El venerado Santo Tomás de Villanueva fue conocido por su promoción de los estudios y las misiones en la Orden de San Agustín, y por el amor y cuidado que prodigaba a los pobres y necesitados. Conoce en este post acerca de su historia, sus estudios, su vida eclesiástica, canonización, sus grandes obras y algunos datos interesantes de su vida.
¿Quién fue santo Tomás de Villanueva?
Santo Tomás de Villanueva fue un fraile español de la Orden de San Agustín que destacó como predicador, asceta y escritor religioso de su época.
Llegó a ser un arzobispo famoso por la amplitud de su atención a los pobres de su sede.
Santo Tomás de Villanueva recibió su apellido de la ciudad donde se crio. Recibió una educación superior en la Universidad de Alcalá y se convirtió en un popular maestro de arte y profesor de filosofía.
Cuando le criticaban porque a veces se aprovechaban de él, respondía: “Si hay gente que se niega a trabajar, de eso se encargan el gobernador y la policía. Mi deber es ayudar y aliviar a los que llegan a mi puerta”.
Acogía a los huérfanos y pagaba a sus sirvientes por cada niño abandonado que le traían. Animaba a los ricos a imitar su ejemplo y a ser más ricos en misericordia y caridad que en posesiones terrenales. Te interesará también la vida de San Ambrosio de Milán.
Biografía
Nació como Tomás García y Martínez en el año 1488, en la población de Fuenllana, pequeño pueblo manchego, en Ciudad Real, en la comunidad de Castilla, España.
Su padre era un molinero, que regularmente distribuía alimentos y provisiones a los pobres, al igual que su madre Lucía, quienes eran sumamente piadosos y caritativos, cualidad que heredó Tomás con un entrañable amor a los necesitados.
Santo Tomás de Villanueva creció y se educó en Villanueva de los Infantes, en la provincia de Ciudad Real, España, de ahí el nombre de Tomás de Villanueva.
Todavía se conserva parte de la casa original, con un escudo de armas en la esquina, junto a una capilla familiar.
Se hizo famoso por su elocuente y eficaz predicación en las iglesias salmantinas.
Tomás compuso hermosos sermones, entre los que destaca el Sermón del Amor de Dios, uno de los grandes ejemplos de oratoria sagrada del siglo XVI.
Carlos V lo nombró uno de sus consejeros de Estado y predicador de la corte de Valladolid, residencia del emperador en sus visitas a los Países Bajos. Además, le ofreció el cargo de arzobispo de Granada, pero no lo aceptó.
Sus mordaces ataques a sus compañeros obispos le valieron el título de reformador.
También tenía una gran devoción por la Virgen María, cuyo corazón comparaba con la zarza ardiente de Moisés que nunca se consume.
En 1533, Tomás fue el encargado de enviar a los primeros frailes agustinos al Nuevo Mundo, en específico a México.
Falleció el 8 de septiembre de 1555 en Valencia debido a una angina de pecho a la edad de 67 años.
Sus restos se conservan en la catedral de esa ciudad.
Infancia
Parte de su infancia la pasó en la casa familiar de Villanova de los Infantes, junto a sus padres y sus cinco hermanos menores.
Allí realizó sus primeros estudios y se destacó por ser un alumno aventajado, muy disciplinado y diligente.
A pesar de la riqueza de su familia, de joven a menudo volvía a casa sin la merienda y sin el vestido recién estrenado, pues había dado su ropa a los pobres.
Estudios
Fue enviado a los 15 años en la recién fundada Universidad de Alcalá, en Alcalá de Henares, donde en 1509 obtiene el título de maestro en artes.
Seguidamente llevó a cabo estudios teológicos por tres años en la misma universidad, los cuales interrumpió porque las autoridades le ofrecieron encargarse de la cátedra de filosofía entre 1512 y 1516.
Su fama de excelente profesor se extendió, y la prestigiosa Universidad de Salamanca le ofreció también a santo Tomás de Villanueva una cátedra en 1516.
No obstante, rechazó el puesto y se decidió por ingresar a la vida religiosa.
Sacerdote
En Salamanca profesó sus votos religiosos acogiéndose a la Orden de San Agustín, donde en 1518 recibió la ordenación sacerdotal. Conoce también a los Jesuitas y su obra.
Después de ingresar en los frailes agustinos y ser ordenado, santo Tomás de Villanueva reanudó su labor docente.
Reconociendo su capacidad de liderazgo, sus superiores agustinos lo eligieron sucesivamente para ocupar los cargos de prior de su monasterio local, visitador general y, más tarde, prior provincial de Andalucía y Castilla.
En este cargo, fomentó una adhesión más fiel a los principios de la vida agustiniana y fue cuando envió los primeros agustinos a Mexico para promover su actividad misionera.
Santo Tomás de Villanueva llevó una vida profundamente espiritual. Vivió con sencillez, regalando la pequeña fortuna que heredó de sus padres.
Arzobispo
Como se señaló, rechazó ser obispo de Granada, prefiriendo la vida sencilla a una vida de poder y prestigio.
Sin embargo, varios años después, en 1544, fue nombrado arzobispo de Valencia y, al negarse de nuevo, las autoridades persuadieron a los superiores religiosos de Tomás para que le ordenaran aceptar en virtud de su voto de obediencia.
Aceptó a regañadientes y se convirtió en arzobispo de Valencia en 1545. Allí encontró una archidiócesis sumida en el caos espiritual.
Comenzó su episcopado visitando todas las parroquias de la archidiócesis para descubrir cuáles eran las necesidades de la gente.
Ayudado por su obispo auxiliar, Juan Segriá, puso en orden una archidiócesis que durante un siglo no había tenido un gobierno pastoral directo.
Recibió donativos del cabildo de su catedral para decorar su residencia, sin embargo, él destinó ese dinero para un hospital que necesitaba ser reparado.
Asimismo, atendía a cientos de pobres que acudían a su puerta cada mañana a quienes daba comida, vino y dinero.
Organizó un colegio especial para los moriscos conversos y, sobre todo, un eficaz plan de asistencia social, beneficencia y caridad.
En 1547 ordenó sacerdote a Luis Beltrán, destacado misionero en Sudamérica. En 1550, Tomás fundó el Seminario de la Presentación con el fin de tener un clero bien formado.
Era conocido por su gran austeridad personal y se cuenta que vestía el mismo hábito que había recibido en el noviciado, remendándolo él mismo.
Sus continuos esfuerzos caritativos eran incansables, especialmente hacia los huérfanos, las mujeres pobres sin dote y los enfermos.
De allí que fuera conocido como el “padre de los pobres”, o también el “obispo mendigo”.
Poseía, sin embargo, una inteligente noción de la caridad, de modo que, a la vez que era muy caritativo, buscaba soluciones definitivas y estructurales al problema de la pobreza; por ejemplo, dando trabajo a los pobres, haciendo así fructificar su caridad.
Estableció programas en los que los fondos aportados por los ricos ayudarían a atender a los pobres.
Creó escuelas en las que los jóvenes tuvieran acceso a una educación de calidad. Convirtió su propia casa en una especie de comedor y refugio, dando a los pobres y a los sin techo comida para comer y un lugar para dormir.
Últimos días
Cuando santo Tomás de Villanueva enfermó en 1551 y, a medida que su enfermedad avanzaba y se debilitaba, fue regalando todas las posesiones que le quedaban.
Asimismo, mientras agonizaba, Tomás ordenó que todo el dinero que poseía se distribuyera entre los pobres.
Igualmente, pidió que muchos de sus bienes materiales debían ser entregados al rector de su colegio.
El día que falleció se estaba celebrando la misa en su presencia cuando, tras la comunión, expiró recitando las palabras: “En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu”.
Canonización
Fue canonizado por el papa Alejandro VII el 1 de noviembre de 1658 y se declaró la celebración de su fiesta litúrgica el 22 de septiembre.
Obras de santo Tomás de Villanueva
Son varias las obras pastorales de santo Tomás de Villanueva, entre las que se destacan las siguientes:
De la lección, meditación, oración y contemplación
En este escrito, considerado por muchos como su obra más importante, santo Tomás nos ofrece sus místicas enseñanzas en cuanto a las fases a cumplir para llegar al pensamiento divino.
Sermón del amor de Dios
Es un escrito en el que santo Tomás de Villanueva expone su postura impregnada de neoplatonismo, en el que advierte a no permanecer en actitud contemplativa ante los errores a los que se puede estar sometido por el demonio.
Ello podría inducir a la herejía. En virtud de ello, el santo hace un llamado de advertencia contra los iluminados. Por ello, distingue entre la contemplación infundida por Dios, con que el Espíritu Santo inspira, y la contemplación adquirida, proveniente del esfuerzo y la práctica.
Edición moderna Obras completas de santo Tomás de Villanueva
Es la obra desarrollada entre 2010 y 2016 por la Biblioteca de Autores Cristianos, para recoger todos los trabajos de autores clásicos de la Iglesia católica. En ella se destaca la recopilación de los escritos, tratados y enseñanzas de este santo.