Los mantras del budismo tibetano son una sucesión de palabras o grupos de silabas que se cantan, ordinariamente de manera repetitiva, como parte de la destreza budista. Un ejemplo de un mantra es “om mani padme hum”, que está coligado con el budismo tibetano.

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La ocupación de un mantra se concibe de manera desigual por las varias escuelas del budismo, pero en su nivel más esencial, se cree que el canto de un mantra rememora la iluminación. A veces los mantras se manejan como manera de meditación.

Mantras del Budismo Tibetano

Los mantras budistas tibetanos son mensajes inicialmente articulados por un Buda mientras están abismalmente en meditación. Recitarlos ayuda a suplantar la permanente charla oculta de la mente con sílabas relajantes que refinan las alteraciones kármicas, contribuyen energía beneficiosa, reúnen la concentración y brindan protección y aprobaciones. (Ver artículo: como murió Herodes Antipas)

El canto de un mantra no consigue, por sí mismo, librar a una persona de la presencia cíclica. Mientras se canta, uno asimismo debe transfigurar y orientar los pensamientos. Para comprender a la mente de esta forma, se requiere premisa, recibir instrucciones de un maestro calificado, especular y contemplar esas instrucciones y advertir en la práctica de la imaginación hábil.

El respetable Bardor Tulku Rimpoché participó modernamente una guía elemental sobre el uso de mantras y malas en la experiencia budista tibetana. Si bien la inquisición que Rinpoche que suministró aquí se relaciona concretamente con su práctica en la escuela de budismo tibetano Kagyu, gran porción de ella asimismo es válida para otras prácticas budistas tibetanas.

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Los mantras son asiduamente un aspecto significativo de la costumbre budista tibetana. Suelen incumbir a deidades determinadas. Cada deidad posee uno o más mantras coligados con él o ella. Por lo tanto, la cognición para declamar un mantra determinado es el deseo de conseguir las cualidades coligadas con esa deidad determinada. Si alguien desea desplegar el discernimiento, puede repasar en Manjushri y declamar su mantra. Si la lustración es la afectación trascendental en la práctica, se encomienda la reflexión en Vajrasattva y la pronunciación de su mantra de 100 sílabas o seis sílabas.

El mantra más usualmente ejercido es “OM MANI PADME HUM”, el mantra primordial de Avalokiteshvara, el bodhisattva que representa la misericordia de todos los budas. El desarrollo del amor ecuánime y la compasión es la propiedad de la destreza espiritual; del mismo modo, este mantra es la propiedad de todos los mantras. Sus seis sílabas imposibilitan el renacimiento en los seis reinos del samsara, y sujetan la propiedad de los budas que libran los seis reinos, y asimismo la propiedad de las seis perfecciones ejercidas en el mahayana. (Ver artículo:  cómo nació la Iglesia)

La razón esencial para el uso de los mantras en la imaginación sobre las omnipotencias es que el mantra de una deidad no es otra de la deidad misma. Se puede reflexionar que la declaración del mantra es una deidad citada a un nombre, y de hecho, varios mantras se enuncian de esa manera. Pero realmente, un mantra es más que el dictado de la deidad, es la deidad que surge como sonido. Por esa razón, la forma rasgueada de un mantra se reflexiona como un tipo de buda nirmanakaya.

Según nuestra práctica, todos los mantras budistas fueron educados por primera vez por el Buda histórico o sus difusiones. Dado que muchos Tantras narran el uso de malas, y creemos que fueron ilustrados por el Buda, también opinamos que el uso de malas se encumbra a su tiempo.

Muchos se preguntan cuál es el error más grandioso que ve que los occidentales ejecutan cuando dicen mantras. La generalidad de los mantras budistas está en el dialecto sánscrito. La articulación de los mantras se entiende ser una dificultad para aquellos que no están acostumbrados con el sánscrito. Los tibetanos estiran a pronunciar mal las proporcionadas sánscritas. A los occidentales les va excelente con las consonantes, pero tienen dificultades con las vocales y las tracciones o el ritmo.

Con respecto a lo más importante que se debe saber acerca de decir mantras con eficacia, podemos decir que lo más significativo en el uso del mantra es el samadhi, que es un estado de meditación profunda que lo corteja, que debe instruirse en el contexto de esa práctica determinada, ya que será propio de esa práctica. Otra cuestión es si se debe colocar alguna atención específica en las manos o el cuerpo mientras se recita. La postura física favorecida para la práctica de mantras es casi siempre la misma que se utiliza para la meditación budista en habitual. Esto también pretende instrucción personal. (Ver artículo:  con quien se casó Moisés)

El beneficio de decir mantras en ocasiones propicias corresponde a que hay ciertos instantes en que el patrocinio de la repetición de mantras es esencialmente grande. Estos contienen los días de luna llena y luna nueva del mes, y varios otros días igualmente. Esto se debe a la recóndita relación entre nuestras mentes, nuestros cuerpos y nuestro ambiente.

Muchos aseguran que hay veces en que es inapropiado decir mantras. Los novatos no deben pronunciar mantras durante las ilustraciones porque deben orientarse únicamente en lo que se enseña. Aparte de eso, no hay un instante en el que sea incorrecto declamar los mantras. Muchos comparten ejemplos de historias de expertos o estudiantes que hayan tenido rutinas al decir mantras.

Todos los siddhas de la India, el Tíbet y otras posesiones han conseguido el siddhi al repetir el mantra y ver a la deidad designada cara a cara como consecuencia. Todas las historias son semejantes. Como se dice, «los muchos siddhas poseen una sola biografía». Ya que la mala de uno es un recipiente de las bendiciones de su pronunciación, no debe colocarse en el suelo o en lugares indecorosos.

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Otra de las preguntas sobre el recitar mantras es sobre si se considera adecuado llevar un mala alrededor del cuello, o solo en torno a la muñeca. Es adecuado llevar el mal de uno cerca del cuello o almacenarlo en un bolsillo en la parte preferente del cuerpo. No es adecuado guardarlo en el bolsillo del pantalón. (Ver artículo: cómo enseñar la Palabra de Dios a los niños)

Los budistas tibetanos opinan que expresar el mantra u oración, “Om Mani Padme Hum” en voz alta o en silencio, implora la poderosa vigilancia benévola y las consagraciones de Chenrezig, la personificación de la piedad. Ver la forma subrayada del mantra se dice que posee el mismo efecto. Frecuentemente se talla en piedras y se sitúa donde la gente consigue verlas.

Shakyamuni Mantra:

“Oṃ muni muni mahāmuni śākyamuni svāhā Om muni muni mahamuni shakyamuni svaha”.

Shakyamuni, el sabio del clan Shakyan es el Buda auténtico, también acreditado como Siddhartha Gautama. Shakyamuni fue casi con toda seguridad la inicial figura inspirada que se concibió. Hay un divino pasaje en el Sutta Nipata, un texto budista anticipado, donde Pingiyatalks acerca de cómo nunca se aparta de Buda. Él dice que en cualquier instante desea poder ver y atender a su maestro, a pesar de que existe a cientos de millas de donde habita el Buda.

El mantra de Shakyamuni es un retozo con su calificativo. Muni  simboliza sabio. Maha simboliza grande. Así que el mantra expresa: «¡Oh, sabio, sabio, muy sabio, sabio de los Shakyans, Hail!» Asimismo este mantra se halla comúnmente en la siguiente manera: “Om muni muni mahamuni shakyamuniye svaha”.

Esta forma posee el nombre de Shakyamuni en forma de dativo, de manera que dice: «¡Oh, sabio, sabio, gran sabio,  al sabio de los shakyas!» Esta es en verdad la forma más habitual del mantra en sánscrito, aunque en tibetano el mantra se halla en la versión «tibetizada» con un carácter más corto dada precedentemente: “Om muni maha muni shakyamuni soha” donde «soha» es la paráfrasis tibetana de «svaha”.

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Oṃ Amideva Hriḥ:

Para culminar todos los obstáculos y dificultades. Este es el mantra santificado de BUDDHA AMITABHA que te resguarda de los peligros y dificultades, y supera todos los impedimentos para tu éxito. El mantra enaltece tu compasiva y amoroso ambiente y trae extraordinarias bendiciones cada vez que pronuncias el mantra.

Om ami dewa hrih:

Pronuncia el mantra 108 veces al día para afirmar el renacimiento en la tierra pura de Amitabha.

Medicina Buda Mantra:

“Tayata Om Bekanze Bekanze Maha BeKanze Radza Samudgate Soha”

El mantra de Buda de la medicina se declama para el éxito. Ya que poseemos varios problemas y queremos tener éxito, precisamos pronunciar el mantra del Buda de la Medicina todos los días. Puede auxiliarnos a descartar los problemas, la infelicidad y la angustia que no queremos y conseguir el éxito, la felicidad, el desarrollo interior y las ejecuciones del camino que formamos.

Lord Buddha le expresó a su asistente Ananda que inclusive los animales que atienden el mantra del Buddha de la Medicina nunca resurgirán en los reinos mínimos. Kyabje Chöden Rimpoché, quien consiguió el camino cumplido hacia la iluminación, dijo frescamente que si pronuncias el mantra del Buda de la Medicina en el instante de la muerte, retoñarás en la tierra pura. Por lo tanto, debe declamarse no solo para la mejoría sino además para favorecer a las personas y los animales todo el tiempo, ya sea que estén coexistiendo o sucumbiendo.

Om Vajrapani Hum:

Vajrapani, para varios recién logrados al budismo, no se ve muy budista en incondicional. Es un Bodhisattva que simboliza la energía de la mente inspirada, y su mantra además simboliza esa forma. Vajrapani se encarna bailando salvajemente dentro de un cerco de llamas, que constituyen la transformación. Tiene un rayo en su mano derecha, que destaca el poder de cruzar la oscuridad del engaño. Vajrapani se ve furioso, pero como una forma de la mente iluminada, está totalmente libre de rencor. (Ver artículo:  San Judas Tadeo)