La cuestión de ayunar permite complacer a Dios. A través de este acto, estamos combatiendo de manera firme frente a las tentaciones del demonio. La oración de fe junto al ayuno fungen como un arma poderosa para encontrar esa paz perdida. Conoce la importancia de el poder de la oración y ayuno.
Importancia de el poder de la oración y ayuno
Muchas personas que ejercen el poder de la oración y ayuno es la mejor manera de comunicarnos con Dios, de sentir su aprobación en todo sentido. Incluso, en las Sagradas Escrituras resaltan lo importante que es ayunar en la vida de todo cristiano. Estas costumbres son consolidadas especialmente cuando llegan los días pascuales. La iglesia nos ha enseñado que tanto el jueves como el viernes santo, debemos practicar la abstinencia.
San Mateo explica en su evangelio que no hay mejor remedio frente a la tentación que orar y orar. Además, hace referencia que la carne es débil y frente a ese hecho, lo mejor es combatirla con el poder de la oración y ayuno (Mateo 26:41). Por tanto, el poder de la oración es primordial para luchar en contra de todas aquellas seducciones. De igual modo, el ayuno permite evitar la gula y el exceso en todo lo que comemos.
Ayunar también es fundamental para poder alcanzar la gracia divina. Quienes practican la gula son considerados como codiciosos y por tal motivo no complacen al Altísimo con tal acto. La abstinencia de la carne es elemental cuando llega la Semana Mayor, en especial los días santos y el domingo de resurrección. (Joel 2:12) explica que a través de el poder de la oración y ayuno podemos lograr una sincera conversión de nuestros pecados. Debemos hacerlo en mayor medida para contar con la aprobación del Padre.
Significado del ayuno en La Biblia
Para comprender mejor el concepto del ayuno, es vital hacer lecturas analíticas en las Sagradas Escrituras (ver: sagradas escrituras católicas, ¿libro mágico o manual de vida?). Todo cristiano que sepa llevar su religión en alto, debe acatar el ayuno como parte de la normativa laica. En ese caso, no existe el libre albedrio para tomar la decisión de ayunar o no, porque es un deber que todos debemos cumplir a cabalidad.
San Mateo (9:14) refiere que mediante el proceso de ayunar, se logra alcanzar la espiritualidad completa. El devoto asume una madurez plena sobre lo que implica dejar de comer para complacer a Dios. En la misma lectura, Jesucristo cuestiona a sus 12 hombres de confianza por no haber ayunado, por lo que dice:
“¿Y eso que se puede estar vestido con túnica de duelo cuando se está casado y el esposo está a su lado?. Sus principales miedos es que algún día ellos se vayan y tengan que ayunar para evitarlo. Deben ayunar, para que el día que no esté más junto a ustedes, logren alcanzar la gracia divina de mi padre. Para ser fieles a Dios, todos ustedes deben ayunar de ahora en adelante”. (9:14).
A menudo debemos acudir al poder de la oración y el ayuno para enaltecer las egicencias que estipula Dios con sus dogmas. No obstante, es igual de relevante rezar en la madrugada o hacer vigilias (ver: el poder de la oración de madrugada).
El poder de la oración y ayuno para Cristo
Nuestro Señor Jesucristo siempre hizo hincapié en que todos sus discípulos debían ayunar. Es recurrente leer en La Biblia, que tanto San Mateo como San Marcos resaltan el deber que tenemos de abstenernos cuando sea necesario. El hijo de Dios siempre se dirigió a sus fieles para revelar que el ayuno nos permite crecer como personas y religiosos. Es el paso importante para ganarnos el respeto y cariño de Dios.
El acto de ayunar no va dirigido a personas que tienen creencias paganas, pero los golosos si deben cumplir el mandato. Es fundamental hacer conocimiento de uno de los testimonios finales de cristo:
“Los corazoes de ustedes no pueden dejarse llevar por la gula y glotonería. Ningún vicio será aceptado por Dios. No hay que vivir la vida de manera desenfrenada. Hay que establecer límites. Hermanos y hermanas, ayunar les hará crecer su espíritu”. (Lucas 21:34).
Cristo también anunció a su pueblo que Lucifer sería proveedor de la gula en el pueblo de Jerusalén. Advirtió a todos sus hombres sobre las amenazas constantes en contra de ellos por parte del maligno. Para evitar esto, es primordial ayudar cada vez que sea posible. Con este proceso, estaríamos cumpliendo en parte con los estatutos y deberes de cristianos. No dejes de practicar el poder de la oración y ayuno.