San Hilarión mantuvo una estrecha amistad con el gran San Antonio Abad, el patrón de los animales y defensor de la vida enemítica. El santo apoyó incondicionalmente las decisiones de Antonio, al igual que su ejemplo, que para él fue fundamental y determinante.
Historia y biografía de San Hilarión
San Hilarión, al igual que Antonio Abad, apostaron por una vida ermitaña y de soledad. Gracias a ese estilo de vida, pudieron consagrar su amor a Dios. Hilarión nació en un pueblo llamado Gaza, específicamente en la localidad de Tabattha.
El santo tomó sus primeros estudios en una escuela de Alejandría, donde fue Obispo San Alejandro. De forma tardía recibió el primer sacramento de la iglesia, las aguas bautismales fueron rociadas en su humanidad al contar con 15 años de edad. Tiempo después, se hizo amigo de Antonio Abad, a tal punto de dirigirse hacia el desierto para detallar cómo sobrevivía este hombre ermitaño.
Hilarión rechazó por completo todo tipo de compañía, vio con malos ojos la cantidad de devotos que se acercaban a San Antonio para solicitar un milagro. Fue tanto el disgusto de San Hilarión que se regresó a su tierra natal. Quedó huérfano desde muy niño, jamás disfrutó de la herencia obtenida, ya que regaló sus bienes tanto a los pobres como a sus hermanos. Se resignó a una vida llena de soledad.
Después de dejar todo en orden en cuanto a su herencia, San Hilarión se dirigió hasta Egipto para refugiarse en la absoluta soledad. Al llegar, se estableció en un pantano tenebroso que contaba con acceso al mar. Sus primeros días en el lugar no fueron fáciles, porque padeció de mucho frío por las noches y mucho calor durante el día, al final se acostumbró a las condiciones climáticas ofrecidas por el pantano.
Entre su vestimenta sólo destacó un abrigo de pieles que fue obsequiado por San Antonio Abad. San Hilarión prometió jamás quitarse el abrigo, pero poco a poco se fue deteriorando producto del constante cambio climático. Tampoco lavó una camisa que llevaba con él mucho tiempo, porque parecía inútil.
El único alimento que consumió San Hilarión fueron higos, alrededor de unos 15 por día, debido a que la zona pantanosa no producía otro tipo de frutos. En algún momento de su vida evitó ser una víctima del demonio, por ende decidió comer menos higos que de costumbre. En Egipto aprendió el oficio de costurero y manualidades, fabricando cestas y utensilios de diferente índole comercial.
San Hilarión se encargó de construir su propio refugio en la zona pantanal, con la recolección de algunas hojas secas para protegerse de la lluvia y el frío. Después obtuvo mejores materiales y dispuso de una celda para dormir con mejor calidad de vida. Aparentemente, este santo defendió los estatutos dictados por la Biblia, como lo hizo San Jerónimo, hasta el punto de traducir muchas versiones en diferentes idiomas.
Cabe destacar que esta celda era muy pequeña, debido que sus dimensiones tanto de largo como de ancho no sobrepasaron los 2 metros. San Hilarión ya cansado de ingerir higos, decidió ir a la zona más peligrosa del pantano a recoger otros frutos y pan. Todo este hecho permitió a San Hilarión conseguir los afectos del Altísimo. Entre las vicisitudes que tuvo que atravesar el santo fue sobrevivir en su soledad por varias noches de completa oscuridad.
La oscuridad era la prueba más difícil que debió afrontar San Hilarión, ya que este elemento pudo haber puesto en tela de juicio su amor por Dios y regresar a la sociedad, aunque no fue así. Su convicción y soledad fue superior en todo momento y salió triunfante de las tinieblas en el pantano. La oración fue fundamental para resistir aquellos momentos de presión.
San Jerónimo recalcó en sus escritos que San Hilarión no vivió precisamente en Palestina como un habitante más, sino que se empeñó en visitar varias tumbas y recintos sagrados. San Hilarión llegó visitó Jerusalén para dar gracias a la iglesia de su inquebrantable fe cristiana.
Desde pequeño se interesó por las virtudes de la comunidad monjil, ya que muchos de ellos entregaban todos sus bienes a los pobres para irse a vivir en el desierto. Otros prefirieron trasladarse hasta el Río Jordán, donde San Juan Bautista bautizó a Jesús.
Oración a San Hilarión
San Hilarión cuenta con muchos feligreses a lo largo y ancho del mundo. Muchos de ellos ofrecen sus plegarias para venerar a este santo ermitaño que siguió el ejemplo de su gran amigo Antonio Abad. Cabe resaltar que las oraciones debe ejecutarse con gran fe y esperanza.
-Oh magno San Hilarión, que regalaste todos tus bienes a los pobres para que disfrutaran de tus virtudes, que entregaste parte de tu vida en el desierto, para hallar la verdadera convicción y amor por Dios. Benedicto santo, has logrado conquistar el afecto del Altísimo. San Hilarión amado, tú fuiste un hombre puro tanto de alma y corazón, preferiste la soledad antes que una mala compañía que te incitara a la seducción.
San Hilarión sagrado, tú que amaste al prójimo desde el refugio y tu soledad, jamás rechazaste la ayuda de tus fieles devotos quienes necesitaron de ti un buen consejo. Supremo valuarte ermitaño, cuyos poderes sobresalen del pensamiento racional para adjudicar el pensamiento divino. Suplico de tu mediación, la de María la virgen, San José de Nazaret y de Dios Todopoderoso para que me protejas de todo mal y peligro.
-Oh benefactor de todos los hombres y mujeres quienes hacen vida enemítica, te pido para que me facultes de todos tus dones sagrados. Deseo seguir tu ejemplo de buena manera para que me observes con ojos orgullosos. Eres merecedor de la bóveda del cielo, por tu inmensa dedicación y ayuda mítica a todos los desamparados.
Gracias, Oh San Hilarión, por ser compañero y colega de San Expedito en aquellos asuntos improbables de solucionar. Ayuda con tu protección a aquellos seres que no proveen ni de vivienda y tampoco de alimentos. Se el abogado de todas aquellas causas nobles y justas, para que combatas junto a mí todos los chismes e injurias que intentan lastimarme.
Te imploro para que seas mi paño de lágrimas en todos los momentos de tristeza y aflicción. Quita de mi vista y de mi mente toda la niebla brumosa que no me permite ver más allá de la realidad. No sólo te pido que ruegues por mí, sino también por todos mis hermanos católicos y cristianos, para que solventes los problemas de cada uno de ellos. Se la sanación del alma mía, como también de mi espíritu y mi mente.
Derrama sobre mi humanidad el don de la tranquilidad, para no preocuparme más de la cuenta por problemas innecesarios. Que la sabiduría sea la suficiente para tomar decisiones de manera idónea,, sin cometer errores costosos a largo plazo.
Oración a San Hilarión para pedir un favor
-Milagroso San Hilarión sagrado, tú que eres milagroso y poderoso, te imploro para que escuches esta petición (Se explica con detenimiento el favor a San Hilarión) para así sentir que mi corazón afligido mejore un poco de su tristeza. Gran servidor de Dios desde el desierto, ermitaño de gran corazón y caridad majestuosa, enséñame a ser mejor persona a través de este favor que vengo a solicitarte.
Como de favor te imploro para que transformes cada momento de tristeza en infinita alegría, haz que mi vida cobre sentido nuevamente, que por un momento se ha perdido tras largos momentos de sumo dolor. Sigue cada uno de mis pasos, para que seas juez de todas mis acciones; si son buenas, recibiré con gozo tu bendición; si son malas, lograré obtener tu perdón con verdadero arrepentimiento y redención.
San Hilarión magno, alegra cada instante de mi vida, que yo con mucho júbilo te dedico esta oración poderosa. Que la prosperidad siempre llegue bajo las manos del Altísimo Hazme compasivo(a) frente a las vicisitudes que atraviesa el mundo. Amén.
Oración a San Hilarión para el dinero
Si deseas velar por el dinero o tambipen consagrar tu fortuna, es el momento de elevar una oración a este santo milagroso. De oigual modo, la santa muerte dorada es otra auxiliar en multiplicar las ganancias y procurar la buena fortuna en sus devotos.
-Oh buen confesor San Hilarión, prudente enemita que prefirió una vida en soledad que las falsas compañías traicioneras e infames. Gran manantial de generosidad, que socorriste a todos los humanos que se acercaron a ti para solicitar un apoyo incondicional. Bendice mi fortuna, para que no derroche ni un centavo que me haga caer en la bancarrota. Contribuye a que mi dinero se siga multiplicando, para generar empleo y utilizarlos en gastos netamente necesarios.
A pesar de ser indigno(a) de ti por haber pecado mucho en tiempo reciente, solicito de su ayuda para proteger mi dinero, de manera que no caiga en manos equivocadas o sea víctima de los malhechores.
-San Hilarión bendito, tú que fuiste adoptado por tus devotos como el gran abogado del dinero, te imploro para salir airoso de este fuerte bache económico que me consume y me mata lentamente. Procura que esta mala racha sólo sea transitoria y no definitiva. Espero que mi consuelo sea encontrar un buen empleo que me facilite mayor ingreso económico. Oh santo, nadie más sabe en el mundo que el dinero ayuda a cualquier familia a mantenerla. Amén.
-Dios Todopoderoso, que viste en San Hilarión a un hombre valiente y decidido a enfrentar a las fieras más hambrientas del mundo ubicadas en el pantano de Palestina, intercede junto a él para que la prosperidad y la fortuna sean una constante en mi vida. Suprime de forma inmediata mi espíritu derrochador, para no hacer gastos innecesarios e invertir de buena manera el dinero que con mucho sacrificio he ganado- Amén.
Oración San Hilarión para solucionar problemas económicos
-Generoso San Hilarión, ayudante y protector de los ideales de San Antonio Abad, necesito que me acojas en las siguientes súplicas, porque he sentido que la suerte no ha estado de mi lado en los últimos días. Estoy en un punto de mi vida en que las carencias me arropan y la ruina me abraza con sus brazos ardientes. Ayúdame a salir de todas ellas victorioso(a), así como tú que te enfrentaste a la inclemente oscuridad y a la hambruna más extrema para complacer al Altísimo.
Te ruego para que solicites tu intervención en este penoso asunto (Se describe el problema económico o deuda por resolver) para de esta manera estar más tranquilo(a) sin pensar en la falta de dinero que permita solventar este impace. Oh benigno Hilarión, abogado y defensor de los enemitas, escucha con atención estas humildes súplicas, que yo te venero todos los días de mi vida. Amén.
Ritual a San Hilarión
El rito o ceremonia que los devotos hacen con frecuencia a San Hilarión se denomina como el ritual de las 3 velas. Dicho ritual consiste en buscar 3 veladoras de color azul, ya que este era el color predilecto del santo. También simboliza la prosperidad, la buena suerte y el mantenimiento de las rachas positivas.
El rezador debe ubicar una pequeña habitación, en cuyo altar debe encender 3 veladoras de color azul. Un retrato de San Hilarión permitiría una mejor comunicación entre el rezador y el santo, para que el ritual sea mucho más efectivo y poderoso.
El ritual a San Hilarión puede hacerse por 3 días consecutivos o a conveniencia del orador. Los días no es un factor determinante, sino la causa o súplica de la prosperidad del dinero. Se debe colocar un recipiente con flores alrededor de las velas y la fotografía. Si hay incienso al alcance, no hay que dudar en encenderlos para que el rito sea más armónico. Ahora bien, corresponde hacer una oración para la prosperidad por cada vela encendida durante el día.
- San Hilarión, San Hilarión, San Hilarión poderoso, patrono de los enemitas y fiel compañero de Antonio Abad, en sus venturas y desventuras, en sus momentos de soledad en la celda fría y oscura. Con esta primera vela solicito la prosperidad de mi hogar, para que mi familia permanezca unida y donde el apoyo predomine los unos con los otros. Que el demonio y sus seducciones desaparezcan con el encendido de esta vela poderosa. Para ellos auspicio protección y prosperidad en todo sentido.
- San Hilarión, San Hilarión, San Hilarión poderoso, patrono de los enemitas y fiel compañero de Antonio Abad, en sus venturas y desventuras, en sus momentos de soledad en la celda fría y oscura. Con esta segunda vela busco tu mediación para que multipliques mis ingresos económicos, para que jamás derroche lo ganado, para otorgar empleos a la gente más necesitada y principalmente, para evitar el incómodo momento de la ruina y carencia económica.
- San Hilarión, San Hilarión, San Hilarión poderoso, patrono de los enemitas y fiel compañero de Antonio Abad, en sus venturas y desventuras, en sus momentos de soledad en la celda fría y oscura. Con esta tercera y última vela vengo a agradecerte por la buena racha que ha llegado a mi vida. Mis asuntos financieros marcha de la mejor manera. Las alegrías no han faltado en mi hogar, debido al buen momento que estoy viviendo. San Hilarión, San Hilarión, manten este gran episodio en mi vida con el encendido de esta veladora azul, color del agua y de la prosperidad que ameniza cualquier caos y descontrol.
También puedes conocer los rituales de la santa muerte, que realizan muchos mexicanos en el santoral de esta santa poderosa, cuyos raíces devotos yacen en México.
Novena a San Hilarión
La novena a San Hilarión consiste en una serie de oraciones que se efectúan de forma continua durante 9 días sin descanso. La misma comienza el 13 de octubre para culminar el 21 del mismo mes, como motivo de su veneración en su santoral. La novena arranca con una oración inicial que debe hacerse todos los días como preludio.
Oración inicial de todos los días
-Oh San Hilarión, majestuoso hombre que en refugio de su vida lograste alcanzar la gracia plena de Dios. Desde tu celda sorteaste todo tipo de peligros y seducciones del demonio. Oh clemente santo, con esta novena te quiero agradecer todo lo concedido en mi gracia, santo milagroso y compasivo, estoy deseoso(a) de seguir tus pasos para obtener así el pasaje celestial que gobierna el Altisimo de la mano de su coro de arcángeles. Hilarión Abad, intercede junto a San Antonio para el beneficio de mi alma. Amén.
Primer día
Oh bienaventurado San Hilarión, ejemplar hombre que regaló todos sus bienes para beneficiar a los pobres y desamparados. Te agradecemos el temple y la gallardía para soportar todo tipo de carencias en el desierto. En este día suplico me otorgues el don de la valentía, para saber tomar decisiones con gran certeza y determinación. Aleja el fantasma del miedo y la inseguridad. Si es necesario, enséñame cómo vivir en soledad, que compartir con desagradables compañías.
San Hilarión, San Hilarión, atiende con gozo cada una de las súplicas descritas en esta gloriosa novena. Amén. Igual puedes conocer la novena a San Marcos de León para dominar, cuyo poder confiere valentía para derrotar a todos los enemigos.
Segundo día
Oh abogado y defensor de las causas justas, San Hilarión, en estos momentos me hallo en suma aflicción por todos los pecados que he cometido. En esta oportunidad te ruego me facultes de la virtud de la conversión, para borrar de mi proceder todo tipo de pecado cometido en el pasado. Me arrepiento de todos mis errores y deseo seguir firmemente los pasos del Altísimo, igual del gran San Hilarión, que con su vida como ermitaño llenó de emoción a toda la comunidad cristiana.
San Hilarión, San Hilarión, atiende con gozo cada una de las súplicas descritas en esta gloriosa novena. Amén. De la misma manera, otra novena que te puede llenar de alegría al hacerla es sin duda la novena a Santa Clara de Asís, la beata que defendió con mucho honor a la iglesia católica.
Tercer día
Gran San Hilarión, que fuiste adoptado como el patrón de todos los pueblos remotos, escondidos y recónditos del mundo entero, cuyo poder trascendió todas las tierras escondidas y descubiertas. Te pido especialmente por el crecimiento de mi aldea, para que todos sus ciudadanos estén sanos tanto en cuerpo como en alma, y así construir una sociedad cristiana que cuente con el apoyo de Dios Todopoderoso. Oh San Hilarión, protege a cada una de estas aldeas cristianas que te alaban con honor y sabiduría.
San Hilarión, San Hilarión, atiende con gozo cada una de las súplicas descritas en esta gloriosa novena. Amén. Recuerda que para fortalecer la sabiduría que crees perdida, con la novena a San Agustín te puedes alimentar de ella, ya que este santo filósofo fue un gran intelectual en sus años dorados.
Cuarto día
Magnífico San Hilarión, ejemplo de muchos hombres ermitaños que escondidos hallaron su verdadera vocación. Oh amigo de San Antonio, el abad que adoró a las mascotas y animales silvestres, te pido para que protejas a mi mascota. Faculta en ella la mayor salud posible, para que siempre ande por la casa corriendo y saltando. Oh auxiliador de los perros, oh benefactor de los gatos y protector de todas las mascotas como el milagroso San Lázaro, vela por todos los animales del mundo que forman parte de nuestras familias.
San Hilarión, San Hilarión, atiende con gozo cada una de las súplicas descritas en esta gloriosa novena. Amén.
Quinto día
Milagroso y supremo San Hilarión, cuyo color azul te representa en todo sentido. Eso es justamente lo que necesito recuperar en mi vida, la prosperidad que por un momento se ha escapado de mis manos. Clemente Hilarión, suprime de mi vida esta mala racha que me abruma; el dinero me falta, mi familia se fragmenta por rencillas sin sentido, mis deudas crecen y no hallo solución.
Haz que logre discernir de forma correcta para salir victorioso, así como San Miguel Arcángel venció al demonio con su espada poderosa y celestial.
San Hilarión, San Hilarión, atiende con gozo cada una de las súplicas descritas en esta gloriosa novena. Amén.
Sexto día
Amoroso y caritativo San Hilarión, cuyo altruismo conmocionó a propios y extraños, amoroso padre ermitaño que conquistó a sus devotos con interminables consejos útiles para sus vidas. En esta oportunidad imploro la llegada del amor, para que cambie estos momentos de soledad por una agradable compañía. Oh santo, ayúdame a encontrar un alma gemela que me complemente todos los días, ese amor que me devuelva la felicidad plena, esa ilusión que día con día crezca en mi corazón.
San Hilarión, San Hilarión, atiende con gozo cada una de las súplicas descritas en esta gloriosa novena. Amén. Es indispensable que si deseas un amor, conozca de los poderes de la santa muerte roja, muy óptimos para conquistar ese amor.
Séptimo día
Gracias San Hilarión, por ser fuente de entrega enemítica y consuelo para todos los afligidos, en este día especial te pido por mi salud, la de mi familia y de todos mis seres queridos. Que el quebranto y enfermedad no hagan aguas en nuestros organismos. Procura fortaleza espiritual y corporal para cada uno de nosotros. Vela por el bienestar de toda mi gente que quiero.
San Hilarión, San Hilarión, atiende con gozo cada una de las súplicas descritas en esta gloriosa novena. Amén.
Octavo día
Oh generoso San Hilarión, que produces alegrías en cada uno de tus devotos al pronunciar tu santo nombre. Imploro por la paz del mundo, para que todos los ciudadanos sepan respetarse y amarse los unos a los otros, así como lo estipuló Jesús. Llena a nuestro mundo de tolerancia y de menos violencia, para fomentar una sociedad cónsona al mundo que merecemos.
San Hilarión, San Hilarión, atiende con gozo cada una de las súplicas descritas en esta gloriosa novena. Amén.
Noveno día
Bendito y alabado San Hilarión, ante ti acudo a despedirme en este noveno día con mucho júbilo y devoción, no sin antes agradecer por haber escuchado con atención todas mis necesidades. Sigue llenando de felicidad a cada feligrés que te venera con mucho afecto. Amén.
Milagros de San Hilarión
San Hilarión ayudó a sus devotos con el cumplimiento de diversos milagros, uno de ellos fue ayudar a una mujer que no podía concebir hijos. Este hecho acarreó el desprecio de su marido, sin tener más remedio que ir al desierto y acudir a San Hilarión para que aconsejara y tranquilizara su triste corazón.
El santo animó a la mujer para que albergara una pequeña esperanza de procrear a ese hijo que tanto anheló por siempre. San Hilarión le pidió que sostuviera su mirada al cielo e implorara su petición con mucha fe, una vez concluida, se retiró. 9 meses después va hacia la celda de Hilarión junto a su criatura recién nacida para dar gracias.
Fue el asistente de un jinete de caballería, para que ganara el premio de una carrera de caballos en Gaza. Su contricante era bastante poderoso y se rumoró que sus victorias se basaban en la magia negra. San Hilarión aconsejó al jinete de esparcir con agua bendita la carrera y el casco de los caballos para obtener una victoria segura. Los caballos galoparon a gran velocidad, dejando muy atrás a su acérrimo rival.