El Sermón del monte o de la montaña es una de las prédicas más reconocidas realizadas por Jesús, donde se dirigió a una multitud de personas que lo rodeaban en una ladera de una montaña, ubicada al norte de Galilea. Te invitamos a conocer su mensaje y todos los detalles que rodean a este sermón, aquí.
Sermón del Monte
Jesús se encuentra en la montaña de Galilea, la historia indica que muy posiblemente se encontrara cerca de Capernaúm, ya que esa pequeña ciudad solía ser el lugar donde Jesús permanecía.
Se cuenta que Jesús oró durante toda la noche, para poder elegir de entre todos sus discípulos a sus doce apóstoles. Como era costumbre, mucha gente se había congregado en los alrededores, eso siempre sucedía cuando las personas se enteraban de la presencia de Jesús.
No importaba la distancia, la gente lo buscaba para escuchar sus palabras, para que les devolviera la salud y Jesús siempre estaba dispuesto a ayudar a la gente, sin importar cuán cansado estuviera. Jesús se sienta y las personas lo rodean, por supuesto los más cercanos a Jesús, ayudan a calmar el fervor apasionado de la gente.
Es entonces el momento en que Jesús realiza el sermón del monte, siempre con un lenguaje sencillo para que todos pudieran entender lo que decía, explicaba con asombrosa sencillez y en un tono de voz pausado y suave, las verdades espirituales, esas que durante miles de años han guiado a las personas y las han beneficiado de manera importante.
La felicidad siempre ha sido lo que el hombre anhela en su vida, actualmente se dice que la felicidad no es permanente y que son solo pequeños momentos, sin embargo, Jesús sabía sobre lo importante que es ser feliz para las personas y también que la felicidad puede ser permanente.
Y hablando de las personas realmente felices inicia el sermón, sin embargo, la manera en como enfoca la felicidad deja desconcertados a los presentes, porque asocia la felicidad de los hombres a situaciones de dificultad, de ausencia, de injusticias vividas.
En el Nuevo Testamento, en mateo capítulo 5 del versículo 3 al versículo 12 habla de los Bienaventurados, de esa forma se refiere a los hombres que deben ser felices por sus ausencias.
Comienza diciendo “Bienaventurados aquellos que son pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos”. De esa manera continúa refiriéndose a los bienaventurados que lloran, los mansos, los que tienen hambre de justicia, los que son perseguidos.
Pero también llama Bienaventurados a los misericordiosos, a los pacificadores y a los de limpio corazón. Los invita a sentir gozo y a estar alegres, pero no se confundan, Jesús no habla de la alegría que podemos sentir cuando nos estamos divirtiendo, o la alegría de un buen momento acompañado de risas.
Jesús habla de una alegría y una felicidad mucho más grande, Él habla de que por todo debemos estar satisfechos, sentirnos realizados, porque reconociendo nuestras debilidades espirituales y nuestras necesidades humanas, que nos pueden llevar al pecado, somos capaces de reconocerlo a Él y seguir su camino, su palabra.
De ser así, Él estará agradado y nosotros conscientes de recibir la recompensa de la vida eterna. Entonces ¿Qué importa que nos persigan porque amamos a Jesús?, cuando logremos por fin entender que sus palabras deben ser interpretadas de manera diferente, definitivamente nos llenaremos de gozo.
Todas esas personas que teniendo mucho dinero jamás ayudaron a los pobres, aquellos que nunca sintieron hambre, aquellos que siempre rieron por las penurias de los desvalidos, ellos ya recibieron todo su consuelo. Esto lo podemos leer en el Nuevo Testamento, en Lucas capítulo 6 versículo del 24 al 26.
Es importante entender que disfrutar de las cosas materiales no es un pecado, se convierte en un pecado cuando olvidamos servir a Dios, porque estamos distraídos por el dinero, por lo material y en la mayoría de los casos es tarde cuando las personas se dan cuenta que eso no les brinda la verdadera felicidad.
Jesús continúa su sermón del monte y se dirige a sus discípulos haciendo referencia a que ellos son la sal de la tierra, esto se lee específicamente en Mateo, capítulo 5 versículo 13.
Su mensaje lo dirige específicamente a ellos, como los llamados a mantener, a conservar que las personas continúen cercanas a Dios, cercanos a él porque eso le agrada, una relación íntima y permanente con el Señor nos mantiene en el camino en el que podemos recibir la recompensa y podremos conservar la vida.
Por ello y con tan importante misión, los eleva y reconoce y es por ello que se refiere a sus discípulos como una lámpara permanentemente encendida. Esa luz será vista por todos a través de sus buenas acciones, al ser coherente con las palabras y sus obras.
En el sermón del monte Jesús deja muy claro que él en ningún momento viene a irrespetar la ley de Dios, todo lo contrario a lo que se dice de Él, su misión es impulsar que todos cumplan la ley de Dios.
Por eso deja claro en su sermón que todo aquel que desobedezca la ley de Dios y enseñe a otros con su ejemplo a hacer lo mismo, no será digno de entrar en el reino de los Cielos. Es muy fácil incurrir en un pecado grave si nos mantenemos enojados y Jesús en el sermón del monte lo hizo saber.
Es muy posible cuando nos mantenemos en ira, hacerle daño a un prójimo, Jesús habla de hacerle daño a un hermano, porque eso somos ante los ojos de Dios, si todos fuimos hechos a su imagen y semejanza y somos sus hijos, pues todos somos hermanos.
En la secuencia de su sermón del monte nos invita a realizar las paces con las personas que nos encontremos disgustados y señala que si vamos a entregar una ofrenda, pero nuestro corazón aún recuerda la ira, es mejor solventar la situación y luego retornar a entregar la ofrenda.
Las palabras de Jesús en el sermón del monte pueden parecer fuertes, pero solo quiere llamar a la sinceridad, a la honestidad, a que seamos de verdad limpios de corazón.
Esto lo podemos identificar claramente cuando habla del adulterio, haciendo referencia a mantenerse observando a una mujer hasta llegar a sentir pasión por ella.
Es posible que ese hombre que mira con deseo a esa mujer no llegue nunca a estar físicamente con ella, pero Jesús dijo que ya se ha cometido adulterio con ella en nuestro corazón. En el sermón del monte Jesús nos invita a evitar esa situación.
Es muy cierto que los humanos somos capaces de prescindir de una parte de nuestro cuerpo con tal de preservar la vida y ese es el ejemplo al cual hace referencia Jesús en el sermón del monte, antes de caer en pecado “es preferible que pierdas uno de tus miembros”, antes que todo tu cuerpo se pierda en pecado y pierdas entonces la oportunidad de la vida eterna.
Nos guía en su discurso a ser pacientes, condescendientes, a perdonar e incluso a colocar la otra mejilla si es necesario, con tal de evitar una discusión o peor aún una pelea.
En el sermón del monte deja claramente dicho que no debemos pagar con la misma moneda. Es por ello que nos invita a orar por todas esas personas, no debemos odiar y debemos actuar como nuestro Dios Padre porque Él deja salir el sol y caer la lluvia sobre los justos y sobre los injustos.
Es entonces una hermosa invitación a que seamos misericordiosos, somos humanos y por más que hagamos nuestro mejor empeño, no nos podemos comparar con su grandeza, pero sí podemos actuar lo más cercano posible a su ejemplo.
En su sermón del monte nos permite reconocer a los hipócritas, nos invita ayudar en silencio, no hay que ayudar para que otros vean que ayudamos. Este es uno de los más hermosos consejos, porque nos llama a ser humildes y generosos de corazón.
Cuando somos humildes y amamos al Señor de corazón no necesitamos el reconocimiento de nadie, nuestra oración es un momento de intimidad entre Él y nosotros. Esto no quiere decir que no podamos orar en público, pero no debemos orar para recibir reconocimiento.
Es cuando Jesús en el sermón del monte nos entrega el Padre Nuestro y nos enseña a entender el derecho que tiene el Dios Padre a gobernar y por ello antes de solicitar nuestras peticiones debemos santificarlo, reconocer su Reino y aceptar que se cumpla su voluntad.
Padre Nuestro que estás en el cielo
Santificado sea tu nombre
Venga a nosotros tu Reino
Y hágase Tú voluntad aquí en la Tierra como en el Cielo.
Jesús en todo momento durante el sermón nos muestra el camino a seguir para llevar una vida apegada al bien, a la bondad, nos dice que debemos guardar tesoros en el cielo, en lugar de tener tesoros en la tierra que se dañan, se deterioran y llaman a los ladrones.
“Donde estén tus tesoros, allí estará tu corazón”. Mientras nos mantengamos al servicio de Dios, estaremos guardando tesoros en el cielo y por lo tanto, seremos merecedores de la recompensa. Cuando estamos interesados en acumular riquezas, con facilidad podemos descuidar nuestro servicio a Dios.
Jesús realiza una comparación en el sermón del monte donde dice que ningún esclavo puede tener dos amos, porque amará a uno y despreciará al otro, refiriéndose a nosotros como los esclavos y a Dios y las riquezas como los amos.
Siempre Dios proveerá y si tenemos fe y creemos en su palabra nada nos faltará, la gente siempre se pregunta ¿Cómo puedo entonces cubrir mis necesidades?, Jesús en el sermón del monte dijo “Su Padre celestial sabe que ustedes necesitan de todas estas cosas. Por lo tanto, sigan buscando primero el Reino y la justicia de Dios, y entonces recibirán también todas esas cosas”.
Se toma un tiempo importante explicando la importancia de no hacer antejuicios de mérito, de no criticar a nuestros prójimos, ninguno de nosotros debe juzgar a otro, porque al juzgar seremos juzgados.
Es allí cuando compara a un ciego siendo guiado por otro en igual condición, pues es muy posible que no lleguen muy lejos antes de caer en un hoyo.
Debemos por lo tanto, revisarnos nosotros mismos, ocuparnos de nosotros mismos, crecer espiritualmente y lograr reconocer a quién entregar la palabra de Dios, a quien realmente la aprecie.
Cuando prosigue con su sermón habla de la importancia de ser persistentes, es fácil, cuando deseamos algo tenemos que demostrar cuánto deseamos lo que estamos pidiendo, por lo tanto, si yo no insisto en mi petición, no es verdaderamente importante para mí.
Y es cuando señala una regla moral a todos que dice: “Hagan por los demás todo lo que les gustaría que hicieran por ustedes”, sin embargo, también nos indica que no es un camino fácil de encontrar, pero es el que nos lleva a la vida.
En la búsqueda de esa puerta angosta que nos lleva a la vida, podemos encontrarnos con los falsos profetas y con esas personas que siempre intentarán apartarnos del camino de Dios y es allí donde insiste en que debemos estar atentos si las palabras acompañan a las acciones.
Cuando estaba finalizando su sermón, Jesús les dijo a los discípulos que nada hacían con haber escuchado sus palabras, si no las ponían en práctica y compara al hombre prudente que hizo su casa con fuertes cimientos clavados profundamente en la piedra, con aquel que la construye sobre arena.
El que la palabra de Dios lleva profundamente en sí y la practica, es el que construye con bases fuertes y nada derribará su hogar. Como podemos ver, el Sermón del monte o sermón de la montaña es un discurso aleccionador, motivante, en el que Jesús habló de la felicidad, de la esperanza, de la necesidad de hacer cumplir la Ley de Dios.
También nos enseña lo peligroso que puede ser el odio, nos invita a evitar el adulterio, jurar en falso, no ser vengativo, a no juzgar y mucho más. Es una predica en la que nos enseña a ser mejores personas, nos da lecciones morales, espirituales, ejemplos de vida. Todo este comportamiento tiene su recompensa, la vida eterna.
En el sermón del monte o de la montaña podemos reconocer cómo Jesús nos muestra que Dios es nuestro Padre y como tal, vela y se preocupa por nosotros.
Invita a las personas a reorientar sus vidas de acuerdo con una visión honesta de la humanidad. Cuando nos invita a nunca sentir lujuria, a no sentir odio, a poner la otra mejilla, hacer actos piadosos sin que nos vean, a confiar en Dios y no preocuparnos por el futuro.
Quizá como se comentó anteriormente consideren que son imposibles, por lo tanto, nos demuestra la necesidad desesperada que tenemos del trabajo salvador de Cristo en nuestras vidas.
Si somos capaces de aceptar el trabajo salvador de Cristo, es una invitación a vivir en el reino de Dios y eso es vivir en gracia. Por lo tanto, ser un discípulo es modelar nuestra vida en la suya.
Plan del sermón
Cuando analizamos en detalle cada uno de los temas que fueron abordados por Jesús en el sermón del monte, podemos identificar que existe una intención en su discurso, en la coherencia del mismo, así como en la secuencia en que va abordando cada uno de ellos.
Asimismo, los ejemplos que utiliza para hacerse entender por los discípulos que estaban presentes muestran que existe definitivamente un plan, una intención de enseñarnos a vivir, estos los podemos dilucidar en tres capítulos, los cuales abordaremos a continuación.
Capítulo 5
En la narración introductoria del Sermón del Monte se indica que Jesús es seguido por una multitud de discípulos. Jesús que no perdía las oportunidades para evangelizar y enseñar a los hombres la palabra de Dios, sube a la ladera de la montaña e inicia su prédica hablando sobre las Bienaventuranzas a sus discípulos.
Porque de ellos es el Reino de los Cielos, porque poseerán en herencia la tierra, porque recibirán consuelo, porque su hambre será saciada, porque alcanzarán misericordia, porque podrán ver a Dios, con sus acciones podrán ser llamados hijos de Dios. Los invita a vivir en gozo y alegría porque la recompensa será grande en los cielos.
Seguidamente los reconoce como los que conservarán la palabra de Dios y permitirán que se perpetúe el evangelio y realiza la metáfora de que son como sal en la tierra, para hacer entender la importancia como una sustancia incorruptible.
Los invita a poner la otra mejilla, a no odiar, a no juzgar, por lo tanto en muchas oportunidades este discurso es reconocido como la Antítesis de la Ley, porque en contraposición a la ley de Talión del “ojo por ojo y diente por diente”, Jesús invita a amar a los enemigos.
Capítulo 6
Este capítulo del sermón del monte es dedicado a todos aquellos falsos de corazón, que entregan limosna para ser reconocidos o que oran en público pero no lo hacen en soledad, fundamentados en buscar la aprobación de las personas que los ven actuando de manera engañosa. Por lo que Jesús condena de manera contundente a las personas materialistas, superficiales e hipócritas.
Nos da a conocer el Padre Nuestro como una oración compuesta de 7 palabras contundentes que nos muestran primero el reconocimiento de la gobernabilidad de Dios.
Su santidad, de su reino, de su voluntad y luego nuestras peticiones, como el pan, el perdón, fuerza para evitar la tentación y que nos libre del mal. También en este capítulo nos señala que debemos evitar el materialismo y nos invita a tener confianza en la Divina Providencia.
Capítulo 7
En este capítulo se encuentra incluido el llamado a no juzgar antes de juzgarnos a nosotros mismos. De no llevar la palabra de Dios, a las cuales se refiere como perlas, a personas que no las aprecien. La insistencia y persistencia en las peticiones.
La regla de oro “Haz a otros lo que quieres que te hagan a ti”. Nos invita a poner la otra mejilla y también nos advierte de lo difícil que puede ser este camino, pero nos deja claro que es el único que nos permitirá alcanzar la vida.
Nos enseña a identificar a los falsos profetas, los llama “lobos disfrazados de ovejas” las palabras deben ser sus acciones, si las acciones se alejan de la palabra debemos estar atentos.
Nos invita hacer la voluntad de Dios y no solo invocar el nombre de Jesús. Si interiorizamos estas palabras dichas por Jesús en el sermón de la montaña y las seguimos, habremos construido nuestra casa sobre roca.
Interpretación del Sermón de la Montaña
Cuando las personas leen el Sermón del monte o de la montaña, suman a su conocimiento de manera muy rápida las bienaventuranzas en el cual Jesús propone el camino a la felicidad, sin embargo, también genera un poco de temor el precepto que señala el amor por los enemigos y una que otra frase de las antítesis.
Muchos se sienten sorprendidos de conocer que de este sermón surge el Padre Nuestro y la regla de oro. Se dice que el sermón de la montaña es una recopilación de todo el evangelio. Es uno de los pasajes más comentados de toda la historia.
Sin embargo, la interpretación del sermón del monte se ha convertido en una verdadera diatriba, debido a que existen diferentes percepciones de los preceptos.
Están los que defienden la tesis de cumplir a cabalidad las palabras de Jesús dichas en este sermón y otros que consideran que la contundencia y firmeza de los actos que se deben cumplir para seguir al pie de la letra lo dicho por Jesús, van incluso en contra de la supervivencia de la sociedad.
A partir de estas posiciones tan disimiles entre sí, han surgido una serie de interpretaciones del sermón del monte. Entonces nos encontramos con la visión absolutista y una tendencia que busca entender e interpretar el sermón del monte.
Esta última fundamentada en la época en que el sermón fue dicho y posteriormente escrito, es posible que influya en lo contundente del mensaje cuando es leído actualmente y es probable que se trate más de un asunto de semántica.
Por ejemplo, lo más comúnmente modificado en el sermón del monte es cuando Jesús se refiere a amar a tus enemigos, mayormente esta frase en modificada por “orarás por tus enemigos”.
Los que aceptan este tipo de modificaciones, sustentan su razón en el hecho de que posiblemente Jesús en el fervor del sermón y con la intención de ser contundente y llevar el mensaje de manera que quedara grabado en los discípulos presentes, haya utilizado la hipérbole.
La iglesia católica por su parte, tiende a dividir el sermón del monte es dos tipos de enseñanza, una que incluye los preceptos generales y otra a los consejos.
La visión del doble estándar es la posición oficial de la Iglesia católica. Esta idea divide las enseñanzas del Sermón en preceptos generales y consejos determinados.
Señalan que el respeto y la obediencia a los preceptos generales tal y como están indicados en la sagrada palabra son necesarios para poder alcanzar la perfección. Seríamos una sociedad humana muy diferente si realmente se cumpliera esto, debemos admitirlo.
También existe otra interpretación que dice que Jesús no tenía la intención de que fueran obedecidos cada uno de los preceptos por Él dichos en el sermón, sino demostrar a todos los presentes lo lejos que se encontraban de parecerse a Dios. Haciendo de ello una invitación para poder recibir la Gracia de Dios.
Otros señalan que Jesús habla del tipo de actitud que se debe tener, dándole énfasis a la importancia del alimento espiritual, más que a las acciones en sí.
Otros siguen la propuesta de una interpretación integral de la ética, fundamentado en una teoría del fin del mundo en la cual lo material es realmente irrelevante. Esta teoría muestra a Jesús convencido de que el mundo iba a terminar en un futuro muy próximo.
También se suman los que estudian el sermón de la montaña fundamentados en la búsqueda de la explicación del destino final del ser humano y el universo.
Lo interpretan como que en los tiempos actuales, el ser humano es incapaz de vivir bajo esos preceptos, pueden intentarlo, pero fracasarán y esta realidad solo cambiará cuando se proclame el Reino de Dios y todos tengamos la capacidad de vivir en santidad.
Esta percepción es acompañada de una interpretación realizada en períodos, en donde hoy en día es imposible cumplir los preceptos y estamos viviendo un período de Gracia, en un tiempo futuro será posible y además un requisito para nuestra salvación.
Como podemos observar la profundidad del mensaje es tal, que ha generado profundos estudios e interpretaciones del sermón del monte, en lo personal podemos considerar que seríamos un mejor mundo si la mayoría de nosotros hiciéramos aunque sea el intento de seguir los preceptos dichos por Jesús y pedir perdón de corazón cada vez que nos desviáramos del camino.
Si este artículo ha sido de su agrado lo invitamos a continuar conociendo más sobre temas similares en los siguientes enlaces: