El Monasterio de San Salvador de Leyre es el más antiguo de la región española norteña de Navarra, siendo un importante monumento del estilo románico. Te invitamos a conocer la impresionante arquitectura de este recinto, su historia, restauración y su Panteón Real.
Monasterio de San Salvador de Leyre
El Monasterio de San Salvador de Leyre, a veces referido como Monasterio de Leyre, ha sido reconocido como uno de los conjuntos monacales más emblemáticos y significativos de España y ha sido así en virtud de su relevancia histórica y arquitectónica.
El Monasterio de San Salvador de Leyre está situado en el nordeste de la conocida Comunidad Foral de Navarra, cerca del límite con la región de Aragón,
Más específicamente, se halla a unos 50 km al sureste de Pamplona, en el municipio de Yesa, al pie de los Pirineos, sobre el valle del Aragón, en una roca de la ladera de la Sierra de Leyre.
Existen documentos sobre la existencia de Leyre ya en el siglo IX. Te interesará también el Abadía de San Benito de estilo benedictino.
El Monasterio de San Salvador de Leyre tuvo una gran relevancia en la historia de reino de Pamplona-Nájera y, posteriormente, en el de Navarra.
Se le ha distinguido con una especial ubicación en el panteón en el que yacen los primeros monarcas del reino de Pamplona. Conoce también el Monasterio de Santa Eulalia.
Historia del Monasterio de San Salvador de Leyre
Se desconoce el año de fundación del monasterio. La referencia más antigua que se conserva es una carta fechada el 15 de noviembre de 851 de san Eulogio de Córdoba a Wilesindo, obispo de Pamplona, en la que recuerda una visita a esta ciudad. Tampoco hay evidencias arqueológicas de vestigios más antiguos.
Hacia el año 860, el Monasterio de San Salvador de Leyre recibió las reliquias de los santos Nunilo y Alodia, que se conservaron en la “Arqueta del Califa”, hoy en el Museo de Navarra en Pamplona.
Tras la devastación de Pamplona por Abd ar-Rahman III en el año 924, el monasterio sirvió como sede diocesana hasta el año 1023 y, posteriormente, los abades de Leyre fueron a menudo también obispos de Pamplona en unión personal.
No se han conservado pruebas estructurales de este periodo, aun cuando existe un informe sobre la consagración de la iglesia, presumiblemente el coro, para el año 1057 y un segundo informe correspondiente al 24 de octubre de 1098, probablemente para la parte occidental terminada.
En 1269, con la transferencia a la Orden del Císter en 1230, el Monasterio de San Salvador de Leyre se subordinó al monasterio madre de La Oliva a partir de la filiación de la abadía primaria de Morimond.
En 1270, los benedictinos recuperaron el monasterio, pero sólo pudieron mantenerse hasta 1273, cuando fueron relevados de nuevo por los cistercienses.
Durante la desamortización o expropiación de bienes de la iglesia, los monasterios españoles fueron disueltos y los cistercienses expulsados de Leyre en 1836.
En 1863, los restos de los primeros reyes de Navarra fueron trasladados a otro lugar, pues no estaban seguros en el monasterio abandonado y no regresaron a Leyre, sino hasta 1915. Desde entonces descansan en un sarcófago común en el muro norte de la iglesia.
En 1954, el gobierno cedió el lugar a los benedictinos de Solesmes de Francia, quienes restauraron el deteriorado complejo y reanudaron la práctica del canto gregoriano.
Orígenes
Como la fecha y circunstancias de su fundación son desconocidas, los historiadores señalan como la primera referencia de su existencia la del clérigo mozárabe san Eulogio de Córdoba, en una carta de 851, que enviara al obispo de Pamplona y que fue conocida como Epistula ad Wiliesindum.
En dicha misiva él se refirió a su estadía tres años antes en el monasterio, en virtud de un viaje a tierras germánicas, que tuvo que ser interrumpido.
San Eulogio fue un presbítero que fue martirizado posteriormente en su ciudad y luego santificado. De su viaje preparó una crónica en la que relató los monasterios en los que se albergó y uno de ellos fue el de Leyre.
En su carta hizo mención del abad de turno, Fortún. Todas estos datos fueron ratificados en la obra apologética de teólogo y erudito bíblico Álvaro Paulo Cordubense, mayormente referido como Álvaro de Córdoba, amigo de Eulogio, sobre el santo, llamada Vita vel passio Sancti Eulogii.
Según esta información el Monasterio de San Salvador de Leyre para el año 844 gozaba de cierto prestigio en la comunidad y contaba con una bien dotada biblioteca, lo que implica que su fundación fue anterior a ese año.
Otra referencia que pudiera corroborar la existencia del monasterio a mediados del siglo IX es el envío a Leyre de los cadáveres de las santas Nunilo y Alodia por orden real.
Ya en los siglos IX y X Leyre se constituyó en uno de los monasterios más relevantes de la cristiandad peninsular, protegido por la monarquía del reino donde fue acogido, pudiendo influenciar sobre un gran territorio.
Después del respiro a mediados del siglo X, la situación volvió a tornarse difícil a finales del siglo.
La iglesia anterior, cuyos cimientos han sido excavados, fue destruida en los ataques de sus adversarios árabes Almanzor y Abd al-Maliq. En su lugar se construyó una iglesia nueva de la que se conserva la cripta y la cabecera.
Reconstrucciones
En la mitad del siglo XVI se acordó erigir un nuevo monasterio debido al mal estado del antiguo. Se levantó un edificio de 53 m de largo por 43 de profundidad con cuatro plantas, pegado al muro sur de la iglesia, realizado en estilo aragonés más acordes a los nuevos tiempos.
Más recientemente, en los últimos cincuenta años se ha llevado a cabo la restauración material y espiritual del Monasterio de San Salvador de Leyre.
Para el año 1935 se dio inicio a excavaciones arqueológicas para restablecer los fundamentos de la cripta y del templo superior.
Asimismo, se comenzó a exaltar la devoción por todo lo navarro que supuso la lucha de los años 1936 a 1939, lo cual promovió el deseo de revivir estructuralmente a Leyre reconstruyendo parte de sus espacios.
Este proyecto de obras fue aprobado el 2 de noviembre de 1945 en la Diputación Foral, el cual habría sido propuesto por la benemérita Institución Príncipe de Viana y preparado por el excelso arquitecto don José Yárnoz.
Siglo XX
El 10 de noviembre de 1954, regresaron a Leyre los monjes benedictinos, de la Congregación de San Pedro de Solesmes, quienes venían de la abadía de Santo Domingo de Silos.
Años después, el 6 de noviembre de 1961 fue restituido su antigua categoría de Abadía por parte de la Santa Sede y al año siguiente se hizo la entrega formal del Monasterio de San Salvador de Leyre de manos de la Diputación Foral de Navarra a la Comunidad benedictina.
Recuperación del monasterio
Para llevar a cabo la recuperación se iniciaron en 1935 excavaciones arqueológicas en la cripta y en la iglesia, que permitieron descubrir los cimientos del antiguo templo.
Una vez finalizada la Guerra Civil, se pudo comenzar a concretar la restauración del monasterio. A tal fin, la Diputación Foral de Navarra, que tenía la custodia del monasterio en ese entonces, procedió a efectuar los trámites y acciones pertinentes.
Se planificó la reedificación de varios de los espacios monacales y se planteó el programa para la restauración del culto en Leyre.
Tras los distintos trabajos efectuados, se pudo reiniciar la vida monacal en noviembre de 1954, luego del retorno de la comunidad benedictina.
Arquitectura del Monasterio de San Salvador de Leyre
La arquitectura de este monasterio influyó notablemente en el desarrollo de la arquitectura monástica española.
En Leyre destaca la calidad de la piedra traída de canteras propias que se hallaban en las cercanías del monasterio, en plena Sierra. La piedra es de color dorado con un veteado carminoso debido a la presencia de hierro con incrustaciones de cuarzo.
Iglesia
La iglesia de San Salvador de Leyre constituye el elemento arquitectónico principal del monasterio.
Mantiene partes de la construcción románica del siglo XI al siglo XII, como la cripta, los ábsides, la torre, la nave principal y el pórtico, referido como Porta Speciosa, sobre las que se superponen elementos posteriores, como la bóveda gótica, el panteón de los reyes de Pamplona y una pequeña capilla, también gótica, que data de los siglos XIV y XV.
En cuanto a esculturas, destacan la imagen de santa María de Leyre, una talla de un Cristo muerto en la cruz del XIV y el retablo de santa Nunilo y santa Alodia, del XVII.
El coro de la iglesia, construido en estilo románico, también está resaltado en sitio especial y fechado “antes de 1057”.
Puerta preciosa
También denominada Porta Speciosa, se trata del pórtico construido durante la primera ampliación de la iglesia original en el siglo XII.
En ella hay evidencia de la importancia dada a los capiteles en uno de los cuales aparecen dos aves con los cuellos entrelazados, picándose las patas.
Se emplearon materiales y elementos en la construcción de este pórtico que procedían de otros lugares y trabajaron diferentes maestros de la época, por lo que resulta complicado darle un significado al conjunto.
Como protección la puerta tiene una visera y sobre ella hay un ventanal de transición y un matacán ya de la construcción gótica.
La puerta preciosa consta de tres partes:
Tímpano
Es de forma circular colocado sobre las puertas. Contiene seis figuras. La central y más importante es el Salvador, del que toma el nombre el monasterio.
En la parte derecha está representada la Virgen María, san Pedro y otra figura y a la izquierda está san Juan y otras dos figuras que no han sido identificadas y de las que se cree que representan a otros evangelistas.
Arquivoltas y columnas
Sobre el tímpano hay cuatro arquivoltas decoradas con imágenes de seres reales y fantásticos con motivos vegetales y animales.
Hay tres columnas de cada lado con capiteles decorados, que representan leones cuidando de sus crías, personajes en cuclillas típicos de Jaca, aves con los cuellos entrelazados picándose las patas o una cabeza aprisionada por tallos y hojas de acanto.
La puerta está dividida por un parteluz de mármol.
Friso
Se ubica por encima de las arquivoltas y en él se escenifican situaciones y personajes bíblicos.
En la línea más alta, de izquierda a derecha, están san Miguel, Santiago, el Salvador, san Pedro, san Juan, escenas del martirio de las santas Nunilo y Alodia, un monstruo apocalíptico, el demonio atrapando un alma, la danza de la muerte y Jonás con la ballena.
En la línea inferior se aprecian, mediante figuras estilizadas, la Visitación, la Anunciación, un obispo o santo y un ángel trompetero, y a la izquierda otro obispo con báculo y evangelio, otro ángel trompetero y la cabeza de un hombre.
Torre
La torre es igualmente, de estilo románico construida en el siglo XI de planta cuadrada. Se encuentra hacia el noreste de la iglesia.
Monasterios
Son dos monasterios, uno de ellos, conocido como monasterio viejo, construido en el siglo IX, del que solo quedan algún muro y un torreón.
En él se pueden ver la primitiva y sencilla portada, así como las ventanas asaetadas, algunas terminadas en arco de herradura.
Este monasterio tuvo un claustro románico que desapareció en el periodo que las instalaciones estuvieron abandonadas entre 1836 y 1954.
En esa época se levantó un segundo edificio para albergar la hostelería entre los restos del monasterio viejo, respetando el estilo y los materiales. Este nuevo edificio, junto con la iglesia, conforman el patio de la hostelería donde se ubicaba el antiguo claustro.
Cripta
Fue construida en el siglo IX con estilo románico, siendo la parte más antigua de la iglesia monástica de Santa María de Leyre.
Sobre su bóveda se asienta el coro de la iglesia y que también fue lugar de enterramiento de los reyes de Navarra.
Los poderosos pilares de la cripta descansan sobre tambores columnares de sección relativamente delgada, una construcción que no ha sido aclarada significativamente en términos de estática o función.
Panteón Real del Monasterio de San Salvador de Leyre
Está ubicado en el lado norte de la nave, justo frente a la capilla de las santas Nunilo y Alodia.
Allí se encuentra un arcosolio en el que reposa el panteón de los primeros reyes del reino de Pamplona, que dio inicio al reino de Navarra.
Los restos se guardan en un arca neogótica de madera, decorada con adornos metálicos. Se observa una reja de hierro forjado de estilo gótico tardía en el panteón como protección.
En la urna se encuentran los restos de los reyes de Pamplona Íñigo Arista, García I Íñiguez y Fortún Garcés “el Tuerto”.
Monasterio de San Salvador de Leyre en la actualidad
El Monasterio de San Salvador de Leyre junto a la comunidad a la cual sirve, mantienen una serie de servicios destinados a los peregrinos y turistas que visitan el lugar.
Dichos servicios contemplan todo lo relacionado con la vida monástica y religiosa. Se ofrecen diversos oficios religiosos que se celebran en iglesia de Santa María de Leyre abierta al público en general. Los monjes suelen cantar en gregoriano y latín durante dichos oficios.
Se ofrece, asimismo, una hospedería y un restaurante. De especial mención es la hospedería monástica que permite una estancia en la que se ofrece compartir con la comunidad benedictina.
Dicha estancia es solo para hombres, pues no está permitida la entrada de las mujeres al convento.
¿Cómo llegar?
El Monasterio de San Salvador de Leyre forma parte de la llamada Ruta de los monasterios de Navarra, a través de la cual se hace visitan los distintos recintos religiosos más emblemáticos enclavados en esta región.
Para acceder a sus instalaciones se cuenta con varias facilidades. Se puede llegar por avión hasta Pamplona a 30 minutos, por tren o por autobuses con servicio desde Pamplona-Liédena o Pamplona-Yesa.
El acceso es fácil desde diversos puntos de Navarra y Aragón y desde la frontera con Francia.
Por vehículo se puede llegar usando la Autovía del Pirineo A-21. Para ello, hay que salir en Yesa, por la salida 47, y desde allí una pintoresca carretera de 4 km conduce hasta el Monasterio de Leyre.