Santa Laura Vicuña es una beata que logró su canonización en el siglo XX. Tuvo la nacionalidad chilena y argentina. Es reconocida por ser el pilar protector de la familia latinoamericana y del mundo entero. Conoce más detalles de Santa Laura Vicuña, una mujer que sacrificó su vida.
Biografía de Santa Laura Vicuña
Santa Laura Vicuña nació en Chile el 5 de abril de 1891. Desde muy pequeña soñó con servir a Dios y prestar una vida monjil. Su carisma y devoción la hicieron escalar pronto al mundo religioso, así como Santa Clara de Asís, quien permaneció horas enteras de rezos y plegarias para la salvación de las almas del purgatorio.
La familia de Laura Vicuña fuemuy humilde. Su padre prestó con honores del servicio militar en Chile. El progenitor tuvo protagonismo importante en la guerra sostenida entre el país chileno con Perú. Sin embargo, ese suceso desastroso permitió que conociera a Mercedes Pino, la madre de Laura. A los pocos meses juntaron sus vidas en un feliz matrimonio, cuyo fruto sería la pequeña Laura.
Santa Laura Vicuña fue una bendición para Chile, porque su nacimiento marcó el fin de la guerra sostenida entre ambos países. Como muestra de profunda devoción, en los días siguientes bautizaron a la pequeña Laura. Los oficios religiosos se efectuaron en la Basílica de Santa Ana.
Años después, marcando el inicio de 1899, nuevamente Chile se ve envuelto en una guerra civil. Un primo lejano del padre de Laura, llamado Claudio Vicuña, mostró paso firme a convertirse en el sucesor de Balmaceda en la presidencia del mencionado país. No obstante, Vicuña fue víctima de una traición auspiciada por su propia gente, hecho que condujo a la huída de toda su familia, entre ellas Santa Laura Vicuña que era una niña.
Después de varios días difíciles llenos de escondrijos y angustias para la familia, lograron establecerse en Argentina. La alegría nuevamente tocó la puerta a la familia Vicuña con el nacimiento de Julia, la hermana de Laura. Al poco tiempo del nacimiento de Julia, Vicuña (padre) fallece. Esta muerte trajo como consecuencia que Mercedes y sus hijas quedaran desamparadas y sin dinero.
Santa Laura Vicuña en Argentina
El comienzo de una nueva vida para Santa Laura Vicuña fue difícil, ya que por su apellido estaba en constante huída. No es la primera ni la última santa que se escapa de su país natal, porque también le ocurrió a Santa Quiteria para escapar de su padre y pretendiente. El sitio que les brindó seguridad a Laura, Julia y Mercedes fue Junín.
Mercedes no se dio por vencida y de sol a sol se dedicó a buscar trabajo para mantener a sus hijas. Hay madres abnegadas que marcan la pauta en la vida de los santos, como Doña Margarita, la madre de San Juan Bosco. Mercedes trabajó en varias residencias como nana o empleada doméstica. En algunas casas recibió apoyo, mientras que en otras fue víctima de humillaciones por ser inmigrante.
Consagración de Santa Laura Vicuña
Santa Laura Vicuña logra entrar al convento de Las hijas de María Auxiliadora, la obra magistral de Don Bosco para formar beatas. Esta congregación pertenece a la orden en honor a San Francisco de Sales. Sus supervisores halagaron el trabajo de Santa Laura Vicuña,al igual que su sentido altruista y de compañerismo con sus otras acompañantes.
Manuel Mora, un terrible hombre que acosó por mucho tiempo a Mercedes, se negó a seguir pagando los estudios de Laura en la Congregación salesiana. Las buenas calificaciones de ella en el pasado, le permitieron continuar aprendiendo bajo una beca costeada por la Congregación.
Mercedes cayó gravemente enferma, generando una enorme preocupación en Julia y principalmente en Laura. La santa beata ofreció dar su vida a cambio por salvar a su madre. Este acto de sacrifició consternó a todo un país por tal prueba de amor verdadero. A los pocos meses, Santa Laura Vicuña adquiere la misma enfermedad de su madre. Antes de morir, sus últimas palabras fueron “Dios, si yo sufro, estaría bien, pero no quiero ver a mi madre quejándose por dolencias ni aflicciones”.
Oración a Santa Laura Vicuña
-Grande y generosa Santa Laura, ejemplo de fe y esmero por hacer las cosas bien. Te venero gracias a tu sacrificio por salvar a tu madre. Concédeme ese don para sacrificar cosas para el bienestar de otros. Deseo contribuir de forma activa en actos altruistas para sentirme bien conmigo mismo(a).
Que el Espíritu Santo me otorgue el más bello privilegio de poder alcanzar tu simpatía. Grandiosa Santa. Bondadosa Laura. Protégeme por siempre de todo mal y peligro. Espero que ninguna persona intente aprovecharse de mi generosidad para sacar provecho. Líbrame de los enemigos que quieren mi ruina moral y económica. Cúrame de toda enfermedad benigna o maligna que me haga recaer en cama. Amén.