De vez en cuando necesitamos la intervención de Dios para que nos socorra en muchas penurias. No dejes de ejecutar el poder de la oración intercesora, porque es muy importante siempre aferrarse a la idea que el Altísimo nos va a ayudar en cualquier problema que enfrentemos al momento.
El poder de la oración intercesora
El poder de la oración intercesora permite elevar una plegaria en favor de otras personas. Por ejemplo, un individuo A implora una oración para que otro individuo B mejore de sus problemas de salud. Existen infinitas intervenciones que van dirigidas a Dios Todopoderoso, a la virgen María, San José, San Benito y otros santos más que escuchan con firme atención, todas las súplicas de sus hijos.
Como se planteó al principio, el poder de la oración intercesora generalmente se lleva a cabo cuando una persona reza una oración en pro del beneficio de otra. El Altísimo siempre ha premiado a esos rezadores que se preocupan por su prójimo mediante las plegarias. El altruismo es uno de los dones más hermosos que pueden tener los hombres, porque bien lo dice Jesús: Ámense los unos a los otros.
Es de humanos colocarse en los zapatos de la otra persona y mucho más cuando estos afrontan un problema serio. No existe meor muestra de solidaridad que implementar el poder de la oración intercesora. De la misma manera, ocurre con el poder de la oración de madrugada, que se realiza en altas horas de la noche para encontrar el alma del Todopoderoso.
Es pertinente precisar que para poner en marcha el poder de la oración intercesora, la fe debe estar muy en alto (ver: oración de fe). En principio, esta fe será compartida entre el orador y la otra persona que recibirá el beneficio de la oración.
El poder de la oración intercesora en el Antiguo Testamento
En los textos apócrifos antiguos, ya se reseñaban algunos intercesores de plegarias. Entre los númerosos mediadores aparece el nombre de Moisés, Abraham, David y Jeremías. Sin emargo, estos nombres no lucen tan poderosos cuando se trata de Cristo. Jesús es considerado en el Antiguo Testamento como el intercesor por excelencia. Por esta razón, muchas oraciones que se recitan, piden la mediación del hijo de Dios.
El Antiguo Testamento aconseja que para ejecutar el poder de la oración intercesora, es imprescindible pensar en Cristo como el primer mediador. Esto no quiere decir que sólo se acuda a su mediación, ya que hay otros santos que también merecen el reconocimiento para salvarnos de nuestros problemas que enfrentemos.
Los principales motivos que llevan al poder de la oración intercesora es para apoyar a todos los seres desamparados. Es útil para que la virgen María y otros mediadores protejan a los niños de la calle, viudas solitarias, enfermos y más.
A San David también debemos implorar, ya que él nos enseñó la importancia de la mañana para agradecer a Dios por un nuevo día. De la misma forma, también solicitar la mediación a los santos que ayudan solventar enfermedades, entre otros más. Por ende, se habla que el poder de la oración intercesora es trascendental para el Antiguo Testamento.
El poder de la oración intercesora en La Biblia
Si dirigimos un paseo en diversas lecturas de La Biblia, podremos encontrar distintos paisajes que refieren la intercesión. Un ejemplo de ello es el de (Romanos 8:34)
“¿Quién será quien nos condene? Cristo murió en la cruz. Él también logró resucitar en el día tercero. Ahora se encuentra en la bóveda del cielo en la grata compañía del Altísimo. El padre intercede por nosotros”
San Mateo también habla de la importancia de el poder de la oración intercesora, específicamente en (Mateo 5:44). No obstante, (Timoteo 2:5) nos recuerda lo siguiente:
“Sólo existe un Dios, tanto en la tierra como en el cielo. Igualmente, sólo existe un mediador entre el mundo de Dios y de los hombres. Su nombre es Jesucristo”.
Además de todo lo dicho, invocar la oración intercesora nos lleva a la serenidad (ver: oración de la serenidad). En (Daniel 9: 1-19) se puede constatar que para invocar el poder de la oración intercesora debe existir un arrepentimiento genuino. En otras palabras, el orador debe estar limpio de todo pecado. La otra persona que necesita del apoyo debe recibir la mayor de las energías positivas.
Para finalizar, es fundamental hacer de conocimiento que al hacer una oración intercesora, se espera cumplir la voluntad de Dios. Para la persona que se verá beneficiada, también es importante que mantenga una fuerte convicción. La fe mueve montañas, debido a eso, hay que mantener por siempre las esperanzas.