La extensa condición de los mandamientos del budismo y de la conducta moral ha sido regulada a lo largo de la tradición del budismo, empezando en la época del Buda, en cinco mandatos para la conducta. El número de mandatos para el procedimiento si los monjes han alcanzado a los cientos en algunas comunidades. Para los laicos, la práctica Theravada tiene cinco modelos.
¿Cuáles son los mandamientos del budismo?
- Abstenerse de arrebatar la vida.
- Abstenerse de hurtar lo que no se da.
- Abstenerse de una gestión inapropiada.
- Abstenerse del alegato falso.
- Abstenerse de intoxicantes porque despliegan a oscurecer la mente.
Abstenerse de arrebatar la vida: En los cinco mandatos, quitar la vida simboliza asesinar cualquier cosa que viva. Se relata a los golpes y estragos de seres vivos. Tomar la vida es el arranque de matar todo lo que uno descubre como tener vida, operar para colocar fin a la pujanza vital en ella, en la medida en que la energía halla expresión en la labor corporal o en el habla. Con relación a los animales es peor asesinar a los grandes que a los chicos. Porque se conoce de un esfuerzo más amplio. Inclusive cuando el arranque es el mismo, la discrepancia en la sustancia debe ser apreciada. (Ver artículo: novena a San Marcos de León para amansar)
En el caso de los individuos, la matanza es más condenada cuanto más íntegros son. Aparte de eso, el peso de la ofensa es conforme a la energía del deseo de matar. Hay cinco elementos envueltos, un ser vivo, el discernimiento de un ser vivo, un movimiento de asesinato, la labor de llevarlo a cabo y la muerte como consecuencia de ello. Y seis son las representaciones en que se puede llevar a cabo la injuria, con la propia mano, por incitación, por misiles, por contaminación lenta, por brujería, por poder espiritual.
Abstenerse de arrebatar lo que no se da: Esto significa la retención de lo que no se da. Se relata a la eliminación de la posesión de otra persona, al robo de la propia, al robo. “Lo que no se da” simboliza aquello que concierne a otro individuo. “Arrebatar lo que no se da” es la energía de robar cualquier cosa que uno descubra como referente a otra persona, y actuar para acomodarse de ella. Su infracción depende en parte del valor de la posesión robada, en parte del valor de su dueño.
Abstenerse de la gestión inapropiada sensual: Aquí “sensual” simboliza “sexual”, y “mala conducta” es un mal proceder considerablemente culpable. La “mala conducta sensual” es el arranque de infringir a aquellos a los que no se corresponde ir, y la ejecución de esta intención mediante una acción material ilícita. Por “aquellos en los que no se debe ingresar”, se concibe en primer lugar a los hombres. (Ver artículo: Santa Juana de Arco)
Y luego asimismo veinte clases de mujeres. Diez de ellas están bajo algún tipo de defensa, por parte de su madre, padre, patriarcas, hermano, hermana, familia, clan, afines, por haber sido solicitados desde el nacimiento en delante o por la ley del rey.
Las otras diez clases corresponden: mujeres adquiridas con dinero, concubinas por recreación, mujeres compradas, mujeres compradas por el donativo de una prenda, concubinas que han sido obtenidas por la ceremonia que reside en sumergir sus manos en el agua, concubinas que una vez transportaban cargas sobre sus cabezas, niñas esclavas que asimismo son concubinas, sirvientes que también son concubinas, niñas apresadas en la guerra y esposas temporales.
Abstenerse del alegato falso: Esta es la energía de engañar a los demás con frases o hechos. Asimismo se puede exponer como “falso” que simboliza algo que no es real, no es auténtico. “Alegato” es la indicación de que eso es real o efectivo. El “discurso falso” es, entonces, la resolución que lleva a la amenaza deliberada a otra persona de que algo es asimismo cuando no lo es.
La dificultad de la ofensa estriba de las circunstancias. Si un jefe de familia, que no está preparado a dar algo, dice que no lo ha admitido, eso es una pequeña injuria; pero simbolizar algo que uno ha visto con sus convenientes ojos como otro que uno lo ha comprobado, eso es un delito peligroso. Si un pordiosero tiene en sus irrupciones muy poco aceite o mantequilla, y si luego prorrumpe: “¡Qué ostentoso río fluye por aquí, mis amigos!”, eso es solo una burla suficientemente anticuada, y la injuria es pequeña. (Ver artículo: Virgen María)
Pero expresar que uno ha visto lo que no ha visto, eso es una infracción grave. Existen cuatro factores envueltos: algo que no es así, el movimiento de engaño, un atrevimiento por llevarlo a cabo, la declaración de la falsedad a otro individuo. Solo hay una forma de formarlo, con el propio cuerpo.
Abstenerse de intoxicantes porque despliegan a oscurecer la mente.: El último de los cinco mandatos es abstenerse de injerir sustancias tóxicas que nublan la mente y producen menosprecio. Esto simboliza drogas y alcohol, mas no remedios prescritos. Este precepto es una forma habitual de desintoxicar nuestro organismo y mente.
Y puede ser provocador en eventos donde el alcohol se reflexiona un contorno de socialización y relajación. No obstante, con compromiso, estas circunstancias a menudo trascienden ser menos difíciles de lo que habíamos temido. Los beneficios de conservar el voto implican ser aún más productivos de lo que esperábamos.
Leyes
1) Comenzar el adiestramiento para evitar robar la vida a los seres. Este mandato se emplea a todos los seres vivos, no solamente a los humanos. Todos los seres poseen derecho a sus vidas y ese derecho debe ser venerado.
2) Comenzar el entrenamiento para evitar arrebatar cosas no dadas. Este mandato va más allá del neto robo. Se debe impedir tomar cualquier cosa a menos que se pueda estar indudable de que se intenta que sea para usted. (Ver artículo: novena a San Agustín)
3) Iniciar el entrenamiento para evitar la mala conducta sensual. Este criterio a menudo se traduce erradamente o se interpreta inexactamente como concerniente solo con una diligencia sexual inapropiada, pero envuelve cualquier tolerancia en cualquier placer visual como la gula o una conducta sexual prohibida.
4) Promover el entrenamiento para inhibirse de hablar falso. Asimismo de evitar falsear y engañar, este mandato cubre la falsedad y el habla que no favorecen la prosperidad de los demás.
5) Empezar el entrenamiento para inhibirse de sustancias que producen envenenamiento y desidia. Este canon está en una categoría específica, ya que no deduce ningún mal íntimo en, indiquemos, el alcohol en sí mismo, pero la tolerancia en tal sustancia podría ser la causa de destrozar los otros cuatro mandatos.
Estos son los mandatos básicos que se esperan del ejercicio periódico de cualquier budista laico. En los días graciosos especiales, muchos budistas, principalmente aquellos que persiguen la tradición Theravada, observarían tres preceptos añadidos con el fortalecimiento del tercer mandato de observar el celibato estricto. Los preceptos añadidos son:
6) Inhibirse de engullir alimentos en horarios impropios. Esto simbolizaría seguir la tradición de los monjes Theravadin y no consumir desde el mediodía de un día hasta el alba del consecutivo.
7) Inhibirse de bailar, cantar, escuchar música y divertirse, así como inhibirse del uso de perfumes, adornos y otros artículos manejados para adornar o hermosear a la persona.
8) Llevar a cabo el aprendizaje para cuidarse del uso de camas altas o lujosas son pautas que los miembros de la Sangha acogen normalmente y son seguidas por el laico en momentos especiales.
Verdades
Las Cuatro Nobles Verdades perciben la propiedad de las enseñanzas de Buda, aunque dejan mucho sin manifestar. Son la verdad de la angustia, la verdad del origen del sufrimiento, la verdad del fin del desconsuelo y la verdad del pasaje que transporta al fin del sufrimiento. En pocas palabras, el desconsuelo existe; tiene un origen; tiene un fin; y posee una raíz para llevar a cabo su final. (Ver artículo: Santa Bárbara bendita)
La noción de desconsuelo no intenta transmitir un punto de vista del mundo negativo, sino más bien, una representación diestra que trata el mundo tal como es y pretende reformarlo. La noción de placer no se niega, pero se examina como fugaz. La averiguación del placer solo consigue extender lo que es, en última solicitud, una sed insaciable. La misma lógica contradice la agudeza de la felicidad.
Las Cuatro Nobles Verdades son un plan de casualidad para lidiar con los ahogos que afronta la comprensión, el sufrimiento de una variedad física o mental. La Primera Verdad equilibra la apariencia del sufrimiento. La Segunda Verdad, por otro lado, busca establecer la causa del sufrimiento. En el budismo, la ambición y la tosquedad se hallan en la raíz del desconsuelo.
La Tercera Noble Verdad, la verdad del final del desconsuelo, tiene un doble señalado, insinuando el fin del sufrimiento en esta existencia, en la tierra o en la vida espiritual, a través del provecho del Nirvana. La Cuarta Noble verdad esboza el método para conseguir el fin del desconsuelo, acreditado por los budistas como el Noble Óctuple Sendero.
Normas
Todos los budistas existen bajo cinco mandatos morales que se inhiben de:
- Perjudicar a los seres vivos.
- Arrebatando lo que no se da.
- Mala diligencia sexual.
- Mentir o enmarañar.
- Consumir sustancias toxicas, por ejemplo, drogas o bebidas.
Los monjes budistas existen por diez mandatos realmente, donde los otros cinco corresponden a lo siguiente:
- Consumir alimentos fundamentales luego del mediodía, desde el mediodía hasta el alba.
- Bailar y cantar música.
- Uso de coronas, perfumes y adornos particulares como joyas.
- Uso de camas y sillones de lujo.
- Admitiendo y suspendiendo dinero, oro o plata.