a las profecías

Antes de la llegada de Jesucristo, los judíos, unos cientos de años atrás, habían profetizado que un Mesías vendría al mundo. A excepción de los judíos mesiánicos, los otros judíos afirmaban que Jesucristo no era el indicado, pues no cumplía con los parámetros designados por las profecías.

Hay quienes piensan que dichas profecías no están completas o que no siempre se cumplen, así como dicen, que hay una marcada influencia del Antiguo Testamento (Biblia Hebrea) sobre el Nuevo Testamento.

​En esa Biblia se narra la historia del antiguo Israel. En ella, Dios promete a Abraham una nacionalidad, amplios terrenos, poderes y una prolífica descendencia. Además, en ella queda Judá esperando a un nuevo monarca, quien será el encargado de restaurar el reino davídico y traer la paz universal. (Ver artículo: Promesas de Dios en la biblia católica).

En cuanto a los milagros

San Pablo escribió en su primera carta a los Corintios: «sin la resurrección, nuestras predicaciones serían inútiles al igual que la fe«. Para los cristianos, los milagros son eventos históricos que realmente sucedieron, la iglesia para dar la santidad a un posible Santo, exige una serie de milagros, que deben pasar los requisitos especiales y se pueda comprobar su autenticidad.

David Hume, filósofo, argumentó en una oportunidad que, no pueden existir los milagros, entre otras cosas porque:

1) Un milagro es una violación de las leyes de la naturaleza;

2) Tenemos conciencia de estas leyes a través de una experiencia reiterada y constante;

3) Los testimonios de los milagros incluyen hechos que contradicen leyes de la naturaleza;

4) En consecuencia, nadie puede creer en los milagros.

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Esta idea de Hume se ve secundada por el mismo Jesucristo, cuando Él admitió la imposibilidad humana de realizar un milagro. Jesús siempre dijo que los milagros son actos de Dios, no de los hombres, pues era imposible, más “con Dios todo es posible”.

Hay un ejemplo clásico y emblemático, con respecto a eso, cuando Jesús le pidió a Pedro que caminara sobre las aguas, a éste luego de hacerlo por algunos segundos, le invadió el miedo y lo llevó a caer.

Jesús regañó a Pedro y éste le dijo que no había tenido la suficiente fe. Con estas experiencias pasadas, se da pie a predicciones basadas en la razón, así lo postuló Hume en sus escritos.

En cuanto a los ritos

Hay varios escritores que critican el aspecto pagano del cristianismo. Un orador romano del siglo II, Marco Cornelio Fronto, alegaba que en las filas cristianas se encontraba la “escoria de la sociedad”.

Se quejaba del secretismo y de la clandestinidad de sus ritos, incluso decía, que eran caníbales, de conducta licenciosa y además los acusaba de incesto. Fronto calificó al cristianismo como una superstición anti-romana, sus seguidores, debido a eso, se hicieron enemigos del Estado.