Santa Helena o Helena de Constantinopla se caracterizó por ser una mujer muy piadosa. Su día central es el 21 de mayo o 18 de agosto Conoce más sobre esta emperatriz.
Historia de Santa Helena o Helena de Constantinopla
Su lugar de nacimiento no está del todo claro, aunque la referencia más sonada es Drépano, cerca de Turquía en el año 250. Sus padres fueron unos sirvientes, hasta que Constancio Cloro, sin importar su condición social se casó con ella.
En 292 se divorcia de Constancio, cuyo hombre posteriormente se casó con una de sus hijastras de nombre Flavia Maximana. Con su ex marido engendró a su único hijo Constantino, quien más adelante se convertiría en el emperador del Imperio Romano. Con su designación, Santa Helena o Helena de Constantinopla obtuvo un importante rol en la corte imperial.
La iglesia católica, ortodoxa y luterana la denominaron santa por su gran piedad, ya que desde joven, fue testigo de muchas masacres en Roma; observó a muchos cristianos ser presos y torturados en las cárceles, quemados vivos o devorados por leones. Santa Helena o Helena de Constantinopla no entendió estos movimientos violentos, mostrando su piedad en estos hechos.
Con la muerte de Constancio en el 306, Constantino y su madre se mudaron a la corte de Tréveris. Según el testimonio de Eusebio de Cesarea, Santa Helena o Helena de Constantinopla realizó un peregrinaje en Tierra Santa, con la finalidad de hallar las reliquias de la Vera Cruz.
Constantino nunca fue bautizado antes de su muerte, sin embargo, admiraba la misericordia y compasión de su madre, hasta que se convirtió en cristiana. Su convicción de encontrar la cruz, hizo demoler el templo levantado en honor a Venus hasta que dio con ella. Allí mismo, mandó a edificar un templo en el monte de los Olivos. Por estas acciones, Santa Helena o Helena de Constantinopla es patrona de los arqueólogos.
Santa Helena o Helena de Constantinopla repartió la cruz en tres sitios distintos: una quedó en Constantinopla; la segunda, en Jerusalén; y la última, quedó en Roma.
La fecha de deceso que se maneja para Santa Helena o Helena de Constantinopla es en el 330 en Roma. Su hijo ordenó trasladar sus restos a Ciudad Eterna, para reposar en la iglesia Ana Coeli, dedicada a ella.
Oración a Santa Helena
Santa Helena o Helena de Constantinopla fue una mujer misericordiosa, compasiva y humilde, quien mostró su amor hacia aquellos cristianos torturados, devorados y quemados vivos en las persecuciones en Roma. Conoce su oración milagrosa y para atraer el amor.
Grandioso Redentor de mi alma, Dios de mi corazón, que bajaste a tierra desde tu plano celestial, a buscar la sagrada Cruz en que padeciste tantas y tantas penas, para que de ella gozáramos de la eterna gracia; te ruego por los misterios altísimos de tu Santísima Cruz y por tu preciosa sangre que por mí en ella derramaste, me otorgues todos los frutos que abundan en el árbol de la vida, para el bien, provecho y remedio de nuestras almas y por este medio pueda merecer, como te lo ruego, por todos los misterios de la Santa Cruz, vivir sin ofenderte y morir en tu gracia, para ir a gozar al cielo los frutos de tu Santísima Cruz.
Oh mi Dios misericordioso y bondadoso!, Tú que fuiste un alma especial y hacedor del sagrado madero, que derramaste toda tu preciosa sangre para el perdón de mis pecados, derrama sobre mi cuando muera, una gota de tu sabiduría y amor puro que nos proteja , y asistiéndome entonces nuestra protectora y abogada Santa Helena, con su ayuda, nos alcances lo que te pedimos en esta oración, para tu mayor gracia, gloria y provecho de nuestras almas, con cuyo patrocinio esperamos buscar con fervor y hallar con provecho la hora de nuestra muerte, los frutos preciosos con que nos convida tu Cruz, para morir en tu gracia y gozarte siempre en la bienaventuranza. Amén.
La convicción de Santa Helena o Helena de Constantinopla en encontrar la Sagrada Cruz, la llevó a peregrinar en Tierras Santas y a excavar en templos hasta encontrarla y repartirla en los lugares santos.
Santa Helena, tú que abriste paso al camino del cristianismo y el Evangelio, hallaste la sagrada Cruz en aquel templo, hasta convertirte en arquetipo de las virtudes misericordiosas, ayúdanos a romper las cadenas de los pecados que nos atan y volver a los brazos de Dios. Amén
Que él nos llene de paz de justicia y amor
Acompaña esta oración con un Padre Nuestro, un Ave María y el Gloria.
Santa Helena y la oración para atraer el amor
Santa Helena o Helena de Constantinopla fue una mujer que demostró su amor en diferentes facetas, tanto como madre, como mujer; además de poseer una humildad invaluable. Aférrate a su oración para atraer el amor que tanto anhelas:
https://www.youtube.com/watch?v=hW_Xlg1XoIk
Oh bondadosa Santa Helena, tú que fuiste madre del majestuoso Constantino, esposa fiel y madre abnegada, ayudaste a miles de personas que te necesitaban, por eso Dios te recompensó, por tu sencillez y piedad, permitiéndote peregrinar en Tierra Santa en búsqueda de su Santa Cruz con sus tres clavos, cuyos elementos significó la redención.
Te pido, gran emperatriz de Roma, que oigas a mi acongojado corazón, y que por tu fidelidad hacia Cristo, concedas mis peticiones que van con mucha dedicación.
Tú que eres glorificada por tu bondad, misericordia y piadosa, a sabiendas que estás rodeada por un coro de ángeles celestiales, cuya Reina eres del cielo, apiádate de mi dolor y mis lágrimas, consiguiéndome alivio a través del amor.
(*) Nombre de la persona que amas
https://www.youtube.com/watch?v=lXqlHVsS970
Acudo a ti, Reina de toda Roma, madre del emperador glorioso, porque sé sobre tu infinita bondad al conceder favores, hoy más que nunca necesito de ti, para recuperar a (*) a quien amo con la fuerza de un volcán y que tanto hace falta en mi vida.
Tú conoces de mis sentimientos sanos y sin mancha, si (*) ya no me ama y no desea estar conmigo, y si tu voluntad y la de Nuestro Señor Jesucristo es que no sigamos juntos, dame la sabiduría para afrontar esta dura prueba; pero, si su amor por mi es verdadero y su corazón siente lo mismo que el mío, haz que halle en su interior, la razón y la fuerza para que regrese conmigo. Haz que su corazón sepa valorar mis sentimientos para que se reencuentren nuestros caminos. Amén
Santa Helena bendita, con tu ayuda, podremos logar consolidar nuestro amor, que crezca la nobleza del sentimiento, haz que (*) me sea fiel tanto en cuerpo como en alma y espíritu, se aparte de las sombras del adulterio, de las malas influencias y todo aquello que nos pueda separar.
Santa Helena o Helena de Constantinopla sagrada, trae a mi vida el amor de (*) para que sigamos enamorados con la misma fuerza del primer encuentro. Con nuestro amor, podremos borrar todos aquellos episodios en el cual nos hicimos daño. El amor todo lo puede, todo lo perdona. Así sea.
Mi excelsa Santa Helena o Helena de Constantinopla, eleva tu voz al trono celestial de Dios, para que sea cumplida con prontitud mi gran favor. Regrésame el amor de (*) y con ello la plenitud de mi vida.
Santa Elena, Reina fuiste de Roma al calvario llegaste, tres clavos trajiste, uno lo tiraste al mar, el otro se lo clavaste a tu hijo, el que te queda no te lo pido dado sino prestado para clavárselo
a (*) para que venga a mí, amante y cariñoso, fiel como un perro, manso como un cordero, caliente como un chivato, que venga, que venga, que nadie lo detenga. Ven, Ven, Ven. yo soy la única persona que te llama. Ven, Ven, Ven.
Santa Helena y la oración milagrosa
Realiza esta oración para el milagro para que Santa Helena o Helena de Constantinopla, con el propósito de escucharte e interceder a tus favores pedidos.
Te pedimos, Santa Helena o Helena de Constantinopla, que intercedas por nosotros ante tu hijo y Nuestro Señor Jesús. Danos solución a nuestros conflictos y larga plenitud en nuestras vidas. Bendice a nuestras familias, escuelas, niños y trae la suerte en el amor. Necesitamos la intervención del Espíritu Santo, para que la palabra de Dios reine en nuestros hogares, hasta lograr que la presencia de Cristo brille como la luz de amor cristiano. Danos la fuerza que necesitamos, para recorrer los caminos del amor, la paz, la igualdad y la fraternidad, para que todos vivamos como hermanos con tu protección.
Santa Helena de Constantinopla
Santa Helena o Helena de Constantinopla creció en el contexto de una familia pagana para la época. Nunca entendió el por qué de las torturas que sufrieron los cristianos, ya que su concepción eran de “personas honradas y trabajadoras, ¿por qué matarlos?”.
Fue una mujer bella tanto físicamente como en su interior, demostrando sus virtudes amorosas a su esposo Constancio, con quien engendró a su primogénito y único hizo Constantino, nacido el 27 de febrero de 274. A raíz de su nacimiento, Santa Helena o Helena de Constantinopla se dedicó a la meditación y a las obras altruistas.
Santa Helena o Helena de Constantinopla también sufrió, cada vez que su hijo participó como cabecilla del ejercito del imperio romano. La noche anterior Constantino tuvo una visión en la que vio una cruz pintada en medio de destellos de luz con la inscripción “con esta cruz vencerás”, seguido del camino que debían recorrer para hallarla.
En la batalla de Saxa Rubra, aquella visión del emperador se hizo realidad, cuyo ejército observó la cruz para una victoria segura en el Puente Milvio. Este acontecimiento acreditó al hijo de Santa Helena o Helena de Constantinopla como emperador.
Con el nombramiento de su hijo como emperador, Santa Helena o Helena de Constantinopla volcó su interés en el cristianismo. A través de su profesión de fe, ayudó a la gente que más lo necesitaba. Constantino creó unas leyes para amparar al cristiano, como el cese de su persecución y la libre religión. Más tarde, acuña la imagen de Santa Helena o Helena de Constantinopla en la moneda oficial de Roma.
La santa ya se aproximaba a su vejez en 326 al cumplir sus 70 años. Su más grande deseo fue peregrinar a Jerusalén para hallar la sagrada Cruz y visitar el lugar donde Cristo entregó su vida por nosotros. Organizó un largo viaje por cada lugar que visitó Jesús como muestra de su fervor. Los primeros esfuerzos de Santa Helena o Helena de Constantinopla por encontrar la cruz fueron en vano, sin embargo jamás se dio por vencido, porque su fe fue superior en todo momento.
Santa Helena o Helena de Constantinopla llegó a la conclusión que Judas guardaba con celo un misterioso secreto: para quitarles el sagrado símbolo a los cristianos, distribuyeron en un pozo las tres cruces del calvario.
Al indagar el secreto de los judíos, Santa Helena o Helena de Constantinopla realizó las excavaciones en Tierra Santa con éxito; sin embargo, al hallar las tres cruces, fue difícil determinar en cuál fue crucificado Jesucristo. Para saber cuál fue, el párroco Demetrio dirigió una misa solemne con los tres objetos sagrados, en el cual frente a ellas, fue impuesta el cuerpo de una mujer a punto de morir, para ver si Dios mostraba la Vera Cruz; al hacerlo, la mujer se dirigió a la tercera de las cruces.
Santa Helena o Helena de Constantinopla fue reconocida por trasladar desde Tierra Santa, los objetos sagrados que formaron parte de la pasión y muerte de Jesús, entre ellos la tercera cruz con sus clavos,el pesebre que representa el nacimiento del Niño Dios.
Aunque fue la esposa de Constancio y madre del emperador más influyente del imperio, Santa Helena o Helena de Constantinopla se caracterizó por su sencillez y su trato con la gente pobre, todo el dinero que le daba su hijo, lo dispuso a donaciones y limosnas para ayudar a su pueblo.
Muere a los 80 años de edad. Constantino construye en su honor un Mausoleo para que reposen los restos de su progenitora. Lo llamó Ana Coeli.
Ánima de Santa Helena
El Ánima de Santa Helena es una composición hecha por Héctor Paul Vanegas, un compositor del Arauca, realizada en el periodo comprendido 1995-2000. La estructura del mismo es difícil de categorizar, pero los medios la manejan como poema, debido a su verso lírico y la belleza en el empleo de las palabras a través del paisaje. También se considera leyenda por su elemento autóctono e histórico.
Era un 16 de enero con la brisa mañanera, cuando escuchaba yo el canto de la pava montañera en los copos de un almendro lamentaba la tragedia, sucedida en el parrando, casa de Ramón Herrera.
Y fue cosa de lamentar, como algunos lo creyeran, por amor a una mujer dos hombres dieron pelea, entablando discusión por tan delicada belleza, siendo asunto del destino que la inocente muriera.
Las primeras líneas del poema enmarcan el ambiente llanero a través de la descripción de sus elementos. El amor por una mujer llevó a la pelea de dos hombres.
Les cantaré como historia lo que vi desde la puerta, con el ojo entredormido, como gavilán de sierra, contemplando aquel desorden como venado en gallera y lo que vino después de esta fiesta sabanera.
Es ley del llanero darle la mano al que llega, el que está adentro se atiende y el que está afuera se apea y con gran algarabía se le abre la talanquera, como si fuera un hermano que de otra tierra viniera.
Y siguiendo este relato se desenvolvía la fiesta en el ato de don Ramón, un hombre de gran faena, de esos viejos llaneros que no toman caldo de lengua para decirle verdades a cualquier sute (persona de baja estatura y contextura delgada) de escuela.
Una costumbre llanera es recibir al forastero con la mayor receptividad posible. Se observa una secuencia de acontecimientos que cuenta el narrador. En El Ánima de Santa Helena, una fiesta terminó en tragedia.
Se festejaba el cumpleaños en albor de primavera,a una linda catira como la flor azucena y fueron 15 años los pétalos los que a mí me dieran pena que fueran a marchitarlos abejas de otra colmena.
Sonaban golpes llaneros en el arpa sabanera era el joropo altanero anunciando la tragedia, recordaba a Florentino y su sombría leyenda, cuando vi llegar a dos hombres, parecía que el diablo fueran.
Serían las 6 de la tarde, pasó la garza morena y cantando el alcaraván dieron su luz sus espermas se escuchaba en la cañada algarabía de chenchena y en el estéreo lejano se alzaban garzas paleta.
Se siguen relatando los pormenores ocurridos en los 15 años al que asistieron los rivales. Se hace una alusión al famoso contrapunteo venezolano Florentino y El Diablo, de Alberto Arvelo Torrealba.
Relinchó el caballo, conmovió a la concurrencia amorraron sus monturas, acomodándoles sueltas se quitaron el sombrero pero entraron por espuelas, venían con el traje negro, revolver y cartuchera.
Saludando el primero, con ademán de fiereza, se dirigió al artista manifestándole una seña fijó la vista al contorno y como buscando querella: “Yo vengo de Santa Rita, contrapunteo con cualquiera.”
Los nubarrones del cielo dieron paso a las estrellas, la brisa se disipó dándole a la luna mas fuerza, que así cubrió a la sabana y suavizó los hilos de seda,mientras que en aquella montaña se oían rumores de fieras.
Se asoma el desafio por parte del forastero de Santa Rita a contrapuntear. El duelo comienza con la presentación de ambos hombres al sabor del arpa.
Un mocetón bien llanero, con mirada de gacela, se prendió de las maracas y con revuelo de muñeca marcando un sumba que sumba, contrapunteó la pieza,manteniendo furia y cantándole al fogón con leña seca.
“Yo soy gavilán, primito, cuando me enfrento a la presa, soy un toro cimarrón que no doy ni lo alcanza la bestia, soy código de valor, con ley de naturaleza si me saludan, saludó; si me la buscan, me encuentran”
Con grito y zapateo contrapunteó la concurrencia, Las muchachas comentaban: “Aquí comenzó la fiesta”y los viejos se levantaron y empinaron la botella, la gente se fue agolpando para escuchar la respuesta.
Al ritmo del contrapunteo se siguió celebrando la fiesta de la catira, cuyo hombre sin reservas abre el contrapunteo. Los espectadores con sus sorbos de aguardiente esperaban la respuesta.
“Mi nombre lo tengo escrito con el poder y la fuerza de estar oyendo mentiras tengo la barriga llena, yo soy el hombre que en vida se llevará esta doncella catirita, ojos azules, a quien le brindan la fiesta”
“Quién a visto que un padrón se deje quitar la yegua por un caballo capón, de engorde y para la venta, yo de esto estoy muy seguro y me atrevo a cerrar con apuesta acomódese el sombrero, cuñao, buen viaje y peseta”
Y no terminó la copla cuando se armó la pelea metieron las manos a las armas y a la luz de las espermas, querían demostrar con esto que el que menos corre, vuela, y con el cantar de los gallos se dividieron las cuentas.
La trifulca no se hizo esperar sin haber terminado la disputa por la catira a través de la copla, los hombres estaban dispuestos a ganársela mediante el acto versado. Los invitados salieron corriendo del lugar.
El que prendió la furrusca quedó mirando la puerta con un balazo en la frente, fruto de su querella; pero una bala de su arma, una bala traicionera, marchitó los 15 albores, de aquella flor azucena.
Se fue oscureciendo el cielo y brillaban las estrellas, el arpa tocó un lamento una tonada llanera cantó el aguaitacaminos, se oían relinchos de bestia y por la inmensa llanura galopaba quien viniera.
Con igual cobardía, y como apostando carreras, se fue alejando un amigo, que acompañó en la reyerta, a un jinete forastero del hato Santa Helena aborreciendo la vida del llanero de estas tierras.
Una bala perdida acabó con la vida de la quinceañera, sumando al que inició la disputa entre las víctimas fatales. La música tomó un aire de tristeza y lamento, que se mezclaba con aquel ambiente sangriento.Aparece, hasta el final del poema a Santa Helena como un hato perteneciente en el que ocurrieron los hechos.
Si a mí no me lo preguntan, tampoco suelto la lengua, el que no baila se sienta, el que no baila peca, me gusta ser lo que soy para mostrar mi conciencia sucedió en el Cinaruco, frontera con Venezuela.
Aquí termina el relato que mi memoria recuerda, y dicen que por cada año marcando la fecha, se ve una blanca figura de inigualable belleza, alejando a los forasteros del hato Santa Helena.
Al final del poema, es notable el rasgo de leyenda que adquiere, cuando los hechos se cuentan por medio del testimonio de otra persona. Santa Helena es la figura hermosa que aleja a cualquier visitante cada 16 de enero.
Día de Santa Helena
Santa Helena o Helena de Constantinopla presenta dos fechas centrales; el 18 de agosto, es celebrada por la Iglesia Católica; mientras que el 21 de mayo, por la ortodoxa.
Es la patrona por excelencia de Caravaca de La Cruz, que pertenece a una de las ciudades santas, donde fue descubierta la Vera Cruz.
En Córdoba, específicamente en Fuente Obejuna, celebran a Santa Helena o Helena de Constantinopla el 18 de agosto. Se festeja mediante una procesión, cuyos caminos del recorrido deben abundar con hojas de albahaca, ya que según la historia, era la planta que más abundaba en Tierra Santa al momento de ser halladas las tres cruces.
En la ciudad de Huesca, preciso en Provincia de Biescas, un santuario levantado a su nombre, en el cual se organizan peregrinaciones durante el año. En esta fiesta destaca la Romería de las Cruces para el día de Pascua de Pentecostés. Todas las comunidades cercanas a la aldea de Biescas se trasladan al templo para venerarla y elevar una oración poderosa.
En la localidad de Jaén, existe un municipio llamado Santa Helena, el cual efectúa una novena para rendir tributo a Santa Helena o Helena de Constantinopla. La procesión se lleva a cabo el 18 de agosto al terminar su novena por las calles del pueblo.
La urbe de Santa Helena, localidad de Entre Ríos en Argentina, festejan a la magna Santa Helena o Helena de Constantinopla a través de procesiones, cabalgatas alrededor de todo el municipio, las peregrinaciones de sus devotos. Además de la procesión normal, también se efectúa una de carácter náutico. La Santa Misa se celebra completamente a pie.
En las parroquias de Argentina, se ha observado un aumento considerable de devotos de Santa Helena o Helena de Constantinopla. Principalmente en Buenos Aires, Mar de Plata, Tucumán, Nesquén, Córdoba y muchas localidades más que la honran.
En el Vaticano, en la Basílica de San Pedro para ser mayor exactitud, fue construida por órdenes de Santa Helena o Helena de Constantinopla, ya que ella era propietaria de aquella porción de terreno. Allí se resguarda un enorme busto de ella que tiene una inscripción del Lignum Crucis.
La Basílica de San Juan de Letrán conserva una imagen de Santa Helena o Helena de Constantinopla sobre la Scala Santa, traída del reino de Poncio Pilatos.