San Francisco de Asís y Santa Clara, descubre todo sobre la fascinante historia de amistad, de estos dos seres virtuosos que consagraron sus vidas al servicio de Jesucristo, cómo se conocieron y las obras que realizaron juntos.
La vida de San Francisco de Asís y Santa Clara
San Francisco de Asís y Santa Clara son dos personajes, santos, del siglo XIII, ambos nacieron en la región italiana de Asís, pueblo fundado hacia el año 1000 A. C. San Francisco de Asís, era uno de los hijos, de un comerciante cuya prosperidad le hizo pertenecer a las élite de las familias italianas de esa región, sin embargo San Francisco, desde joven, abandonó los bienes que por derecho de heredad le correspondían, y se dedicó al servicio de Jesucristo.
San Francisco se consagró su vida a atender a los enfermos y las personas más necesitadas, una de sus primeras obras fue reconstruir la Capilla dedicada a San Damián, para lo cual vendió las mercancías de su padre. San Francisco se hizo predicador de las escrituras bíblicas, sus predicas llegaron a los oídos de Santa Clara de Asís, quien empezó a admíralo al escucharlo en la Iglesia de San Rufino, desde entonces buscó la forma de conocerle.(Ver: obras de San Francisco de Asís:Todo lo que necesita conocer)
Por intermedio de unos familiares, de Santa Clara, San Francisco de Asís y Santa Clara pudieron conocerse, San Francisco vio que aquella joven era una verdadera devota de Dios y la incluyó entre sus seguidores, entre ellos surgió una hermosa amistad basada en el amor a Jesucristo, por su parte Santa Clara encontró en San Francisco al guía y ejemplo que tanto anhelaba y ,en eras de su fe cristiana, dejó a su familia y una noche escapó de su hogar.
Santa Clara de Asís fue acompañada hasta la Iglesia de Porciúncula, conocida como Basílica de Santa María de los Ángeles. Era un domingo de Ramos, cuando San Francisco de Asís y Santa Clara inician su compañerismo consagrado a Dios, ya que en ese día Santa Clara hizo sus votos de pobreza y dedicación virginal a Jesucristo, renunciando a las riquezas que su noble origen le ofrecían, ya que, era hija de un señor poderoso y con muchos bienes.
San Francisco de Asís y Santa Clara de Asís consolidaron su amistad, asistiendo a los pobres y predicando las enseñanzas de nuestro Salvador, desde su llegada al Convento de San Damián, Santa Clara iniciaría su vida de santa, guiada por Dios y San Francisco, consagrada a la atención de los más pobres. San Francisco de Asís y Santa Clara fueron fundadores de la Orden de las Hermanas Clarisas y de la Segunda Orden de San Francisco.
San Francisco fallece el 03 de octubre, en Asís, Italia, a la temprana edad de 44 años, en 1226, luego de una indeterminada enfermedad, se cree que murió a causa de una enfermedad pulmonar, que se le desarrolló cuando intentó salvar a uno de sus seguidores que se estaba ahogando en un rio, aunque sí está documentado que en sus últimos momentos le aparecieron los estigmas de Jesucristo, y que forman actualmente parte de su iconografía.
Santa Clara de Asís, muere un once de agosto de 1253, ya mayor, como consecuencia de su debilidad por ser practicante habitual del ayuno, lo que debilitó su anciano cuerpo, ambos San Francisco de Asís y Santa Clara son ejemplos del poder que el evangelio de Dios obra en las personas.
Amor entre San Francisco de Asís y Santa Clara
La relación que hubo entre estos dos personajes santos siempre estuvo basada en su amor por Dios, San Francisco de Asís y Santa Clara eran personas, que por distintos medios, habían conocido sobre el evangelio de Jesucristo, así San Francisco de Asís dejó de ser un joven entregado a la vida fastuosa, que los bienes de sus padres le prodigaban, para seguir, gracias a una manifestación Divina, el sendero del servicio a Dios.(Ver: San Mateo: Apóstol y evangelista )
Igualmente Santa Clara de Asís, quien fue criada en noble cuna y educada con las enseñanzas bíblicas, abandonó los bienes terrenales a cambio de llevar una existencia a servir a Jesucristo y dedicación a atender al más necesitado, su transitar estuvo ligado por más de 40 años a dirigir el Convento de San Damián, en Italia, desde donde junto con San Francisco de Asís, lograron llevar la luz del Señor a todas las demás regiones.
San Francisco de Asís y Santa Clara fueron ejemplos de cómo el amor entre un hombre y una mujer puede sostenerse bajo los pilares del poder Divino, transcendiendo los deseos de la carne, y llegando a cultivar una verdadera fraternidad. San Francisco de Asís y Santa Clara vieron consolidado su amor en la obra de Dios, juntos fundaron órdenes religiosas que se extendieron más allá de las fronteras italianas, y en la actualidad ambos son venerados en todo el mundo. (Ver: oración más poderosa del mundo para el amor y la amistad )