El judaísmo ortodoxo es una de las ramas de la religión judía, el cual tiene sus principios, costumbres, tradiciones, averigua mucho más aquí sobre este interesante tema. (Ver artículo: Ateísmo).

Judaísmo Ortodoxo

¿Qué es?

El judaísmo ortodoxo forma parte de una de las líneas en la que se divide la religión judía, siendo ésta una de las más conservadoras actualmente, conjuntamente con el judaísmo conservador o masortí y el judaísmo reformista. Se diferencia de ellos por su apego estricto a la halajá (leyes judías). Carente de una autoridad doctrinal central permitiendo cierta evolución en la práctica. (Ver artículo: Historia del ateísmo).

Judaísmo ortodoxo moderno

Acorde a su conducta hacia la cultura moderna, el judaísmo ortodoxo se convierte informalmente en judaísmo ortodoxo moderno, que busca ajustar hasta algún punto sus prácticas y estudios a la situación social actual, si bien es firme con respecto a la halajá; el sionismo religioso, que une el judaísmo ortodoxo con el sionismo; y el judaísmo haredí, que no acepta toda invención que sus líderes supongan contradictoria al espíritu de la Torá.  (Ver artículo: Espiritismo en Umbanda).

Las divisiones doctrinales en este sentido no se establecieron hasta alrededor del siglo XVIII, cuando, bajo la influencia de la Ilustración, ciertos sectores de la comunidad judía objetaron la separación impuesta por las prácticas religiosas convencionales y buscaron la  integración, a pesar del entonces antisemitismo dominante, en las comunidades nacionales, alterando en términos muchas veces racionalistas las costumbres y creencias religiosas.

El rechazo a este pensamiento definió la ortodoxia.​  El nombre de judaísmo ortodoxo fue creado en el siglo XIX para referirse al judaísmo tradicional en oposición a las nuevas corrientes que, bajo el discurso de la modernidad, practicaron distintas maneras de apartar al judaísmo de su histórica implicación práctica (conocida bajo el nombre de halajá).El judaísmo ortodoxo fundamenta sus dogmas en los trece principios de fe de Moisés Maimónides.

El judaísmo ortodoxo se orienta primordialmente por la halajá o ley judía detallada en el Talmud y codificada en el ShuljánAruj (recopilación de normas de conducta contenidas en la religión judía). Estos a su vez se fundamentan en la Torá,​ la ley del Pentateuco. De todas las ramas del judaísmo, el judaísmo ortodoxo es el que cumple más las leyes de la tradición verbal, ya que esta fue entregada por Dios, en el monte Sinaí y de ella salen todas las leyes judías.

La mujer en el judaísmo ortodoxo desempeña un rol de mucha importancia, debido a que según esta rama, el hombre necesita de la mujer (y no al revés), la mujer se conecta permanentemente con Dios mientras que el hombre tiene que orar con diez personas para lograr el mismo nivel.

Se calcula que de los trece millones de judíos en la actualidad el 10% son sefardíes, el 30% mizrajíes y 53% asquenazíes; no obstante, en la práctica coexisten distintas ramas de judaísmo,  como el judaísmo ortodoxo, conservador, progresista, reconstruccionista y reformista. (Ver artículo:  Ateísmo en México).

Ultraortodoxo 

El judaísmo ultraortodoxo es una rama interna del judaísmo ortodoxo. Los jaredíes,además son conocidos como judíos ultraortodoxos, o como aquellos que le  temen a Dios, son judíos ortodoxos cuya actividad religiosa es fundamentalmente devota. Los jaredíes sostienen, del mismo modo que todo el judaísmo ortodoxo, que la Torá entregada en el Monte Sinaí por Dios, con sus concernientes leyes, compone el «manual de instrucciones del mundo». Resumido en otras palabras, la Torá es el código que permite, en métodos básicos, el comportamiento armónico de la Creación y los creados, la regulación de sus leyes y principios, y los métodos que llevarán a cada persona a unirse a Dios para disfrutar de deleite infinito, máximo objetivo de la creación del mundo.

No Obstante, a pesar de que otras congregaciones de judíos ortodoxos (ya sean jasídicos u ortodoxos modernos) aceptan esta afirmación, existe discrepancia entre todas las congregaciones referente ala conducta en espacios no legales; o sea, en el espacio de la cosmovisión individual y colectiva, que no está bajo reglamento de la Torá. (Ver artículo: Judaísmo Moral)

Los jaredíes acostumbran a vivir al margen de las sociedades laicas que están a su alrededor, incluyendo las judías, esto se debe a que pretenden poner en práctica los preceptos bíblicos en un espacio no hostil. Actualmente dejan ver una fuerte presencia en Israel, donde cuentan con sus propios barrios (e, inclusive, sus ciudades), sus partidos políticos, sus comercios y sus escuelas. Igualmente viven grupos de jaredíes en varias agrupaciones judías de la diáspora, especialmente en Estados Unidos, Argentina y la Europa Occidental. Los jaredíes tienen sus propios periódicos, el más importante de los cuales es Hamodia («El Anunciador»).

A partir del final del siglo XIX, el sector israelí de los jaredíesno acepta en cierta forma la “modernidad” occidental, tanto en lo que se trata de costumbres como en lo que se trata de la ideología. No obstante, esta actitud no es unísona en el mundo jaredí. Para citar, aquellos originarios de EE.UU. tienen una visión más inclusiva de la modernidad que la que predomina entre los israelíes.

Los sociólogos israelíes acostumbran a diferenciar entre los laicos (poco interesados por la religión, si bien, no precisamente antirreligiosos), los tradicionalistas (cuya práctica religiosa es parcial), los ortodoxos (de práctica religiosa estricta, aunque sumergidos en el mundo actual) y los ultraortodoxos o jaredíes (de práctica religiosa estricta, que no aceptan  ciertas maneras de actualidad, fuerte voluntad de separatismo social: vestimenta determinada, barrios determinados, instituciones religiosas categóricas).​

Los jaredíes no se definen a ellos mismos como ultraortodoxos, sino como judíos ortodoxos jaredíes («los que tiemblan», en el sentido de «los que tiemblan ante Dios», o los «que le temen a Dios»). La raíz de la palabra jaredí es jarada, la palabra más categórica en hebreo para distinguir el miedo, indicando que un jaredí se siente «aterrorizado» ante la idea de violar alguna de las seiscientas trecemitzvot (preceptos o mandamientos que el judío está obligado a cumplir.).

Los ortodoxos «modernos» y los jaredíes no se distinguen en nada desde el punto de vista teológico, pero sí en su modo de vida y orientaciones políticas. Por muchos siglos, no existió el concepto de judaísmo ortodoxo, ya que para ello hubiese sido necesaria la existencia de un judaísmo heterodoxo. De hecho, este judaísmo heterodoxo ya existía (por ejemplo, los karaítas), si bien su existencia no era lo suficientemente indicadora como para dar origen a una designación determinada.

Ya el siglo XIX, la llegada a Occidente de la modernidad logra que se produzcan grandes evoluciones en el judaísmo, primero en Alemania y más adelante en toda Europa. De manera especial surge durante la primera mitad del siglo XIX en Alemania el Judaísmo reformista, que defiende la autonomía individual en lo que se refiere  la interpretación de los mandatos religiosos.

El «judaísmo ortodoxo» se ve, de esta manera, en la obligación de definirse como salvaguardia de lo que éste interpreta como «tradición religiosa» ante este «nuevo» fenómeno. Pero el argumento de la «modernización» de la religión judía no fue la única que causó la ruptura. Fue el tema de la modernización de las sociedades judías en su conjunto (en lo relacionado con las estructuras sociales, con las estructuras de poder y con las relaciones con el Estado) el que se planteó. Y de allí, las respuestas entre las diferentes comunidades ortodoxas no fueron unísonas.

A partir de la segunda mitad del siglo XIX, la rama nombrada neoortodoxa alemana, siguiendo al rabino Samson Raphael Hirsch (1808-1888), mantiene la teoría acerca de un moderado acercamiento a la modernidad técnica y social. Según dicha teoría, los judíos no deben distanciarse de sus valores, pero pueden participar en la vida social del entorno en el que se mueven.

En cambio, e inversamente a los reformistas (y a los asimilacioncitas), que consideran que el hecho religioso judío debe perseverar en el ámbito privado, la nueva ortodoxia sostiene que los judíos además deben coexistir como colectivo organizado, por lo que deben rechazar igualmente aquellos aspectos del mundo moderno que sean contrarios a los seiscientos trecemitzvot (mandatos) reunidos por la tradición.

No obstante, otra rama del judaísmo objetó de manera frontal la entrada en las sociedades occidentales consideradas opuestas por sus valores a la tradición judía. Esta corriente surgió sobre todo en el este de Europa. Admitió algunos aspectos de la modernidad técnica, pero objetaba casi todos los aspectos relacionados con la «modernidad» social o política: nacionalismo, democracia, salida del gueto, entre otros aspectos.

En un primer tiempo, los ortodoxos se mantuvieron bastante unidos. De esta manera, la nueva ortodoxia alemana y los conservadores del este de Europa fundaron en conjunto el partido político Agudat Israel en el año 1912, en Polonia.

Se ven afectados por el riesgo que corren los judíos religiosos en general, por lo que deciden  unirse. Los dos grupos no aceptan el sionismo, la asimilación, el socialismo, el ateísmo y otros argumentos modernos. Pero en el espacio de entreguerras, las discrepancias entre ortodoxos «modernos», influenciados  más o menos por las tesis del rabino Samson Raphael Hirsch, y los conservadores se acentúan.

Se puede ya hablar en ese momento de la coexistencia plenamente asumida de una corriente determinada: la ultraortodoxia. Los ortodoxos «modernos» abandonan Agudat Israel en esa época.

La vida ideal de los jaredíes es una vida judía vivida en torno a los rabinos. Por esto no aceptan muchos aspectos del mundo moderno (existe un especial rechazo hacia la televisión), con barrios separados de los no judíos y de los judíos laicos. Físicamente, su indumentaria negra (los «hombres de negro» siguiendo la expresión israelí) hace que puedan ser diferenciados con facilidad.

No obstante, no estamos ante una actitud de rechazo de la modernidad tan radical como la de los Amish; ya que se acepta la electricidad, el automóvil, el ordenador y el avión.

Costumbres

Los judíos ortodoxos cumplen las normas impartidas por la Halajá o leyes judías, dichas normas, generalmente, se cumplen al pie de la letra, pero les están permitidas ciertas modificaciones. Dentro de las normas que deben cumplir se indica cómo deben vestirse, cuándo tomar lácteos o cómo se debe matar a los animales para comer su carne entre otras más. En la actualidad el judaísmo está dividido en tres grandes corrientes: conservador, reformista y ortodoxo. Lo que  principalmente los diferencia a cada uno entre si es el grado en que cada uno se sujeta a las leyes judías o Halajá. (Ver artículo: Cultura hindú).

En el caso de los judíos ortodoxos son aquellos que se ajustan estrictamente a la Halajá, no obstante están permitidas pequeñas modificaciones, y fundamentan sus creencias en los trece principios de fe de Moisés. Los seiscientos trecemandatos que siguen los judíos hablan de distintos espacio de la vida cotidiana, en los que se incluyen por ejemplo, la forma de vestir o alimentarse, cuándo realizar el primer corte de pelo o cómo enterrar a los muertos después de un asesinato.

Para los judíos, Dios es el único que puede dar o quitar la vida. Porlo tanto, hacen un ritual de «santificación» para matar a los animales que se llama shejitá. La ingesta de carne de cerdo es prohibida para los judíos ya que es  considerado un animal impuro.

Un alimento cárnico es apto o puro (kosher) cuando se ha seguido este ritual de manera exacta. Es fundamental que se saque la sangre ya que es vida y donde existe el espíritu, por este motivo no pueden comer morcilla. Tampoco pueden comer los crustáceos y marisco, ya que están prohibidos por la Torá (uno de los libros sagrados del judaísmo).

Particularmente, el Islam tiene, igualmente, sus propias reglas en relación a la carne. La carne halal, la que respeta estas reglas, es el equivalente a la carne kosher. Continuando con las reglas referentes a la alimentación, los ortodoxos deben dejar que pase como  mínimo unas tres horas desde que comen carne hasta que puedan beber productos lácteos.

No obstante,si se da el caso de que se tome primeramente el producto lácteo, como éste tarda menos en asimilarse, se puede comer carne un poco antes. Esta regla se debe a que se interpreta a la carne como muerte y a la leche como vida. Por este motivo, no se pueden comer simultáneamente.

Si bien es una regla obligatoria, la tradición es más estricta durante el Pesaj o Pascua judía. En algunos hogares, los ortodoxos usan  dos vajillas: una para los productos cárnicos y otra para los lácteos. La jalá es la manera adecuada de comer pan, debido a que, al ser un elemento de la ceremonia, tiene un nivel especial y no se puede hacer de cualquier modo. Los judíos tienen la obligación quemar una proporción de masa en honor de los sacrificios que se efectuaban en Jerusalén.

Igualmente es especial, por su participación en las ceremonias judías, el vino. En la antigüedad, solo podían beber vino hecho por judíos. No obstante, con el pasar del tiempo, esta costumbre se ha ido perdiendo.

Las leyes a su vez hablan de que manera debe ser el duelo o cómo se deben enterrar a los muertos. Para una porción de la comunidad judía, específicamente para los ultraortodoxos los que cumplen al pie de la letra el camino marcado por las leyes judías), aquellas personas que han muerto en atentados terroristas o han sido asesinados, deben ser enterrados completamente. Si han quedado despedazadas, se debe buscar cada parte para su entierro.

Asimismo, los 30 días subsiguientes al fallecimiento de una persona cercana, los familiares no pueden salir de su casa y, no pueden escuchar música hasta después de un año. Tampoco se puede enterrar a los muertos en altura, deben estar en contacto con tierra virgen y no pueden ser incinerados. Tanto la vestimenta de hombres como de  mujeres es muy simple. Ellos pueden usar pantalones y chaquetas negras con camisas blancas, mientras que ellas deben cubrirse con faldas largas.

Estas prendas no pueden ser hechas con lana y lino, es algo que se considera como una desobediencia  la ley bíblica y resulta ofensivo. De esta manera calificaron los judíos ortodoxos ciertas prendas que las tiendas Zara comercializaron  en Israel en mayo del año 2007.De igual forma se determina que los hombres no se pueden vestirse como las mujeres ni al contrario.

Es costumbre  identificar a los hombres que practican el judaísmo ortodoxo por sus tirabuzones, porque así lo dictan estas reglas. Mientras que los sacerdotes judíos deben vestir siempre de negro, con su característico sombrero plano.

No obstante, mujeres y niños de igual manera deben cumplir las leyes al respecto. En el caso de las mujeres que están casadas, estas no pueden mostrar el cabello en público y, para evitar hacerlo, generalmente usan pañuelos o pelucas.Los tatuajes, piercings y otras tipos de arte corporal están prohibidos por ley judía.

Los hombres usan, aunque no es obligatorio, la kipá, una pequeña gorra ritual que les recuerda que no hay nadie por encima de Dios. También utilizan el talitque es un manto blanco con el cual los hombres casados se cubren la cabeza para rezar.

Envolverse con este manto para muchos es como envolverse de la presencia divina, los bordes del talit tienen hilos que recuerdan el mandamiento de utilizar tzitzit (nombre dado a los flecos del talit, que se utiliza como medio para recordar los mandamientos de Dios)en las esquinas de la ropa. Se utiliza  para la ceremonia del matrimonio y se acostumbra a que sea la novia quien le obsequie el talit a su futuro marido.

Consumado el matrimonio, la mujer es considerada el eje de la familia y del hogar, la que sostiene el bastión espiritual de la misma. Por tal motivo ella es quien prende las velas de shabat dentro del hogar y cocina o compra el pan con el que será bendecida la mesa.

Las mujeres solteras igualmente prenden velas en shabat, no obstante se pone una especial importancia en las mujeres que están casadas, ya que estas últimas prenden una o más velas (eso dependerá del número de hijos que tengan), mientras que las mujeres solteras prenden sólo una.

La mujer debe permanecer en el hogar y educar a los hijos, sobre todo durante la primera infancia. Es quien se encarga de velar por el orden familiar y conservar las tradiciones, por lo que no suele tener profesión y algunas veces ni siquiera estudios.La mujer judía no puede utilizar anticonceptivos de ningún tipo.

En el judaísmo el acto más sagrado es la sexualidad entre hombre y mujer; es el acto que da vida al ser humano y el acto en el cual más presente está Dios entre los hombres. Por este motivo existen muchas reglas que ayudan a conservar la santidad de este acto y a darle un sentido trascendental, para que la pareja lo tenga presente en toda ocasión.

Estas pautas de pureza incluyen la visita a la mikveh (baño ritual) por parte de la mujer una vez al mes y el espacio de nidá (separación) mediante el cual hombre y mujer interrumpen por un corto tiempo el contacto físico. Los dos actos se realizan con el fin de renovar la relación y el contacto, de crear una pausa en la rutina marital, para establecer un nuevo ciclo entre la pareja y hacer los momentos íntimos más espirituales.

Antes de volver a tener relaciones sexuales luego de dar  a luz o de un período menstrual, las mujeres deben realizar un baño por inmersión en el micvé, una bañera que generalmente existe en las sinagogas. Las reglas indican cómo debe ser: agua fría y que corra, debe hacerse de noche y la bañera debe estar en un lugar bajo y tiene que ser de unas medidas muy específicas.

Los niños no pueden cortarse el cabello hasta los tres años, esta ceremonia se llama upsherin. Esta costumbre se debe a la comparación bíblica entre la vida humana y el crecimiento de los árboles, de los cuáles está prohibido comer fruta durante sus tres primeros años de existencia.

Mientras los hombres deben someterse a la circuncisión a los ocho días de su nacimiento, las mujeres solo deben pasar por una ceremonia de nombramiento para integrase de manera oficial en la comunidad judía.

Para los judíos, contrariamente de los católicos, el día en el que está prohibido trabajar es el sábado y no el domingo. No obstante, hay un día aún más solemne en esta religión y que igualmente tiene prohibido que se trabaje. Esa jornada se conoce como «el día del perdón» o YomKippur, que se celebra diez días después del año nuevo judío (RoshHashaná).

¿Por qué la peluca?

Tras contraer matrimonio, las mujeres obedientes cubren su cabello cuando se encuentran en público. Dentro de las costumbres judías las mujeres casadas no pueden dejar ver su cabello en público. Este acto se considera una muestra de amor por parte de la mujer que ha decidido hacerlo, es un recuerdo de su matrimonio y una manera  de conservar una parte de su cuerpo para su esposo; esto acrecienta la intimidad que se vive en la pareja.

Para lograr esto, usa un pañuelo o también o una peluca para cubrir su cabeza.Cubriendo su cabello, la mujer casada hace una declaración: “No estoy disponible. Pueden verme pero no estoy abierta al público. Ni siquiera mi cabello, la parte más evidente y visible de mí, no es para los ojos de los demás.”

El cabello cubierto crea un efecto profundo en la persona que lo percibe. Crea una muro psicológico, una distancia cognoscente entre ella y los extraños. Su belleza se visualiza pero a su vez es discreta; ella es llamativa pero no está disponible.

Existen varias maneras de realizarlo, desde sombreros y telas de colores con diferentes tocados, pañuelos inclusive hasta pelucas. Todo dependerá del gusto de la mujer que lo usa. Muchas judías obedientes se refieren a esta parte de su atuendo (tijel) como una corona.

En cuanto a la peluca logra exactamente el efecto que se desea, ya que una peluca le  permite a una mujer que cubra todo su cabello, a la vez que conserva su aspecto atractivo.

Puede de esta manera, sentirse orgullosa de como se ve sin arriesgar su privacidad. Y aunque   su peluca parezca tan real como para ser confundida con el cabello verdadero, ella sabe que nadie está viendo su cabello real. Ha creado un sitio privado, y sólo ella decide a quién le  permitir entrar en él.

Mientras algunas de las mujeres llevan un sombrero cubriendo parte de su cabello, otras prefieren una peluca con el cabello hasta los hombros de un color castaño. Pero para poder utilizarlas tan sólo hay un requisito que todas deben acatar. Tiene que ser kosher, esto quiere decir que respetan los mandatos de la religión judía. «Esto significa que su peluca no puede  estar hecha con cabello de India, por ejemplo», expone el rabino Schlesinger, quien es especialista en pelucas.

Hasta el año 2004 varias pelucas se elaboraban con cabello provenientes de templos donde los religiosos hindúes se afeitaban sus cabezas. «Las leyes religiosas prohíben obtener beneficio de un acto que está dedicado a otra divinidad», explica el rabino. Conjuntamente, los rabinos determinaron que las pelucas hechas con pelo de India quebrantaban la ley religiosa judía.