La virgen del Perpetuo Socorro es muy poderosa para quienes acuden a ella, al igual que la Virgen María Auxiliadora. Conoce la novena a la virgen del Perpetuo Socorro, en la cual puedes confiar para resolver tus aflicciones.
Novena a la virgen del Perpetuo Socorro
La novena a la virgen del Perpetuo Socorro se realiza a partir del 18 de junio, hasta el 26 del mismo mes. Como parte del rito, se debe hacer la señal de la santa cruz.
Para posteriormente formalizar la novena a la virgen del Perpetuo Socorro se ejecuta la oración inicial o preparatoria.
Oración inicial o preparatoria
Mi virgen amada del Perpetuo socorro, tú que conoces los dolores que han embargado a mi vida y sobre todo, la gran pena que me trae hasta ti. Acudo ante tu santidad bajo el poder de Dios, porque creo en él. Sé que Dios nos ha otorgado la mayor de las riquezas, como lo es el perdón de nuestros pecados.
Señora del Socorro mía, en estos momentos el dolor me está consumiendo por completo. No encuentro manera de buscar consuelo en mis puertas. Muchos hombres me olvidas, otros me persiguen y unos más quieren lastimarme. Los pocos interesados en mi humanidad no pueden remediar mis males.
Sólo te tengo a ti, mi virgen aclamada del Socorro Perpetuo. Eres la madre de Dios y por esa razón ya te alabo. Aquí vendré cada nueve días bajo tus pies, para que escuches estas peticiones. Gracias a tu infinita bondad, sé que escucharás esta novena con gran dulzura. Mi divina virgen del Perpetuo Socorro, en ti creo.
Primer día
En el transcurso de los 9 días de la novena a la virgen del Perpetuo Socorro, la oración preparatoria es el preámbulo.
Oh madre del Perpetuo Socorro, tú que recibiste al Niño Jesús con tu dedicado corazón maternal, espero recibas de la misma manera esta novena. Oh virgen reina, a ti que acudió el Ángel Gabriel para anunciar que traerías al mundo al hijo de Dios. Tu amor maternal hace que en esta ocasión me acerque ante ti para que me protejas por siempre.
Madre Santa, que cuya iglesia católica se rinde ante ti para venerarte día con día. A pesar que somos pecadores, las puertas de tu corazón siempre se abren para tus hijos. Vengo hacia ti, porque la amargura me está carcomiendo el alma, al igual que mis lágrimas son de desdicha. He perdido todas las esperanzas, no logro confiar en nadie. Sólo me quedas tú.
Madre santa del Socorro Perpetuo, en ti confío. Amén.
Invocar tres veces el ave Marías.
Segundo día
Oh mi virgen del Perpetuo Socorro, tú que amparaste al pecador en tus brazos, como cargaste a tu apreciado hijo al nacer de ti. Jesús, quien se entregó a la cruz por salvar los pecados de todos nosotros, fue tu gran tesoro engendrado. En este día acudo a ti, porque todos los pecados me persiguen. Recíbeme bajo tu amparo, virgen santísima.
Oh virgen, si ya no te queda espacio en tus brazos para que me cobijes, entonces abre para mí tu corazón. Deja que entre en él para contarte todas mis penas. Tú como madre, te das cuenta cuando un hijo sufre en este mundo. Mírame con la dulzura de tus ojos para que comprendas el dolor que me desarma.
Sé que me oyes, porque nunca dejas de atender a las súplicas de un hijo en desgracia. Madre, agradezco tu confianza depositada en mí, de ahora en adelante te honraré con mayor devoción. En ti confío y en Dios Todopoderoso. Amén.
Rezar 3 ave Marías. Si deseas acompañar esta novena, acude también a la oración de la virgen de Fátima, muy eficaz.
Tercer día
Oh señora del Perpetuo Socorro, que siempre vas acompañada de una procesión por ángeles grandiosos, sólo confío en ti y en Dios. Poco a poco he salido de mis sombras, gracias a la misericordia que me has enseñado. Aprendí el significado de la magna cruz, por mediación de la crucifixión de Nuestro Señor.
Creo en Dios como el sanador de las tristezas del mundo, al igual que en tu bondadoso corazón, oh madre. Deseo que siempre remedies mis males. Amén.
Rezar tres ave Marías para este día.
Cuarto día
Oh mi virgen del Perpetuo Socorro, que eres la gran hacedora de todas las virtudes de Dios. La Santa Madre Iglesia te ha proclamado como la gran madre de todos nosotros. Eres nuestro amparo y protección.
Por eso hoy, día cuarto, vuelvo ante ti para que demuestres una vez más el amor que tienes hacia mi, como también por todos los pecadores que habitan la tierra. Vengo con mucha fe, porque gracias a ti, he hallado el refugio que tanto he necesitado. Como alguna vez dijo San Alfonso “todo lo bueno de Dios, es por causa de María”.
Rezar tres ave Marías. Si al ver que tu corazón sigue en aflicción, revisa la novena a la virgen del Carmen, que te puede ayudar.
Quinto día
Oh mi gran señora del Perpetuo Socorro, que la santa iglesia ha sabido reconocer tus designios. Vengo hacia ti, porque todos me cerraron sus puertas: la riqueza, amistad, bienaventuranza, la ciencia y el poder.
Solamente tu puerta me ha quedado abierta, en la cual me recibiste con majestuoso amor. Haz que satanás no me persiga con sus seducciones, para que pueda ser digno de tu devoción. Deseo que San Rafael y San Gabriel me arropen con su protección al igual como tú lo haces. Amén.
Invocar tres ave Marías.
Sexto día
Oh excelsa virgen del Perpetuo Socorro, tú que obtuviste el sagrado nombre para que ayudaras a todos que necesitaran de ti. Oh madre, tú que has sido bendición nuestra y mía propia. A cada hijo que nace de ti, tú los miras con ojos especiales de amor.
Eres el socorro perpetuo desde el primer día que Dios creó la tierra, según la lectura del manuscrito del Génesis. Gracias mi virgencita milagrosa por ampararme, protegerme y cuidarme de todo mal y peligro. A ti te venero, a ti te clamo, por la virgen María y el gran Espíritu Santo. Amén.
Recitar tres ave Marías. Si ves que tus súplicas son tan fuertes que la novena a la virgen del Perpetuo Socorro no es suficiente, entonces invoca la novena a la virgen de la medalla milagrosa para que sanes tus dolores.
Séptimo día
Oh virgen del Perpetuo Socorro majestuosa, que representas el hermosísimo rayo de luz que ilumina nuestras sonrisas. Además, recubres con tu misericordia el manto divino de Dios. Al pronunciar tu digno nombre, todas mis aflicciones se convierten en bendiciones.
Tú nos has hecho conocer las virtudes de la bondad y la humildad, para así recorrer los senderos de la rectitud. Te llevo dentro de mi corazón, a partir del momento en que no me ha faltado tu amparo.Por eso acudí a ti, en vista de todos los desplantes del cual he sido victima. Te alabaré mañana y por siempre. Amén.
Rezar tres ave Marías.
Octavo día
Oh dulce virgen que socorres a tus fervientes devotos, tú que eres la estrella más brillante del cielo, y la mejor guía de los navegantes. Es por ello que todos los marineros te adoran sin descanso. Tú, mi gran señora, que has calmado las aguas más bravas del mar, sé mi refugio en todo momento.
Soy un triste náufrago, que ha saboreado las aguas del rechazo y del desprecio. Sólo me queda una tabla de salvación, la cual eres tú, cuando me iluminaste con tu estela poderosa para seguir el camino correcto. Nunca me faltes. Amén.
Rezar tres ave Marías. Si requieres encontrar el buen camino de la virtud, la novena a la virgen María Auxiliadora es la indicada para ti.
Noveno día
Dulce piadosa, virgen María del Perpetuo Socorro, vengo a despedirme de ti dándote gracias. Hoy, día noveno, me siento glorificado bajo tu sagrado manto. Te agradezco por haber sido mi apoyo cuando el hombre me desprecio, cuando me abandonó. Lograste iluminar mi corazón naufragado con el rayo de tu estrella más alta.
Me despido de ti, mi gran excelsa, para reafirmar mi devoción, para decirte que te alabo por los favores concedidos bajo la intercesión de Dios, Amén
Oración final
Oh virgen mía, tú que eres el refugio de todos los que lloran y sufren en este mundo. Creo en ti, y en tu gran corazón maternal para que sepa calmar todas mis angustias. A ti expuse cada uno de estos deseos, para que los sepas cumplir, como has cumplido con tus virtudes a nosotros y a la Santa Iglesia. Amén.
De esta manera, concluye la novena a la virgen del Perpetuo Socorro.