San Enrique o Enrique II fue un emperador alemán alimentado de gran fe cristiana. Antes de tomar el reinado de Alemania, fungió como misionero y evangelista. Que todos conocieran la palabra de Dios fue su filosofía de vida. Conoce todo lo referente a este gran emperador y santo.
Historia de San Enrique
En primer lugar, cabe destacar que San Enrique ha sido el único emperador declarado como santo por parte de la iglesia católica y apareció en el martirologio romano posterior a su muerte. San Enrique contó con el apoyo de su familia en todo momento para afianzarse en el amor de Dios. Algunos de sus hermanos fueron obispos, mientras que sus hermanas se dedicaron a ser monjas de clausura.
La mamá de San Enrique era sumamente religiosa y confirió en San Wolfgan la educación religiosa de su hijo. Por otro lado, su padre fue un activista y cabecilla de un ejército que se encargó de derrocar al gobierno anterior para tomar el poder. Este hecho significó que San Enrique viviera aislado por muchos años. En su refugio, se interesó en la vida de San Mateo y de su evangelio.
Después de la muerte de su maestro, San Enrique continuó su legado. Dio alimento al pobre y repartió algunos de sus bienes a los mendigos. Enrique siempre soñaba con el número 6 y llegó a pensar que esta sería su fecha mortuoria. Creyó morir 6 días después pero no ocurrió, 6 meses después tampoco, ni en 6 años. Por ende, dedicó ese tiempo en realizar obras benéficas.
Su sueño en realidad se cumplió, pero direccionado en un aspecto positivo, porque 6 años después sucedió en el mandato que dejó su padre. En el año 1002 San Enrique tomó el reinado de Alemania con la oposición de varios ministros. Siempre contó con el apoyo de los reyes católicos. A pesar de contar con muchos enemigos, Enrique ejerció con mucho agrado su mandato, ayudando a sus súbditos y desamparados.
San Enrique como Emperador
Su poder en Alemania se facturó gracias a la muerte de Oton en 1002, dejando a San Enrique como único heredero y sucesor del reino. El 7 de junio de 1002 fue coronado como emperador alemán. Organizó varias capitulaciones para calmar a los grupos rebeldes que quisieron derrocarlo, saliendo airoso en tres oportunidades. San Enrique siguió ganando fama ante su población. En San Enrique, el Sumo Pontífice Benedicto VII tuvo un gran amigo y consejero.
La gente denominó a San Enrique como Enrique el piadoso, porque siempre se mostró compasivo con los más necesitados. La palabra de Dios para él era fundamental, organizando así un grupo de catequistas para preparar a los jóvenes al sacramento de la comunión. La compasión de este santo es equiparable a la de San Gerardo, porque procuró proteger al prójimo y sobre todo a las mujeres encinta.
San Enrique construyó numerosas iglesias y santuarios. En una de esas edificaciones dejó bajo el mandato de su hermana Gisela. Ella por instinto religioso apoyó todas las obras de su hermano, lo ayudó a repartir la palabra de Dios y a evangelizar las comunidades lejanas. El emperador cayó gravemente enfermo en una de sus expediciones por Italia, al ser gran devoto de San Benito Abad, se aferró a él para obtener curación.
Enrique siempre mantuvo lazos amistosos con los nobles de Alemania. Apoyó firmemente a las familias de clase baja, de las que también se hizo amigo. Fue un firme precursor de la paz del mundo, por lo que actuaba siempre con cadencia y tranquilidad. Enemigo de los bullicios y de los chismes, amante de la oración y la meditación. Incluso, San Enrique perdonó muchas veces las traiciones de su propia gente, haciendo de este personaje alguien excepcional.
Santoral de San Enrique
El día o santoral de San Enrique corresponde al 13 de julio, como fecha de su muerte. El papa Eugenio III ofició la beatificación de San Enrique en 1146. A su esposa Santa Conegunda la canonizó Inocencio III séis años después de Enrique.
En principio, hubo una confusión respecto a las fechas de su santoral, ya que se celebraba con anterioridad el 15 de julio. Pablo VI se encargó de modificar la fecha del calendario tridentino para que coincidiera con su día luctuoso, el 13 de julio.
Oración a San Enrique
Si eres un fiel devoto de San Enrique, entonces es el momento de invocar su oración poderosa. No obstante, existen más plegarias importantes, como la oración de protección a San Benito Abad muy importante entre todos sus feligreses.
-Oh emperador San Enrique, máximo patrono alemán y reconocido patriarca europeo. Bondadoso hombre de brillantes virtudes. Caballero misericordioso, te pido para que me cuides de mis enemigos. Haz que logres perdonarlos así como tú perdonaste la traición de tus súbditos. Alimenta mi corazón de todo lo bueno que hay en ti. Protégeme con tu escudo milagroso que tulizaste en tus maravillosas expediciones. Se el emperador de mis decisiones a tomar de ahora en adelante. Amén.
Frases de San Enrique
A continuación, las mejores frases de este santo emperador. Es de principal interés mencionar que San Francisco de Sales tiene frases o pensamientos que fueron valorados por toda Ginebra, donde fungió como obispo.
- “A los pobres y ricos deben tratarse con el mismo respeto. Todos somos hijos verdaderos de Dios”.
- “Propongo una educación cimentada en los valores de Cristo. Su imagen es perfecta ante nuestros corazones”.
- “Conocer a Cristo es aprender a amar de verdad”.
- “La educación es el cultivo de las potencias. Con ella el hombre puede lograr sus objetivos y vivir plenamente.