El Monasterio de Santo Toribio de Liébana es un cenobio cántabro antiquísimo, cuyos orígenes se remontan al siglo VI y que es albergue de importantes reliquias. Te invitamos a conocer su ancestral arquitectura y los espacios que conforman el monasterio, así como su historia y los caminos históricos que conducen a este santuario.
Monasterio de Santo Toribio de Liébana
El Monasterio de Santo Toribio de Liébana es una edificación de la orden de los franciscanos de carácter católico romano, construido en la comarca de Liébana, cerca del municipio de Potes en la Cordillera Cantábrica al norte de España.
La edificación se encuentra a 410 m s. n. m. escondido en la ladera norte de la sierra de la Viorna y en él habitaron los monjes benedictinos a lo largo de su historia.
Para la custodia del recinto, en la actualidad está ocupado desde 1960 por una pequeña comunidad de frailes franciscanos. En Jainismo encontramos características religiosas que contrastan con las profesadas en este monasterio.
Es uno de los cinco lugares de la cristiandad que, junto con Roma, Jerusalén, Santiago de Compostela y Caravaca de la Cruz, tiene el privilegio de expedir indulgencias perpetuas.
El monasterio pasó a la historia de las artes literarias porque aquí el monje Beato en el siglo VI redactó sus obras entre las cuales destacan los comentarios del Apocalipsis de San Juan.
Por el gran valor histórico, tanto arquitectónico como religioso de este recinto, el Monasterio de Santo Toribio de Liébana fue declarado bien de interés cultural y monumento nacional de España el 11 de agosto de 1953. Te recomendamos conocer también del Kopimismo una religión de interesantes particularidades.
Historia del Monasterio de Santo Toribio de Liébana
Aun cuando la actual edificación se empezó a construir alrededor del año 1256, en el siglo XIII, la fundación propiamente dicha del Monasterio de Santo Toribio de Liébana se cree se habría llevado a cabo en el siglo VI, cuando el obispo de Palencia Santo Toribio decidió retirarse allí a pasar los últimos años de su vida.
De allí que no esté claro cuál es el origen del monasterio y sobre su fundación sólo existen leyendas que se han tejido al respecto.
No obstante, lo que sí ha quedado registrado en la historia es que los refugiados cristianos que huyeron a Liébana desde la España ocupada por los musulmanes en el siglo VIII se refugiaron en este monasterio.
Este cenobio, que, según los historiadores, se refiere al lugar generalmente apartado de una población, que sirve de retiro de los monjes, fue después importante monasterio en época del Reino de Asturias, que fue primera entidad política de carácter cristiano, que se instauró entre los años 718 y 924 en la península ibérica.
Concretamente en el siglo VIII, durante el reinado de Alfonso I se trasladaron allí los restos del obispo Toribio de Astorga, quien vivió en el siglo VIII.
Este obispo es reconocido por ser el que trajo desde la Iglesia del Santo Sepulcro, en su peregrinación a Tierra Santa, la reliquia del Lignum Crucis, que es, supuestamente, el trozo más grande de la cruz donde murió Cristo, uno de los pocos que la Iglesia Católica admite como verdadero, el cual se dice fue descubierto en Jerusalén por Santa Elena de Constantinopla.
El Monasterio de Santo Toribio de Liébana, situado a 3 km al oeste de Potes, ha albergado esta reliquia sagrada desde entonces, lo que lo convierte en un importante destino de peregrinación para muchos creyentes.
A pesar de los siglos transcurridos, muchos peregrinos siguen llegando, luego de recorrer los 73 km del Camino Lebaniego desde San Vicente de la Barquera en la costa norte de España.
Este recinto estuvo inicialmente dedicado a San Martín de Tours, pero su nombre se cambió en el siglo XII.
El 16 de abril de 1961 se encomendó a los frailes franciscanos, Custodios de los Santos Lugares, la custodia de la reliquia y la promoción de la devoción a la Santa Cruz.
El monasterio también es famoso por ser el hogar del monje y teólogo del siglo VIII Beato de Liébana, célebre en toda Europa por su Comentario al Apocalipsis.
El recorrido al monasterio puede continuar 500 m más allá hasta la pequeña Ermita de San Miguel, del siglo XIII, una capilla con grandes vistas del valle y de los Picos, o seguir un camino de tierra 600 m cuesta arriba hasta la Ermita de Santa Catalina, que tiene otras fantásticas panorámicas.
Arquitectura del Monasterio de Santo Toribio de Liébana
El Monasterio de Santo Toribio de Liébana, fue el lugar elegido por los monjes para realizar allí retiro y alejarse del mundo, viviendo según la regla benedictina.
La edificación, en general, es un lugar de estilo gótico con influencia cisterciense.
Muestra líneas y espacios sencillos y con sobriedad decorativa, características de la arquitectura de la Orden de San Bernardo y poca decoración, limitada a los capiteles y en el ábside principal en el que se observan figuras de cabezas humanas y de animales, como osos, toros, entre otros, que según la leyenda ayudaron en la construcción de la iglesia.
Iglesia
A pesar de la larga historia del Monasterio de Santo Toribio de Liébana, solo su iglesia que consta de tres naves, tiene realmente importancia arquitectónica, ya que sus tres ábsides son de diseño poligonal tanto en el exterior como en el interior.
Los ábsides del Monasterio de Santo Toribio de Liébana se destacan por ser la parte de la iglesia situada en la cabecera, en los que se acoge la mesa de altar.
Es, por tanto, el edificio más importante es la iglesia, de estilo gótico monástico de influencia cisterciense, que era la orden monástica católica de la iglesia reformada de entonces.
Su construcción empezó a mediados del siglo XIII, específicamente en el año 1256, aunque ha sido remodelada en diversas ocasiones.
Fue levantada sobre un edificio prerrománico y románico. Algunos expertos señalan que se trata tal vez de un estilo asturiano o mozárabe.
La iglesia del Monasterio de Santo Toribio de Liébana se construyó de nueva planta sobre otra anterior románica y esta a su vez sobre otra prerrománica.
Tiene una fachada, que según los expertos, es similar a la de la Abadía de los Cuerpos Santos, la actual Catedral de Santander, aun cuando algunas estructuras han desaparecido que cerraban el atrio y proporcionaban un aspecto más recoleto al monasterio.
Sus puertas en el muro meridional son de estilo románico y posiblemente anterior al interior del edificio.
En cuanto a las tres naves de este claustro religioso, las mismas tienen cuatro tramos, una planta rectangular, un crucero o espacio de intersección entre la nave principal y la transversal, que no sobresale en planta y tres ábsides poligonales.
Las naves tienen aproximadamente la misma altura, aun cuando la nave central es un poco más elevada y más ancha que las laterales y el crucero está también ligeramente elevado.
Los muros exteriores son de mampostería, salvo en el cuerpo superior del ábside mayor y en las portadas, que se emplea el sillarejo.
Las dos puertas existentes son posiblemente de la iglesia anterior, aunque hay múltiples discrepancias sobre esta posibilidad.
Son reconocibles las aproximaciones de una unificación de los miembros de soporte a los pilares del haz; los nervios de la bóveda apenas están perfilados, sino que sólo están achaflanados lateralmente.
Los dos portales de arquivolta del lado sur, que sobresalen ligeramente de la alineación del muro, siguen siendo de estilo románico y probablemente proceden del edificio anterior.
En el muro norte de la iglesia se halla una efigie del fundador de la capilla, Francisco Gómez de Otero y Cossío, nacido en esta localidad y quien fuera inquisidor de Madrid y arzobispo de Santa Fe de Bogotá, en Colombia.
La cúpula del Monasterio de Santo Toribio de Liébana presenta un gran trabajo de cantería con una decoración profusa de guirnaldas, amorcillos y una representación de los evangelistas. En las hornacinas de la iglesia se pueden ver diferentes esculturas de apóstoles y santos.
A los pies de la nave central se encuentra una torre prismática en la que se sitúa en su base el coro, y que se cubre con una bóveda de crucería de altura superior a la nave central. El órgano de la iglesia es del año 1954.
Toda la iglesia se encuentra cubierta con bóvedas de crucería de cuatro, seis y ocho elementos y los nervios están apoyados sobre pilares de sección cuadrada con columnas entregas. Algunas llevan nervios de refuerzo.
Lignum Crucis
El Lignum Crucis es el brazo izquierdo de la Santa Cruz, que se conserva puesto en modo de cruz en el que se observa entero el agujero sagrado donde clavaron la mano de Cristo e incrustado dentro de un relicario de plata dorada de tradición gótica realizado en 1679.
Esta reliquia se encuentra en la nave central en una capilla, ubicada en un cimborrio, que sobresale sobre los tejados, formando cuasi pareja con la torre a los pies de la iglesia.
Este cimborrio es un elemento arquitectónico en forma de torre saliente al exterior que se levanta sobre el crucero de la iglesia para iluminar y ventilar su interior.
Esta capilla es abovedada y fue erigida con un estilo barroco por el fray Pedro Martínez, quien fungiera para la época como maestro de obras del monasterio de Cardeña en 1705.
Otras edificaciones
El primitivo monasterio estuvo rodeado de todo un conjunto de capillas y minúsculas ermitas, algunas de ellas semirrupestres, que se hallan en las montañas adyacentes, que servían para el retiro de los monjes en sus penitencias.
Algunas de ellas hoy en día se pueden visitar; la más destacable es la conocida como la Cueva Santa, que la tradición supone retiro cenobítico de Santo Toribio.
Cueva Santa
De estilo prerrománico con influencia asturiana, erigida en torno al año 900, que se encuentra en la zona norteña del monte de la Viorna. Consta de dos plantas, la inferior, excavada en la roca sería la celda y la superior construida de mampostería una capilla.
Se edificó aprovechando la roca existente y se accede a ella por medio de un sencillo arco de medio punto formado por grandes dovelas que apoya en cimacios prismáticos y éstos, a su vez, sobre jambas monolíticas.
El techo consta de lanchas de piedra con una pequeña ventana. Para acceder al piso superior del Monasterio de Santo Toribio de Liébana se construyó una escalera, siguiendo el mismo estilo arquitectónico.
En una de las dovelas del arco de entrada aparece una cruz pomeleada. Otra cruz aparece pintada en el interior de la celda.
Ermita de San Pedro
De esta edificación quedan muy pocos restos.
Ermita de Santa Catalina
Data de finales del siglo XII y conserva su vieja espadaña románica y los muros góticos del presbiterio.
La espadaña se compone de tres vanos apuntados, dos inferiores mayores y el tercero arriba en el centro más pequeño. Termina el conjunto con un triangulo. Dispone también de una torre barroca.
Ermita de San Miguel
Construida alrededor del siglo XIII, de lo cual solo se conserva el ábside o cabecera gótica, de planta rectangular, con arco toral apuntado como cubierta. La espadaña es reciente.
Ermita de Nuestra Señora de los Ángeles
Aun se pueden apreciar los cimientos, dos muros y una pilastra. A esta ermita pertenecía la imagen de la Virgen de los Ángeles que se conserva en uno de los ábsides de la actual iglesia del monasterio de Santo Toribio.
Ermita de San Juan de la Casería
Tiene una planta rectangular y arco toral apuntado. En la actualidad es de propiedad privada.
Y ya centrándonos en el monasterio de Santo Toribo, se han encontrado en excavaciones arqueológicas restos de un anterior templo prerrománico (asturiano o mozárabe tal vez) y otro románico aunque hoy día solo pueden verse restos románicos entre el actual monasterio de lo que fue el antiguo cenobio.
Templo
El templo actual fue levantado en el año 1256, diseñado con un estilo gótico sencillo, el cual, según los expertos, más bien tiene características cistercienses evolucionadas.
Se trata de una edificación que destaca por sus sobresalientes dimensiones, pero mantiene la sobriedad decorativa de toda la construcción, según el estilo de la arquitectura de San Bernardo.
La puerta del perdón
En su fachada meridional se abren dos portadas románicas de aspecto arcaizante. Una de ellas es la Puerta del Perdón que solo se abre durante los años jubilares.
Es la puerta de mayor importancia de la iglesia, sin embargo, solo se abre en Año Jubilar Lebaniego. Su apertura constituye todo un acontecimiento y, una vez finalizado el Año Jubilar se tapia la puerta, dando así inicio al siguiente Año Jubilar, en el cual se deberá abrir la puerta a golpes de martillo.
Es de estilo románico con tres columnas a cada lado y capiteles lisos. Su arco es de medio punto rebajado, y su moderna puerta, en lo que son las batientes de madera, está decorada con figuras de bronce que representan a los Santos Lebaniegos y es obra del escultor cantabro contemporáneo Pereda de la Reguera.
Dentro del marco histórico de esta puerta, se registra que en 1328 el rey Alfonso XI Castilla otorgó licencia a los monjes de Santo Toribio para recaudar limosna.
En dicha época ya había instalado en el monasterio el hospital de San Lázaro, que sirvió para la atención de los enfermos que llegaban buscando la curación en el contacto con las reliquias.
En 1512 el papa Julio II otorgó una bula que permitió que instaurara el jubileo de una semana a quienes llegaran al santuario los años en que la fiesta de Santo Toribio, que se celebra el 16 de abril, coincidiera en domingo.
Tal privilegio fue confirmado por su sucesor León X al año siguiente.
Siglos más tarde, en 1967, el papa Pablo VI amplió este viejo privilegio del jubileo semanal a todos los días del año comprendidos entre el de la fiesta que coincide con el domingo y la del mismo patrón de La Liébana del año siguiente, tal y como hoy se aplica.
Como protocolo para dicho jubileo se estableció que el día señalado el obispo de la diócesis, abre la Puerta del Perdón y todos los peregrinos y durante un año tienen la oportunidad de alcanzar la indulgencia plenaria para el perdón de sus pecados. Solo Jerusalén, Roma y Santiago de Compostela tienen esta prerrogativa.
Las condiciones para ganar el jubileo son las siguientes:
- Pasar por el dintel de la puerta del perdón.
- Rezar, reconciliarse o confesarse ante Dios y comulgar quince días antes o después de haber traspasado la puerta.
Al cumplir estos requisitos, se concede el Jubileo o indulgencia plena y perdón de todos los pecados.
El claustro
Constituido por un pequeño jardín con rosales y hortensias, es un sitio que ofrece paz y tranquilidad. Se halla en el centro del monasterio donde hay una fuente a la cual, por tradición, se arroja una moneda y se pide un deseo.
El claustro está rodeado por un corredor al que se accede a través de los arcos; a lo largo del corredor hay varios paneles explicativos sobre el Beato de Liébana y su obra.
Fue construido, al igual que la capilla del Lignum Crucis, en época moderna, específicamente en el año 1669, cuando se llevó a cabo la renovación y ampliación de los espacios del monasterio.
Se erigió con un sobrio estilo de tradición herreriana, tal como se puede apreciar en la actualidad. Esta tradición herreriana, en lo que a arquitectura se refiere, se caracteriza por su rigurosidad geométrica, una relación matemática entre los distintos elementos arquitectónicos, sus volúmenes limpios, el predominio del muro sobre el vano y por la poca decoración.
Al acceder al claustro se pueden observar dos arcos apuntados, que también fueron remodelados en este siglo, en el que se eliminaron las ventanas dobles ajimezadas que se hallaban sobre la entrada.
En 1973 se instaló en uno de los muros del atrio que da al interior un relieve impresionante realizado por el escultor Jesús Otero, quien lo dedicó al Beato de Liébana.
El claustro es de forma cuadrangular de dos niveles y filiación herreriana y consta de una galería cubierta de sillería con ventanas pequeñas rectangulares que descansan sobre un corredor abierto al patio por arcaduras de medio punto.
Se pueden observar en sus muros una serie de paneles con textos que describen secuencias de la historia del cenobio. Resaltan primordialmente los escritos de Beato y sus posteriores ilustradores mozárabes.
En el siglo XVII se completó toda la estructura del claustro y actualmente muestra una exposición en forma de miniaturas sobre los Comentarios del Apocalipsis.
¿Cómo llegar a Santo Toribio?
El lugar en el que se encuentra enclavado Santo Toribio atrae a muchos visitantes, no solo por su sobria belleza, sino también por su historia y relevancia en el mundo católico, así como por el atractivo de la exuberante y preciosa vegetación que lo rodea.
Además, el Monasterio de Santo Toribio de Liébana tiene un gran significado religioso, motivo por el cual se ha convertido en lugar de peregrinación apreciado por muchos de sus devotos, siendo la meta cumplir con el Camino Lebaniego o camino histórico para obtener la preciada indulgencia.
Desde Potes
Para llegar a Santo Toribio se puede salir desde Potes en vehículo y recorrer unos 3 km, tomando la dirección a Camaleño y Fuente Dé por la carretera CA-185 eir subiendo por la ladera que lleva al monasterio.
Igualmente se puede hacer el mismo recorrido caminando, lo cual se toma unos 45 minutos, teniendo precaución de algunos tramos con bastante desnivel de subida.
Desde Santander
Si se sale de Santander, se debe atravesar el imponente desfiladero de La Hermida, que conduce a Potes. Asimismo se puede contratar en Santander una excursión que incluye visitas a Potes, Santo Toribio y los Picos de Europa.
Caminos históricos
En virtud de las valiosas reliquias del Monasterio de Santo Toribio de Liébana y de la propia tumba de Santo Toribio, muy pronto comenzaron a surgir peregrinaciones al sagrado recinto para rendir el debido culto.
Se establecieron así los caminos históricos, que han pasado a formar parte de la tradición y de la cultura de la región, obteniendo incluso reconocimiento nacional e internacional.
Estos caminos son:
- Camino Lebaniego Cántabro, llamado también Camino de Liébana, el cual es un tramo del Camino de Santiago de la Costa.
Fue reconocido en 2015 por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad al formar parte de las rutas del Camino de Santiago junto al Camino Primitivo, el Camino Costero y el Camino Vasco del Interior.
Este ramal tiene la peculiaridad de que en poco más de 70 km permite recorrer una gran diversidad de paisajes, que van desde las costas del Cantábrico en su inicio, hasta los Picos de Europa en su tramo final.
- Camino Lebaniego Castellano, que una vía tradicional de peregrinación desde principios del siglo XVI entre la localidad de Palencia y el Monasterio de Santo Toribio de Liébana.
Este itinerario cultural aparece documentado en 1455, según consta en el Libro de Actas de la catedral de Palencia.
- Camino Lebaniego Madrileño, es el itinerario cultural que abarca desde Madrid hasta el monasterio en Cantabria, es una extensión del Camino Lebaniego Castellano y ha sido referenciad desde principios del siglo XVI.
- Camino Lebaniego Leonés. Esta ruta comienza en la población de Llánaves de la Reina. Es la más corta, de tan solo 45 km, atraviesa el puerto de San Glorio y pasa por los poblados de Ledantes, Villaverde, Bores, La Vega y Tudes antes de llegar a Potes.
En el recorrido se puede disfrutar de las cumbres abruptas de Peña Prieto, el macizo central de los Picos de Europa.
- Camino Lebaniego Vadiniense. Se le conoce también como Ruta Jacobea y sirve de enlace entre el Camino del Norte con el Camino Francés, atravesando el Parque Nacional de los Picos de Europa.
Es una de las rutas con menor tradición jacobea, pero de mucha relevancia cristiana. Se dice que es una de los recorridos más fuertes. Además, une dos de los centros de peregrinación más importantes de España; a saber: la catedral de Santiago de Compostela.