San Valerio, o también conocido por todos como Valerio de Astorga. Fue un santo que llevó una vida enemítica, siguiendo el ejemplo que infundó el gran San Antonio Abad. En la actualidad, San Valerio no figura dentro del martirologio romano. Conoce un poco más sobre él en este artículo.
Historia de San Valerio
San Valerio nace en una pequeña aldea conocida como Astorga en España. Desde joven quiso formar parte en el monasterio, pero por alguna u otra razón siempre fue rechazado. Nunca renunció a sus sueños monacales. Mientras esperó una oportunidad, decidió entregarse a la oración y a las penitencias para que Dios lo viera con buenos ojos. San Valerio fue un hombre muy discreto, hasta refugiarse en la vida enemítica para que nadie lo perturbara.
San Valerio poco a poco fue ganando fama como hombre cristiano y piadoso. Sus devotos se acercaban a la ermita donde llevaba su vida enemítica para pedir favores especiales. En su aislamiento, el santo quiso confrontar sus pecados delante de sus fieles en la medida que realiza las peticiones.
En diversas oportunidades el demonio lo tentó con varias monedas de oro. Sin embargo, San Valerio le da la espalda como medida de rechazo frente a sus seducciones. Para el momento, Valerio de Astorga llevaba unos libros consigo para enriquecer su intelecto. Más temprano que tarde, San Valerio es ecchado de la ermita de Piedra.
Los feligreses como acto de solidaridad le recomendaron al santo otro sitio para permanecer tranquilo. Los hombres se encargaron de construir un pequeño cuarto que fungiera como oratorio para San Valerio. Además, edificaron una pequeña biblioteca para que el santo tuviera en orden todos sus libros predilectos. Fue tanta la multitud que rodeó a San Valerio en la habitación, que se tomó la decisión de nombrar un sacerdote que cumpliera como su asistente.
San Valerio ermitaño
El santo se caracterizó por permanecer retirado en todo momento. Para él, la oración y el aislamiento fueron una prueba más de penitencia para alcanzar la gracia divina de Dios. Por causas desconocidas, el pequeño templo para el santo conenzó a caerse a pedazos y Valerio quedó desprotegido en la intemperie.
La vida enemítica de Valerio continuó hasta que se cruza con un malvado hombre llamado Justo. El hombre difamó a Valerio cada vez que pudo. Incluso, llegó a tentar físicamente contra su humanidad. No obstante, San Valerio una vez más contó con la ayuda de sus pupilos quienes lo defendieron.
Día o santoral de San Valerio
El gran Valerio de Astorga es celebrado por todos sus fieles devotos el 25 de febrero. Desde muy pequeño se mostró profundamente trastocado por la influencia del cristianismo. Quiso venerar a Dios de la mejor manera posible: con oraciones y penitencias. En efecto, en las actas no constatan como un mártir, como si lo fue Santa Bárbara Bendita y otros santos más.
San Valerio es reconocido por ser el santo con el don de la paciencia, ya que vivió muchos episodios adversos e infructuosos. Así como San Expedito, un santo colega encargado de atender los casos difíciles del mundo. Ganó muchos seguidores debido a su entrega a la oración y la fidelidad que demostró a Dios.
San Valerio y el Monasterio de San Pedro
Luego de otro periodo largo como ermitaño, San Valerio tomó la decisión de edificar junto a sus colaboradores el monasterio de San Pedro. En ese lugar nuevamente encontró la paz que tanto le hizo falta frente a las persecuciones del cruel Justo. El Obispo de Astorga se interesó mucho en la vida de San Valerio, por lo que hace la petición de acopañarlo al Concilio de Astorga.
Todos los objetos de valor que tuvo el santo, más sus pequeñas relíquias, siguen reposando en la Básilica de San Pedro. Hasta la fecha es un santo que no aparece en el martirologio, el mismo caso de San Dimas, el buen ladrón, que tampoco aparece a pesar de ser reconocido por Jesús como santo.
Ciertamente llama la atención que un hombre tan querido como San Valerio no aparezca en las ilustres actas, puesto que llevó una vida de oraciones y penitencias. Tal vez afectó que en muchas oportunidades se mostró esquivo. Su vida enemítica fue el hecho que lo condujo a una entrada segura al pasaje celestial.
Legado de San Valerio
El santo dejó una huella en el mundo cristiano al escribir el testimonio de su vida. Este libro aún permanece en la Basílica de Carracedo. Mientras que la Iglesia de Oviedo mantiene oculta una copia sobre este libro, porque aseguran que es un tesoro invaluable. Son pocas las personas que han tenido contacto pleno con este manuscrito, ya que cuenta la historia que el mismo contiene secretos que no deben salir de la Basílica.