Los chakras sahasrara, que simbolizan mil, que corresponde al loto de los mil pétalos, situado a cuatro dedos sobre la aureola de la cabeza. El chakra Sahasrara es el sitio terminal prócer de Sushumna nadi, el canal céntrico. Desde Saharara, el néctar de la eternidad fluye en una estereotipada constante. El Sahasrara chakra es el reclinatorio del parabindu, el bindu supremo. Es el espacio de la fusión de Kundalini Shakti y Shiva.

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¿Cual es la función de los Chakras Sahasrara?

Mediante esta alianza, el partidario alcanza la liberación mientras existe, lo que se reflexiona en la vida india como la práctica más sublime, una unión del sujeto con el universo. El chakra Sahasrara se halla sobre la Brahma-randhra, también conocida como la cueva de Brahma. Es un orificio en la corona de la cabeza a través del cual se expresa que el alma se escapa en la muerte. Cuando el Yogi se aparta del cuerpo físico en el instante de la muerte, este Brahma-randhra se rompe de golpe y el alma surge a través de esta inauguración.

Esta apertura igualmente se llama puerta a la cognición pura o puerta de la libertad. Una vez que la Kundalini Shakti, asimismo llamada «Poder de la Serpiente», se ha remontado a través de Sushumna a Sahasrara, está creada para invertir su curso y volver a reposar en el centro base reiteradamente. La inmortalidad se consigue dentro del Sahasrara Chakra. Antes de conseguir este chakra, el yogi no puede lograr el estado consecuente inconsciente llamado asama-prajnata-samadhi.

En este curso no hay diligencia de la mente y no hay versado, no hay discernimiento, no hay nada que se sepa, comprensión, conocedor y distinguido, todos se agrupan y liberan. Cuando el Kundalini se encumbra al chakra Sahasrara, la alucinación del yo individual se liquida. El yogui se realiza, uno con los compendios cósmicos que rigen el universo íntegro dentro del cuerpo. Uno ya no está subyugado al nacimiento ni al fallecimiento.

Samadhi es la prosperidad pura de la indolencia total. Hasta el sexto chakra, el yogui consigue entrar en un aprieto en el que la diligencia o la forma aún persisten dentro de la razón. En Sahasrara Chakra, el prana se sacude hacia arriba y consigue el punto más agudo. La mente se funda en el vacío puro de Shunya Mandala, el punto entre los hemisferios. (ver artículo: Santa Teresa de Lisieux)

En este instante, todos los sentimientos, impresiones y deseos, que son agilidades de la mente, se diluyen en su causa primordial. La unión se consigue y el yogui es sat-chit-ananda, verdad-ser-felicidad. Él es su conveniente yo real, y mientras persiste en su cuerpo físico, conserva la cognición no dual, gozando el juego de lila sin sentirse inquieto por el placer y el dolor, los honores y las ofensas.

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El séptimo  chakra es el eje en el que se consigue la liberación. Este es el chakra más cúspide, el chakra sahasrara, se halla en el cráneo en la porción preferente de la cabeza. Asimismo se conoce como el chakra de la corona, el loto de mil hojas, o el sillón o trono de Dios. En el centro, todos los rayos del cerebro se difunden hacia afuera, de modo que el alma supremamente se acopla con Dios. Los rayos conservan al cuerpo físico atestado de energía.

El chakra sahasrara es uno de los siete chakras, los chakras menores almacenan e intercambian tendencias psíquicas y mentales que consiguen dirigirse hacia el sexto o chakra agya y posteriormente librarse en el chakra corona. El chakra más alto debe ser afrontado a través del polo positivo del sexto chakra acreditado como el ojo psíquico. Acercarse al chakra de la corona por cualquier otro intermedio es irreflexivo y quizás delicado. En otras palabras, uno debe lograr la iluminación antes de lograr la libertad. (Ver artículo:  San Benito o San Benito de Palermo)

Caracteres del chakra el chakra sahasrara simboliza al alma en su semblante de Ser Perfecto. Es el suelo de la liberación para los seres sugestionados. Como el sereno de las prácticas de yoga es samadhi o la alianza super-consciente del ego con el yo celestial, el chakra de la corona es el sitio en el cual el alma diluye la conciencia del ego. La coalición puede advertirse como una fusión con una luz íntima despejada. En la luz, uno puede difundir su sabiduría hasta el infinito. El alma renuncia su ofuscación de estar lejano de la luz y, por lo tanto, se aviene en el universo.

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Aunque la práctica de la unión con lo eterno está llena de arrobamiento, al empiece el alma solo puede conseguir breves instantes de liberación. Como semejanza, el ave que ha persistido encarcelada en su celda durante mucho período puede retornar a su jaula familiar inclusive cuando se abre la puerta. Posteriormente, no obstante, se da cuenta de que es independiente de volar fuera de la jaula; De manera análoga, el alma se da cuenta de que su efectivo estado se halla en plena liberación como energía.

Uno puede advertir el samadhi a través de la reflexión. La única barrera que nos estanca a uno de la práctica de la liberación es sencillamente el pensamiento de que uno aún no está redimido. No obstante, los grandes competentes, entre ellos Jesucristo, Krishna, Paramhansa Yogananda y otros, han justificado que la libertad final se origina cuando se demuelen las semillas del karma. Cuando el alma opina que es libre para las postremas capas de su conciencia, entonces es totalmente libre.  (Ver artículo: San Francisco de Asís)

Mediante una reflexión dilatada sobre el ojo espiritual, el alma advierte primero el campo redondo de luz azul del sexto chakra, cercado de oro, y luego pasa por el fragmento etéreo del séptimo chakra. Cuando el maestro inspirado posteriormente cesa toda labor en el mundo, su cognición se concentra en el chakra sahasrara, y se agrupa con el espíritu perdurable en el samadhi.

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Significado

El sahasrara de la corona es el séptimo chakra y está en la parte prócer de la escala de chakras que inicia desde el chakra raíz que nos afirma en la Tierra y prospera hacia arriba al Sahasrara que nos enlaza con el universo y la fuente agraciada de la creación. Sahasrara se halla en la corona de la cabeza. El regalo de este chakra es advertir la unidad y la ejecución desprendida de que todo está acoplado a un nivel esencial.

La voluntad de este chakra nos consiente advertir la unidad arrebatada con todos y con todo en el ambiente. No hay discernimiento intelectual al ras del séptimo chakra, pero hay entereza, alegría y paz recóndita en la vida. Posees la impresión de saber que hay un destacado más recóndito de la vida y que hay un precepto que subyace a toda la objetividad.

El pasaje del chakra de la corona es el pasaje de ir más allá de los términos de su conveniente ego. Es la forma de divulgar el ego y saber que toda la instauración está conectada en un nivel esencial. Un nivel que ciertos llaman el Akasha o Campo de punto cero, o meramente el Campo. Este es el nivel esencial de unión.

Sahasrara es el calificativo sánscrito del chakra situado en el sitio de la corona del cráneo. Es el séptimo y más agudo de los siete chakras principales. Suele simbolizarse por el color violeta. Esta rueda, o vorágine, de energía pránica se dice que es el foco de la conexión subjetiva de uno con las ilustraciones divinas y yóguicas que aseveran que nos da la capacidad de advertir una conexión con Dios, o la Cognición universal. (Ver artículo: San Juan de la Cruz)

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En ciertas enseñanzas yóguicas, se expresa que el sahasrara está situado puntualmente a cuatro dedos de ancho por arriba de la corona de la cabeza, que habita en el plano de la verdad y el contexto. Se opina que es el punto posterior de Sushumna nadi, o el conducto de energía central, asimismo se representa como situado dentro de la corona de la cabeza, concretamente el área de la fontanela del dermis cabelludo.

Cuando este chakra está neutral, consiente el crecimiento espiritual y uno advierte conexión con la Conciencia más eminente o universal. Conjuntamente, uno puede sentir una recóndita impavidez y alegría porque puede descansar en el universo y vivir con agradecimiento y paz.

En el Kundalini yoga, sahasrara es comprobado como el lugar donde Kundalini Shakti se reúne con Shiva, o donde la conciencia propia se halla con lo divino. Se dice que este chakra es el lugar donde se puede hallar la eternidad. Esto se deuda a que cuando el Kundalini consigue el nivel de este chakra, las ofuscaciones de uno mismo como sujeto se disuelven y uno advierte samadhi, o felicidad pura.

El mantra coligado con sahasrara es «om», y se opina que el canto es una de las convenciones de nivelar este chakra. Otra forma es utilizar gemas de violeta o aceites básicos de violeta como la lavanda. Asimismo se piensa que concebir un loto floreciente durante la reflexión nos ayuda a enlazarnos con el chakra sahasrara.

Es el séptimo chakra que te enlaza al universo, así como el origen divino de la creación. Recogerá varios regalos del chakra de la corona, comprendida la práctica de la unidad y la penetración desinteresada de que todo en este universo está conectado o emparentado a todo en un nivel primordial.

La energía del chakra de la gloria te consiente advertir la unidad extática con todo y con todos. Aunque no hay discernimiento erudito al nivel de este chakra, hay paz, satisfacción y felicidad. Este chakra te da la impresión de saber que hay un considerado más grande y más recóndito en la vida, y que hay un orden que administra toda la presencia. (Ver artículo: San Francisco Javier)

Cuando se presenta el chakra de la corona, es significativo ir más allá de los términos de su propia vanidad o ego. Debes propagarse el ego y admitir que toda la creación está conexa en un nivel esencial. Esta interconexión se acredita como Akasha, o campo de punto cero. Según la metafísica tántrica, el chakra corona recoge y da energía y cognición.

Absorbe energías para sostener la vida, y restituye energías personales para acoplarse con el grupo colectivo de sabiduría. Es el punto de tropezón entre el cuerpo y el ser, y entre el universo y el espíritu. Es el lugar donde se atraviesan el tiempo y la intemporalidad, y donde se superan la muerte y la vida imperecedera.

Cuando efectivamente descubres que todo está relacionado, y que todo es parte de un diseño más extenso, también empezarás a vivir en gratitud, familiaridad y fe en lugar de angustia y miedo. Serás gobernado por un poder prócer, y experimentarás la deidad desde dentro y desde fuera.

El reto del chakra de la corona es libertar el espíritu y abrirse a lo celestial, al mismo tiempo persistir firmemente arraigado en el suelo. Pero, en propiedad, el chakra de la corona se orienta en prestar asistencia a los demás, aferrarse a sus bienes, observar la ética eminente, ser un caritativo y ser sensitivo al medio ambiente.

El color violeta del chakra indica que eres perceptible, sensible e instintivo. Posees cognición y dominio, y eres sensato de todo lo que ocurre a tu alrededor. Estás tan acoplado íntimamente como emocionalmente equitativo. En ordinario, tienes una apariencia pacífica, tranquila y contenta, muy influenciada por saber que estás acoplado al cielo y acoplado a tierra. (Ver artículo: novena a San Marcos de León para amansar)

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El desafío apasionado del color del chakra violeta es que no logras evitar sentirte sin enlace a tierra o desunido a veces. Puede sentirse agobiado o separado de su cuerpo. Puede concebirse confundido o malogrado, y puede advertir sentimientos de retraimiento o depresión. Asimismo puedes necesitar de inspiración y manifestar falta de desidia. Cuando este color se asedia o es excesivo, además puede declararse como psicosis.

En un nivel subjetivo, el color violeta del chakra puede enseñar que usted es alguno que puede dar sin la carestía de alabanza, afirmación o reconocimiento. Estás consumado, y tienes una recóndita conciencia. Puedes dar desde el lugar de tu adecuada integridad íntima. Tu módulo con lo divino y tu libertad espiritual te admiten ver el panorama ordinario.

Debido a tu sabiduría prolongada, tienes liberación espiritual y te sientes acoplado con tu espíritu. Asimismo logras propagar los límites que conservan a todos apartados. Lo que es significativo para usted es facilitar servicio a los demás mientras fortifica su espiritualidad y consigue la sanación.

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Mudra

Este es uno de los mudras predilectos, se piensa que es muy sublime. En sánscrito, padma simboliza loto. Mudra simboliza sello o cierre, cuando enlazas tus dedos, conectas ejes de energía y puede auxiliarte a aprovechar energías determinadas para curarte, declararse o lo que quieras adquirir.

En este mudra, los dedos se apartan como los pétalos del loto. Los bordes externos de los pulgares se palpan, y lo mismo para los bordes externos de los meñiques. Un «mudra» es una perspectiva de las manos propuestas a dirigir o estancar el flujo de energía y enlazar partes del cuerpo al cerebro a mesura que la energía de la fuerza vital chorrea a través del cuerpo. Desemejantes mudras cultivan disímiles energías. Son universales y se consiguen practicar casi en cualquier lugar y en cualquier instante.

Hakini Mudra aviva la curación y la conformidad en todos los horizontes de nuestro ser: físico, mental y subjetiva. Al unir los vértices de todos los dedos, se nivelan y constituyen los cinco elementos y los iniciales seis chakras dentro del cuerpo. Esta composición habitual está representada por la representación de nuestras manos como si poseyéramos todo lo que siempre hemos limitado y más. Al conservar este mudra, podemos aprobar al sentido de nuestra integridad y unidad inseparables dentro y en torno a nosotros.  (Ver artículo: Santa Juana de Arco)

Hakini simboliza poder o control. Hakini es una diosa indostánica que interviene la mente sutil, que administra Ajna Chakra, nuestro eje de sabiduría y luminosidad. Este gesto nos asistencia a respirar por cumplido, anima a ambas fosas nasales a fluir desenvueltamente, lo que a su vez proporciona el lado derecho e izquierdo de nuestro cerebro. Asimismo podemos advertir un recóndito sentido de composición entre los lados masculinos y femeninos de nuestro ser, que concierta nuestras condiciones activas y receptivas para lograr una proporción perfecta.

Ciertos de los diversos favores de esta experiencia contienen:

  • Infunde un sentido de integridad y unidad.
  • Erige autoestima
  • Estimula la alegría y una profunda impresión de bienestar.
  • Anima la salud ordinaria y la curación
  • Abre y nivela Sahasrara Chakra

Mientras sigues la reflexión guiada, observa cómo se anula la inspiración desde la base de tu cuerpo hasta la parte prócer de tu corona en cada aspiración, y cómo cada emanación te admite relajarte en ti mismo y aliviar por completo. Al respirar, tome cognición de la corona de su cabeza y del reconcomio de la sabiduría y la luz divinas, apreciando una sensación de unidad entre la energía extraña y la energía exterior del cuerpo.

El considerado de Anjali Mudra en Occidente, trascribimos este gesto como una actitud de oración. Íntegro a que hemos desarrollado con este gesto como porción de nuestra cultura, es posible que cada uno de nosotros posea nuestra conexión particular con este mudra, positivo o negativo. Ciertos de nosotros podemos hallar una firmeza subconsciente a acoplar nuestras manos como si fuera un símbolo de sumisión. No obstante, la belleza de este gesto, que nos emplaza en el eje de nuestro ser, es atemporal y mundial.

Anjali mudra se utiliza como una actitud de composición, de retornar al corazón, ya sea que esté saludando a alguno o diciendo adiós, instruyendo o completando una labor. Al juntar las manos en su eje, está textualmente enlazando los hemisferios derecho e izquierdo de su razón. Este es el asunto de unificación yóguica, el revoque de nuestras naturalezas activas y propensas. En la vista yóguica del cuerpo, el corazón potente o espiritual se concibe como un loto en el eje del pecho. Anjali mudra alimenta este corazón de loto con cognición, animándolo dócilmente a que se abra mientras el agua y la luz forman una flor.

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El chakra de la corona, igualmente acreditado como sahasrara, el loto de los mil pétalos, es donde se expresa que las potencias masculinas y femeninas, Shiva y Shakti, acoplan e infunden al meditador con enorme claridad y estimular. El chakra de la corona se representa como justo por encima de la corona de la cabeza, más lejos del propio cuerpo material.  (Ver artículo: Virgen María)

La forma de convenir a cualquiera de los chakras es atravesando el sushumna nadi, el canal céntrico, a lo largo del cual se sitúan los chakras. Sushumna se sustenta por canales adyacentes, emplazados  ida a la izquierda y  pingala a la derecha, coligados con Shakti y Shiva, proporcionalmente. Shiva se relaciona con la porción derecha del cuerpo y Shakti con la izquierda. La dinámica recóndita de estimular y tirar, arriba y abajo, vigorosa y femenina, está encarnada por cada uno de nosotros en la inspiración a través de la emanación o Shiva y la inhalación o Shakti.

Al percibir esto, cuando ejecutamos una asana voluntariamente, podemos utilizar nuestra capacidad física para redirigir el prana contenidamente desperdigado hacia el sushumna nadi, que logra con el tiempo, a través de la práctica diligente preparar un sentido profundo y perpetuo de unidad entre cuerpo y mente, yo y El yo, lo finito y lo infinito, esta es la confederación del yoga.

Constituya todo su ser de la cabeza a los pies para apreciar una gran unión entre su ser más interno y todas las cosas. Ocuparse hacia la iluminación puede parecer deprimente, poco realista o totalmente fuera de trayectoria de su radar. Pero soberanamente de si practica yoga para conservarse en forma y saludable o para ocuparse hacia la liberación consuma, no pierda la congruencia de notar esos instantes iluminados que logran brotar a través de una experiencia regular de inteligencia y acción efectiva.

Un instante iluminado puede brotar en cualquier minuto, deje que esta experiencia lo abra a la contingencia y lo disponga para figurar esos momentos de gracia dispersos a lo largo de su día. Esta experiencia está consignada a completar derecha e izquierda, masculino y femenino, surya y chandra, impulso y pingala, que son canales potentes que se enlazan a través del canal primordial llamado sushumna, y todo tu ser de pies a cabeza. Maneje esta integración para advertir una gran unión entre su ser más interno y todas las cosas.

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Empiece su experiencia sentado y coloque sus manos en oración, en forma de Anjali Mudra, en su corazón. Lleve su vigilancia a su suelo pélvico y déjelo allí hasta que se juzgue a tierra, apoyado y disipado. Luego empieza a deslizar tu solicitud por la parte frontal de tu columna dorsal espaciosamente, registrando y reposando durante un instante en cada chakra a medida que prosperas. Retorna al Chakra Tune-Uppágina para una investigación, e imagina la columna dorsal como un tallo o caña y cautiva tu vigilancia hacia arriba a través de la caña. (Ver artículo: novena a San Agustín)

Una vez que alcance a la corona de su cabeza, conjeture allí en la parte prócer de ese tallo de energía una flor de loto blanca resplandeciente. Uno por uno comienza a abrir cada pétalo del loto de mil pétalos. Conjetura que al abrir el loto, tu ser más interno se está uniendo cada vez más con el cosmos. Deja que esto ocurra de la forma más natural y agraciada. Pasa tanto tiempo como ambiciones en esta visualización de reflexión.

Ahora instituya su propósito para esta experiencia. Aquí hay ciertos temas concernientes con el chakra sahasrara que posiblemente desee completar en su intención, dilatación, ilimitada unidad, verte a ti mismo en todos los entes para cultivar la misericordia; admitiendo tu lugar y tu parte en el cosmos; estimular de la conciencia; inauguración a las ejecuciones espirituales. Concíbase libre de utilizar cualquiera de estos o opte el suyo adecuado. Mientras tu propósito se sienta efectiva para ti, tiene importe.

Empieza de pie con las manos en Anjali Mudra, cierra los ojos y conquista al menos 5 respiraciones grandes, muy largas y lentas. Mientras aspiras, siente cómo la energía remonta desde tus pies hacia lo alto a través de la corona de tu cabeza. Mientras exhala, sienta cómo procede la voluntad desde la corona de la cabeza hasta sus pies. Conmemora que este derrame entre la tierra y el espíritu está eternamente inmune.

Con los pies fijamente hincados y las piernas envueltas, empiece a elevarse del suelo pélvico a medida que prolonga la columna hacia arriba. Levante y ensanche su pecho mientras impulsa los omoplatos hacia sus costillas para conseguir un abridor de corazón manso. Ahora, con gala, lleva tus manos de oración a la frente media.

Concibe cómo el cuerpo postrero levanta el cuerpo frontal. Apartarse energéticamente a todo el virtual que el universo tiene circunspecto para ti. Deje que esta graduación dure de 3 a 4 inhalaciones totales, conservando la máxima dicción de esta suave inflexión hacia atrás durante solo un ciclo cumplido de respiración, finalmente regresa las manos al corazón para concluir.

Sahasrara, el chakra de la corona, simboliza una especie de levantamiento de nuestra presencia encarnada hasta que esa voluntad física se acopla con la cognición universal. Esta consecuencia no procura enervar o negar la forma física, sino contener la integridad de nuestro ser en nuestra cognición, desde la locución burda hasta la más etérea.

Esta sucesión de chakras de la corona está trazada para abrir los canales laterales de ida y pingala con el fin de regir el prana hacia el canal céntrico, para que el cuerpo pueda afianzarse, y tal vez un día se trascienda. Puede ser atrayente notar a medida que trabajas qué lado del cuerpo advierte más dominio, flexibilidad, habilidad o emoción. Al sintonizarnos con las agudezas de la forma tosca, comenzamos a penetrar nuestros poderes de reflexión y objetividad, lo que crea primicias de conciencia aún más tenues. (Ver articulo: Creencias del cristianismo).