Santa Filomena, conoce todo sobre esta joven mártir, su sorprendente historia; es la santa que te concede el milagro que tanto esperas, apréndete las más eficaces oraciones, que sanarán todos tus males y alejarán tus problemas.
Historia de Santa Filomena mártir
La historia de esta santa está considerada una leyenda, debido a que los datos disponibles para verificar su existencia histórica se resumen a una tumba que contenían los restos de una joven adolescente, de unos doce o treces años, encontrada en el año de 1802, mientras se efectuaban unas excavaciones en Roma, y a las revelaciones, que caen en los supuestos, dadas por Santa Filomena a tres personas, que no se conocían, aunque vivían en la Italia del siglo XIX.
Las revelaciones sobre la historia de Santa Filomena, nos llegan de tres fuentes confiables, tres personas que vivieron entre finales del siglo XVIII y mediados del siglo XIX, ellos son; un artesano de Nápoles, un hombre que fue conocido como devoto de Dios y de limpia conciencia, un sacerdote versado en oratorias eclesiásticas solemnes, que llegó a ser canónigo, y a una monja que residía en la ciudad de Nápoles, y estaba consagrada en alma y virginidad a la obra de Dios.
Las revelaciones hechas a estas tres personas, de buena reputación, coincidían en los detalles que Santa Filomena les había hecho saber, y de ellos tres, las declaraciones dadas por la monja, al parecer, de nombre María L. de Jesús, 1799-1875, son las más prolijas en cuanto a la historia de esta santa, y son las que nos relatan el origen, la causa y pormenores del martirio, de la corta vida de Santa Filomena, popularmente denominada la taumaturga del siglo XIX.
Estas revelaciones concuerdan con los diferentes indicios que fueron encontrados en su cripta, en 1802, en las muy conocidas catatumbas de la vía Salaria de Roma, un cementerio romano arcaico. La tumba de Santa Filomena contenía varios elementos, que hicieron ver a sus descubridores que estaban en presencia de una mártir cristiana, de los tiempos de las persecuciones en contra de los primeros seguidores de Jesucristo.(Ver artículo sobre la persecución a los primeros cristianos)
Los elementos que indicaron a los descubridores, en mayo de 1802, de la tumba de Santa Filomena, y que fueron descifrados con la ayuda de un Padre Jesuita, Mariano Portenio, consistían en signos que hacían alusión a la virginidad y al asesinato por martirio; en la lápida sepulcral está inscrito la frase, –(fi)lumena, pax tecum fi(at)-, traducida como, –filomena la paz sea contigo:así sea-, que era la forma más usual que se colocaba en los sepulcros de los mártires.
Se hallaron en la lápida de su tumba símbolos inscritos que denotaban la muerte mediante el martirio, ellos son; un áncora que indicaba que había sido arrojada a aguas profundas, como le aconteció al Papa San Clemente en el siglo I, D.C., unas saetas que recuerdan la forma en que se le quitó la vida a San Sebastián, 256-288, mediante unas flechas, una palma dibujada a mitad de la lápida, simbolizando el triunfo cristiano sobre la maldad.(Ver artículo cómo murieron los primeros cristianos)
Otro de los símbolos descubiertos era un látigo, empleado con esferas de plomo para inducir el tormento y la muerte de los cristianos capturados, además un par de flechas cuyas direcciones van de arriba hacia abajo, que rememoran a las que el Arcángel San Gabriel hizo devolver en el Monte Gargano, además se toparon con una imagen de una azucena, simbolismo de una virgen que triunfa sobre los deseos de la carne y de su pureza ante el mundo.
Entre los objetos encontrados en la sepultura de Santa Filomena, destaca un vaso hecho de vidrio, pero roto en la mitad, y aún limpio, estaba impregnado con restos sangre. Un indicador más, que ese cuerpo pertenecía a una santa mártir, porque era costumbre en los primeros siglos recoger en un recipiente la sangre de los cristianos martirizados, en conmemoración a la sangre derramada en la cruz por nuestro Señor Jesucristo.(Ver artículo sobre los símbolos de los primeros cristianos )
Lo peculiar de la vasija de vidrio, que contenía la sangre de Santa Filomena, era que al tratar de desprenderla del vaso y depositarla en otro recipiente de cristal, conservaba su color oscuro, pero que al acercarla a la urna esta se transformaba en partículas globulares, que milagrosamente despedían los colores del arco iris, predominando los colores dorado, el rojo rubí, el plateado y el cristalino como el diamante más puro.
En cuanto a las reliquias de Santa Filomena, los huesos de sus costillas presentan heridas, la cabeza una fisura craneal y todavía conserva gran parte de sus dientes. Sus restos fueron trasladados , bajo la protección del sacerdote de nombre Francisco de Lucía, quien los llevó inicialmente a Nápoles, a una librería, hasta que pudo trasladarlos a la iglesia de su parroquia, en Mugnano, zona metropolitana de Nápoles, Italia, en septiembre de 1805.
La historia de Santa Filomena, que se remonta a los primeros siglos de nuestra era cristiana, cobra popularidad luego de su descubrimiento a principios de siglo XIX, ya que con la llegada de sus reliquias a Nápoles, a la iglesia de Mugnano, los parroquianos comienza a dar muestra de su devoción por esta santa, al recibir rápidas y favorables respuestas a las suplicas que le hacen, por lo que sus milagros se hacen muy populares.
Para comienzos de la década de los años treinta, del siglo XIX, su fama se había extendido tanto que aparecen los primeros tratados y libros sobre Santa Filomena, que hablan sobre sus revelaciones y los numerosos signos hallados en su sepulcro, que la caracterizan como una doncella virginal, que murió martirizada. El Papa León XII, 1760-1829, la declara como gran santa, y el Papa Gregorio XVI, Papa entre los años 1831 y 1846, permite su culto en forma pública.
El culto a Santa Filomena se fue haciendo muy popular desde 1805, ya a mediados de ese siglo, era reconocida como la santa taumaturga del siglo XIX, debido a los números milagros que le concede a sus seguidores. Su festividad es el 11 de agosto, aunque no aparece, desde 1969, en el martirologio, su culto es aprobado por la iglesia católica. Su patronazgo incluye a niños, causas perdidas, enfermos, jóvenes, gente pobre, entre otros.
La iconografía de Santa Filomena se basa en los signos inscritos en su tumba, que son un ancla, un lirio o azucena, el látigo, las flechas, la palma y una corona. Aunque algunos estudios referentes a su hagiografía cuestionan la verdadera existencia de esta santa, la consideran una leyenda aún no del todo verificada, la devoción por Santa Filomena continúa expandiéndose en el universo católico. (Ver artículo sobre creencias de los católicos)
Santa Filomena Biografía
Las fuentes biográficas de Santa Filomena provienen de los diversos documentos que se imprimieron luego de descubrir, en 1802, sus restos en una catatumba ubicada en la ciudad de Roma, y de las revelaciones que dicha santa le hiciese a tres personas italianas, que vivieron durante los inicios del siglo XIX, principalmente de las revelaciones hechas a una monja, a quien le reveló, en detalle, su vida y martirio.(Ver articulo sobre la adoración de santos y mártires)
Santa Filomena era una joven muy devota de Dios y practicante del temprano cristianismo, vivió en tiempos de la terrible persecución a los devotos de Jesucristo, que efectuaba el emperador romano Cayo Aurelio Valerio Diocleciano Augusto, 244-311, conocido como Diocleciano, en el siglo IV, D.C., era hija única de unos príncipes griegos. Los padres de Santa Filomena le ofrecían homenajes a los dioses falsos, al dios júpiter.
El medico principal de los padres de Santa Filomena, quien era seguidor de Jesucristo, como inspirado por el poder del Espíritu Santo, les instó a convertirse al cristianismo sugiriéndoles aceptar a Dios mediante el sacramento sagrado del bautismo, y les prometió hacer sus oraciones en pro de conseguir que Dios le otorgase la dicha de tener descendencia. Dios, para quien nada es imposible, les concedió la gracia de tener su primogénita.(Ver artículo sobre la importancia del bautismo)
Los padres de Santa Filomena al constatar que estaban ante el prodigio de un verdadero Dios, consintieron en ser bautizados e hicieron del evangelio de Jesucristo el sustento de su fe, por lo que abandonaron los cultos paganos en los que creían. Santa Filomena, lleva ese nombre, Filomena, porque sus progenitores quisieron dejar como testimonio, que por su hija había nacido la luz de la fe en ellos, ya que Filomena significa la hija de la luz, la muy amada.
Santa Filomena fue educada en conocimiento de las enseñanzas cristianas, gracias al médico romano de nombre Publio, a quien Dios tiene en su paraíso por su fiel devoción a Jesucristo. Refiere Santa Filomena que sus padres la amaban mucho, ella era hija única, fruto de su reciente fe en Dios, y causa de la luz que iluminó su vida, al poder conocer el verdadero sendero que conlleva a la felicidad eterna, y porque gracias a ella su ceguera espiritual desapareció.
Pero sucedió que la tragedia se ensañó con aquel principado; los padres de Santa Filomena eran unos príncipes griegos, pero dependían de la ciudad imperial de Roma, para ese entonces considerada la capital del mundo. La desdicha del hogar de Santa Filomena comenzó a causa de una guerra injusta con que eran amenazados, los que los motivó a viajar a Roma, para solicitar apoyo del cruel emperador Diocleciano.
El autócrata Diocleciano, asumió su título de emperador el año 284, cargo que afianzó como consecuencia de la batalla del Margus, la cual le ganó al también emperador romano Carino, quien fue depuesto, luego de esta batalla, por el ejército imperial. Diocleciano gobernó entre el año 284 al año 311, bajo la forma de gobierno de la tetrarquía, y se asume que es en esos tiempos en que se desarrollaron los sucesos acaecidos a la joven Santa Filomena.
Los padres de Santa Filomena, de los cuales se sabe, por revelaciones de la misma santa, que eran unos príncipes griegos, pero sus nombres no fueron revelados, lo que sí reveló fueron los trágicos eventos que le sucedieron luego de que se reunieran con el déspota emperador. Diocleciano consintió en prestar la ayuda militar que el padre de Santa Filomena le requería, además el emperador le aseguró que viviría tranquilo y feliz.
Santa Filomena, criada en conocimiento del Dios único y verdadero, a la edad de 11 años se consagró a Jesucristo, haciendo el voto personal de virginidad, como Santa Isabel de la Trinidad lo haría 1500 años después, su amor por el nuevo evangelio de Jesús, sembrarían en ella su disposición a defender su fe, aún a costa de desobedecer los mandatos y costumbres de su época, tiempos en los cuales las jóvenes vírgenes eran dadas en matrimonio sin su consentimiento.
El Emperador Diocleciano le puso, como condición, de su apoyo militar, al padre de Santa Filomena, el permitirle casarse con ella, ya que durante la entrevista quedó sumamente impresionado por la joven, sobre la que no cesaba de posar su mirada. Para ese entonces, Santa Filomena, contaba con apenas trece años de edad, según no los refiere la propia santa, y como su vocación era servir a Dios, se negó a ser dada en matrimonio al emperador.
El padre de Santa Filomena que consentía en dar a su única hija en matrimonio con el viudo Diocleciano, ya que además de recibir la ayuda militar que su región requería, lo situaría también en una posición social privilegiada, puesto que su hija se convertiría en emperatriz del imperio romano. Los padres de Santa Filomena necesitaban el apoyo militar del imperio y consentían en dar en casamiento a su hija.
El grave error, de los progenitores de Santa Filomena, fue no tomar en cuenta, quizá por desconocimiento del suceso, que la anterior emperatriz fue asesinada, junto con su hija, por ser cristiana. Era, ya para esos siglos de ascenso del cristianismo, una práctica casi habitual, y que constituía una prerrogativa imperial, que los altos funcionarios romanos repudiasen a sus esposas o concubinas si estas eran practicantes del cristianismo. (Ver artículo características de los primeros cristianos)
Siendo los padres de Santa Filomena conversos a la fe en Jesucristo y por quien dejaron sus ritos paganos, resulta inverosímil que accedieran a entregar a su única hija, siendo aún una niña, tenía apenas trece años, a un gobernador tirano que promovía el exterminio de los cristianos y de los maniqueos, seguidores del Dios verdadero, y que además fue autor de la muerte de sus dos anteriores esposas, Prisca y Santa Serena, junto con sus dos hijas.
Según relatos, que en hoy en día son tomados por muchos estudiosos bíblicos como narraciones basadas en leyendas sin fundamentos, que como tal deben ser sacadas de los martirologios, promueven desterrar a la martirizada emperatriz Serena como santa, ya que consideran que tal figura legendaria no existió, y que su culto se basa en posicionar el auge del cristianismo en la corte imperial de aquellos años.
También se cree que Santa Serena y Santa Alejandra son el culto a una misma figura de santidad, surgida de la trágica muerte de la esposa del emperador Diocleciano, llamada Prisca, que tuvo que huir al ser descubierta dando su apoyo a los predicadores de Jesucristo, sería un desdoblamiento de culto algo similar a lo que sucede con Santa Eulalia de Barcelona, en España,.
Solo el desconocimiento de la muerte de las anteriores esposas, del emperador Diocleciano, justificaría su consentimiento en comprometer en matrimonio a Santa Filomena con dicho gobernante. Su padre trató de persuadirla con innumerables ruegos, muestras de amor, le señaló que lo hiciera por ellos, sus padres, por su país, por sus súbditos, se cansaron de implorarle, pero ella aferrada a su fe en Dios, se negó a sus suplicas.
Santa Filomena, relata, que sus respuestas fueron negativas a tal petición de contraer nupcias con el emperador, porque ella estaba consagrada a Jesucristo y su virginidad pertenecía a su devoción cristiana, que estaba dispuesta a defender su pureza antes que a ellos, sus padres, su patria, ante todo, y que su aspiración era el reino de los cielos. Sus padres, por sus reiteradas negativas a casarse, la llevaron ante el emperador Diocleciano.
Diocleciano trata de persuadirla a sus deseos matrimoniales, primero con halagos y promesas seductoras, lo que le resultó infructuoso, y pasa luego a amenazarla, pero Santa Filomena fiel a Jesucristo, no le hace caso a sus peticiones, por lo que el emperador se enfurece, cual demonio, y manda a que sea encadena y encarcelada. Santa Filomena revela que cuando estuvo encerrada y atada a rudas cadenas, por alimento solo le proporcionaban pan y agua.
Ella ya presentía que aquella prisión era el preámbulo de peores situaciones, porque estando encarcelada su virginidad se vio seriamente amenazada, pero, que gracias a Dios, no pudieron hacerle daño a su integridad. Santa Filomena buscó consuelo en la oración y elevó sus plegarias a la Virgen María, a Jesús y a Dios, y a las cinco semanas de estar en prisión, se la apareció la Santísima Virgen María, anunciándole que sus suplicios durarían otros cuarenta días.
Nos relata Santa Filomena que la Virgen María cuando se le manifestó, en resplandeciente luz celestial, le dijo que vendrían tormentosos momentos, peores que los que ya había soportado, pero que era un combate que no la debía desanimar, porque ella había sido escogida como su hija predilecta, y que en esos acontecimientos por venir el Arcángel San Gabriel estaría a su lado, para socorrerla con su gran fuerza, porque él es el ángel de ambas.
La Santísima Virgen le recordó a Santa Filomena que su nombre significa luz, como es su hijo, Jesucristo, que al igual que ella, la Santa Virgen, son como el sol y la luna llena que siempre resplandecen en medio de la oscuridad, cuando la visión de la Santa Virgen desapareció la celda donde estaba recluida se inundó de un celestial olor, y ella Santa Filomena, recobró el valor aunque presentía que su futuro inmediato no sería nada agradable.
El emperador Diocleciano se cansó de tratar de convencerla de contraer matrimonio con él, con lo que se comenzó a verificar lo que le había anunciado la Santa Virgen María los días anteriores, su combate consistiría en resistir, con su fe, al martirio al que sería sometida públicamente, por el terrible emperador romano, por negarse a cumplir sus infames deseos.
Diocleciano le advirtió que ella, Santa Filomena, sería castigada con los mismos sufrimientos a que fue sometido Jesucristo, y procedió a mandarla azotar despojándola de sus prendas de vestir, ante los cortesanos del palacio real y atada a una columna, luego cuando se curó, fue llevada al río Tíber y atada a un ancla se le intentó ahogar, pero por un milagro, de los ángeles, la soga del áncora se rompió siendo salvada.
Otro de los martirios que tuvo que padecer fue cuando la hicieron arrastrar por las calles de Roma en medio de un centenar de flechas, casi moribunda es traslada de nueva a su celda, donde por gracia de la Divina Providencia, y al Arcángel Gabriel, amanece curada, pero Diocleciano seguía ciego a los prodigios de Dios, milagros que eran observados por los demás ciudadanos romanos y por lo cual en muchos de ellos se iluminó su corazón, al poner su mente en el Dios verdadero.
Gran cantidad de personas que presenciaban aquellos bárbaros actos, que muchos repudiaban, se empezaron convertir en cristianos, luz de Dios que alumbra los corazones, y quienes, unos años después, impondrían, al catolicismo como religión oficial de aquel decadente imperio, por ser un Dios vivo que ejecuta grandes proezas en su fieles, sin embargo el cruel emperador seguía ciego a los milagros de Dios, hechos en la persona de Santa Filomena.
Como no veía forma de matar a Santa Filomena, y que aún esta joven, no se sometía a sus insanas peticiones, sino que con cada suplicio su fe se hacía más grande, y además, por sus curaciones, creyó que ella era una maga, por lo que dispuso que muriese por medio de dardos calientes, que sus flecheros disiparían en contra de ella, pero una vez más su intento de asesinato falla, al dar las flechas candentes en dirección contraria y matar a unos seis flecheros.
La multitud que presenció esas atrocidades contra una joven cristiana, comenzó a aclamar públicamente al Dios, en que aquella doncella había puesto su fe, y a quien los ángeles protegían curando las heridas de su martirio, el emperador Diocleciano, aun ciego ante Dios, o quizá ya poseído por Satanás, quien era contra quien realmente combatía Santa Filomena, y en previsión de que el pueblo se la alzase, mandó a que la decapitaran.
Era un día viernes, mismo día y misma hora, en que se ejecutó la orden dada por el tenebroso tirano, el emperador Diocleciano, para que Santa Filomena fuese ejecutada cortándole la cabeza, porque ella insistía en negarse a sus pretensiones matrimoniales, y en aras de calmar los inminentes desordenes públicos, por el apoyo que estaba recibiendo la doctrina cristiana, en virtud de los prodigios efectuados en Santa Filomena.
Santa Filomena nos refiere que su alma llegó al cielo eterno, al lado de su Esposo celestial, Jesucristo, que al ganar aquel sangriento combate, contra la impiedad humana y la influencia satánica, recibió la palma del martirio y está feliz ante la Divina presencia de Dios, entre los escogidos para vivir la eternidad.Su corta vida fue un testimonio del gran poder de Dios ante las atrocidades del ser humano, ante las maldades que el demonio inspira.
Santa Filomena es el fiel reflejo del gran poder del Espíritu Santo, que obra en nosotros si amamos verdaderamente a Dios y ponemos nuestra fe en él antes que todas las cosas y personas de este transitorio mundo, es el ejemplo de cómo la Santísima Virgen es un presencia viva, que nos socorre en las más duras pruebas, de cómo Jesucristo y sus ángeles obran milagros en las personas, es una muestra del socorro que nos provee la Divina Providencia. (Ver artículo sobre oración a los ángeles)
Historia de Santa Filomena y sus milagros
La devoción que se tiene por Santa Filomena comienza a inicios del siglo IV, D.C., cuando el imperio romano extendía su soberanía en gran parte de Europa y era un gobierno, que por sus prácticas paganas, perseguía y martirizaba a los primeros cristianos. Santa Filomena sufrió el cruel martirio en defensa de fe en Dios, y en tales eventos ocurrieron prodigios, dados por la Divina Providencia, que afianzaron la luz de Jesucristo en quienes los presenciaron.
Luego de su sanguinario asesinato, sus restos fueron llevados al cementerio romano, hoy en día convertido en una antigüedad, donde se siguen descubriendo lo quedó de los primeros mártires del cristianismo. 1500 años, aproximadamente, después, en 1802, es descubierto su sepulcro, el cual contenía, además de su despojos, inscripciones de frases, signos, objetos y dibujos que indicaban que su tumba pertenecía a una muy joven mártir.
En 1805 sus sagradas reliquias llegan a la región napolitana de Mugnano, y son depositadas en la iglesia de esa parroquia. Una monja, madre superiora, obtiene una imagen de Santa Filomena, y le reza para que interceda por ella y le sane de sus quebrantos, la monja al verse sanada comienza a tener cada día más interés en aquella santa, y le reza para saber sobre su historia, un buen día la monja cae en trance y recibe las revelaciones que solicitaba.
La monja, madre superiora de aquella localidad italiana, y virgen consagrada al servicio de Jesucristo, mediante las manifestaciones, que posiblemente se sucedieron entre 1805 y 1825, años anteriores en que aparecieron las primeras impresiones sobre la historia de Santa Filomena, y que la hacían entrar en trances místicos, le informaron sobre el origen, la corta vida y el cómo y el por qué fue martirizada a tan temprana edad.
Estas revelaciones fueron igualmente dadas, por Santa Filomena, a otras dos personas, un humilde artesano y a un sacerdote jesuita, y luego fueron contrastadas, hallándose que las tres concordaban en sus detalles, sin embargo las descripciones otorgadas a la superiora eran más extensas, por lo que se tomaron como la verdadera historia de esta joven del siglo III, y como los tres relatos concuerdan entre si, se toma como cierta su existencia.
Santa Filomena es una figura religiosa del catolicismo, considerada como una leyenda, porque su presencia proviene de las inscripciones plasmadas en su sepulcro y de las revelaciones que dió a tres personas distintas, que están sujetas a juicios de subjetividad, y posterior verificación hagiográfica, por tales motivos fue retirada, en 1969, del martirologio, sin embargo su culto es autorizado por la iglesia.
La historia y milagros de Santa Filomena, en concordancia con las revelaciones a la monja superiora del siglo XIX, y los elementos hallados en su tumba nos relatan que nació a finales del siglo III o principios del siglo IV, D.C., en tiempos del emperador Diocleciano. Sus padres eran unos nobles, unos príncipes griegos, que impedidos de concebir hijos se convirtieron al cristianismo a instancias del médico principal de su palacio.
Este médico les prometió que rezaría porque ellos, tuvieran un hijo. Al sucederse el milagroso embarazo, estos se convencieron del gran poder de Dios sobre sus seguidores y consintieron en ser bautizados como cristianos, abandonado sus cultos paganos que predominaba en aquellos tiempos, y en honor a su nueva fe, le colocaron a su hija Filomena, que alude a ser hija de la luz, iluminación que disipó las sombras del paganismo en ellos.
A los trece años acompañó a sus padres ante una audiencia que les fue concedida por el emperador Diocleciano, a la que iban en procura de solicitar la ayuda del ejército imperial, debido a que su principado, estaba bajo amenaza de guerra, en la entrevista, el emperador posó su mirada en la joven Santa Filomena, y le prometió al padre de esta, todo su apoyo militar, pero le puso como condición ineludible, que su hija contrajera nupcias con él.
Los padres de Santa Filomena accedieron a la petición del rey, sin embargo no tomaron en cuenta que, dos años antes Santa Filomena, había hecho los votos de virginidad en concordancia a su creciente amor hacia Jesucristo, en virtud de la educación cristiana recibida desde su nacimiento, y que estaba volcada a practicar el cristianismo ayudando a las personas pobres, por esos motivos, y ya fuera del palacio imperial, se negó a ser dada en casamiento.
Su padre trató de convencerla, de diversas formas, que incluyeron severas amenazas, peticiones de que lo hiciera por salvar a su patria, a sus vasallos y a sus progenitores, su madre intervino tratando de convencerle de igual modo, pero sus intentos fueron vanos, ya que Santa Filomena les dijo que su virginidad y su alma le pertenecían a Jesucristo, por voluntad propia, y que prefería el santo cielo antes que todo y todos.
Su padre ante la negativa de Santa Filomena de casarse con el monarca, la condujo al palacio imperial, Diocleciano trató de que accediera a sus peticiones, la trató de convencer seduciéndola con halagos y regalos, pero la joven doncella seguía negándose a tal boda, por lo que el emperador enfureció, ya que él se consideraba igual al dios júpiter, deidad superior de sus creencias, y no consentía que lo despreciaran, y entonces optó por encarcelarla.
Antes de ser encerrada Santa Filomena fue sometida a fuertes latigazos, desnuda y atada a una columna de la corte real, enfrente de los cortesanos. En su celda se entregó a las oraciones. Luego se le manifestó la Santísima Virgen María, sanando sus heridas y diciéndole que su cautiverio duraría otros 40 días, luego de los cuales libraría un duro combate, pero que el Espíritu Santo, ella y San Gabriel Arcángel, estarían de su lado.
Diocleciano, que era un cruel perseguidor de los cristianos, ante la reiterada negativa de Santa Filomena de contraer matrimonio con él, decide someterla al suplicio del martirio, porque estaba convencido de la devoción que la joven cautiva tenia por Jesucristo. Es llevada arrastrada por las calles de Roma mientras le disparaban flechas, moribunda, es llevada de nuevo a su calabozo, y pero San Gabriel Arcángel y otros ángeles sanan su heridas.
Posteriormente, viéndola curada, se dispuso dar fin a su vida disparándole flechas con dardos calientes, sin embargo estas saetas no lograron dar en su humanidad, sino que se devolvieron hacia los flecheros matando a seis de ellos. Es trasladada a las orillas del rio Tíber, donde es atada a una áncora y lanzada a las aguas, pero los ángeles, comandados por San Gabriel Arcángel, rompen la soga que sostenía el ancla a la cual estaba atada Santa Filomena.
El emperador Diocleciano al ver que no había forma de liquidar a Santa Filomena, y temiendo que el pueblo la reconociera a ella como ejemplo del poder de Dios, ordena que sea decapitada, orden que se ejecutó un día viernes 10 de agosto, a las tres de la tarde, igual hora en murió Jesucristo en la cruz. En sus revelaciones Santa Filomena refiere que habita en el cielo celestial junto a los escogidos por Dios.(Ver artículo sobre de qué murió Jesucristo)
Los milagros atribuidos a Santa Filomena comienza con su milagroso nacimiento, su devoción hacia Jesucristo, los prodigios que obtuvo de la Virgen María, Jesucristo, el Espíritu Santo y el Arcángel San Gabriel, durante su encarcelamiento y martirio, y la conversión al cristianismo, que produjo su inquebrantable fe en Dios, en las gentes que presenciaron los actos atroces que le infligieron Diocleciano y sus soldados romanos. (Ver artículo sobre quién es el Espíritu Santo para los cristianos)
Desde principios del siglo XIX sus manifestaciones milagrosas se han extendido desde Nápoles por toda Europa, llegando, mayormente, a los continentes americanos y asiáticos, donde Santa Filomena es considerada la santa taumaturga del siglo XIX, por los diversos milagros que les confiere a quienes les rezan devotamente. (Ver artículo sobre que son los milagros de Jesucristo)
Sus milagros consisten en sanar heridas, librar a las personas de situaciones difíciles, cuidar de niño y jóvenes, fortalecer la fe, dar aliento a quienes están desesperados, alejar enfermedades, procurar la concepción de bebés. Su llegada al pueblo de Mugnano, Italia, fue acompañada de una copiosa lluvia, que acabó con casi un año de sequía que amenazaba con una hambruna a aquella villa, por falta de cosechas.
El aceite de la lámpara donde se sitúa su figura es considerado milagroso, ya que desde que fue traslada al pueblo de Mugnano en 1805, ese aceite ha curado todo tipo de enfermedades, incluso en sus primeros años empezó a ser muy solicitado, porque habían testimonios que indicaban que era capaz de curar hasta la ceguera, y otros males que se consideran incurables.
Santa Filomena virgen y mártir
El culto a esta santa tiene sus orígenes en una tumba descubierta en el antiguo cementerio de Roma, ubicado en la Vía Salaria, en Prisca. Dicho sepulcro, desenterrado en 1802, contenía los restos de una joven, y tenía unas inscripciones simbólicas, que aludían a que esa cripta era el de una mártir de los primeros años del cristianismo. Esos grabados fueron posteriormente objeto de estudios por un sacerdote jesuita experto en historia bíblica.(Ver artículo sobre cómo murieron los primeros cristianos)
Los signos eran unas flechas en las que un par de ellas estaban giradas en dirección contraria a su blanco, un ancla, y un látigo, instrumentos, entre otros, con los que, eran martirizados los seguidores de Jesucristo en los primeros siglos, adicional mente fueron hallados los dibujos de una azucena, una palma, que representan la pureza virginal de las doncellas, y se halló en la lápida el nombre de esta mártir, decía -filomena la paz sea contigo: así sea-.
Otro elemento que fue descubierto en la tumba de Santa Filomena era un una vasija, elaborada en vidrio, que contenía restos de sangre, y eso era un indicio histórico de que ese cadáver pertenecía al algún mártir, porque era una práctica, que durante la ejecución de un cristiano, se recogiese su sangre en recuerdo de la sangre derramada por Jesucristo en la cruz, cuando analizaron sus huesos se determinó que eran los de una niña de unos trece años.
Las reliquias mortuorias de santa filomena mártir fueron llevadas, en 1805, a un pueblo cercano a la ciudad de Nápoles, Italia, llamado Mugnano, donde permanecieron un tiempo sin ser conocida su historia. Su identidad y el relato de su vida le fueron reveladas en visiones a tres personas, de sobrada solvencia moral, a los que Santa Filomena se les manifestó para dar a conocer al mundo quien fue, y cómo ocurrieron los hechos de su muerte.
Esos tres relatos dados a un sacerdote, un artesano y una monja, coincidían en muchos detalles, a pesar que vivían en lugares distantes entre sí, aunque en la misma época. Las revelaciones que más arrojaron luz sobre la vida de Santa Filomena, fueron las que describió la monja, quien para ese tiempo era una madre superiora, de unos 34 años, consagrada en alma y virginidad al servicio de Dios, y quien recibió unos de los primeros milagros de esta santa.
La monja había adquirido una sencilla imagen de Santa Filomena en la iglesia parroquial donde reposan sus restos, cuenta ella, que luego de rezarle, la santa se le manifestó, la primera vez, haciéndola caer en trance y curando sus males, después las manifestaciones volvieron, fue cuando comenzó a recibir las revelaciones con los detalles de la vida y martirio de Santa Filomena, santa que comenzó a ser objeto de culto por los visitantes de la iglesia local.
Santa Filomena en sus revelaciones narra que era hija de unos príncipes griegos que vivieron en tiempos del emperador Diocleciano, que ella era una ferviente seguidora de Jesucristo, a quien a la edad de 11 años consagró su vida y su virginidad, pero que sus padres, buscando ayuda militar del imperio romano, tuvieron que trasladarse, junto con ella, hasta Roma a una audiencia con el monarca.
En la entrevista con Diocleciano, este puso su interés en ella, que en ese momento contaba con trece años, pero como era viudo, la solicito en calidad de casamiento, a cambio del apoyo del ejército imperial, que su padre le solicitaba. Santa Filomena nos refiere que ella se negó a los requerimientos del emperador y así se lo comunicó a sus padres, estos trataron de convencerla, pero al no poderla persuadir fue llevada ante Diocleciano.
Santa Filomena siguió rechazando las pretensiones nupciales del rey, este al verse rechazado la encerró, y como era un cruel perseguidor y asesino de cristianos, la condenó a sufrir el suplicio del martirio. Durante su encierro la Santa Virgen María se le apareció consolándola y haciéndole saber que durante aquellos momentos ella y el Arcángel San Gabriel estarían dispuestos a ayudarla, porque había sido escogida como hija predilecta suya.
Durante su martirio, que consistió en ser azotada desnuda, lanzada a las aguas del Tíber y llevada a arrastras por las calles de Roma, los ángeles del cielo, comandados por San Gabriel Arcángel, la protegieron curando sus heridas, rápidamente, e impidieron que muriera ahogada en el rio, rompiendo la soga que estaba atada al áncora, con que los soldados romanos querían asesinarla, tales prodigios fueron vistos por el pueblo y alabaron a Dios.
El emperador al ver que no podía acabar con la vida de Santa Filomena, decide decapitarla, ya que el pueblo estaba viendo que era sanada y salvada, por un Dios que verdaderamente protege a sus fieles seguidores. Su decapitación ocurrió un 10 de agosto a las tres de la tarde. Santa Filomena nos revela que esa es su historia, de cómo se convirtió en una joven y virginal mártir a la edad de trece años.
Santa Filomena patrona de
Santa Filomena es patrona de las mujeres estériles, de los bebés, del Rosario Viviente, de los jóvenes estudiantes, de los adolescentes, su patronato abarca también a las causas difíciles, desesperadas, consideradas imposibles o perdidas, además puede ser considerada patrona de las jóvenes vírgenes, de las mujeres consagradas en virginidad y alma a Jesucristo, de las niñas adolescentes injustamente encerradas y de quienes defienden su fe en Dios.
Su festividad se celebra cada 11 de agosto, y es considerado un culto de creciente devoción popular, iniciado a principios del siglo XIX, en Italia, en la ciudad de Mugnano, y desde donde ha ido expandiéndose su veneración al resto de los pueblos del mundo, ya que es considerada la santa milagrosa, que fue mártir en defensa de amor a Jesucristo, a Dios y a la Virgen María, de la cual es una de sus hijas predilectas.
Frases de Santa Filomena
Debido a que Santa Filomena es aún un personaje legendario, que se presume vivió durante principios del siglo IV, y que de ella no hay manuscritos que avalen su existencia, es casi imposible atribuirle frases, verificables, pronunciadas por ella, sin embargo, como, para el poder omnipotente de Dios, (ver artículo sobre Dios), nada es imposible en el universo, sus frases nos llegan por medio de las revelaciones milagrosas hechas a un sacerdote, a un artesano y a un monja, todos nacidos en la Italia del siglo XIX.
De las revelaciones hechas al artesano no se pueden extraer frases, ya que su relato gira en torno a la furia del emperador Diocleciano al verse rechazado por Santa Filomena, del sacerdote, que ayudó a descifrar los signos de su sepulcro, y a quien esta santa se le presento un día que iba divagando, por un campo solitario, sobre ella podemos extraer la siguiente frase; –Hay tanto por saber de mí que el mundo no saldrá de su asombró-, que sugiere lo milagrosa que es.
De la monja y madre superiora nos llegan las más detalladas revelaciones que Santa Filomena ha realizado, de esos relatos surgen las frases siguientes, que nos alientan a seguir los senderos que nos señalan las historias sobre los primeros cristianos, los Hechos de los Apóstoles, los cuatros evangelista, en especial San Lucas, y todos los que trabajan de fe y acción por la doctrina cristiana, católica;
- -Los bienes eternos del cielo son incompresibles al entendimiento humano.-, -El amor a una persona no es justificación para faltarle a Jesucristo.-,-Consagrarse a Dios, en alma y virginidad, pone el amor a Jesucristo sobre todas las cosas y personas.-,-Nuestro Reino debe ser el Cielo-,- Dios nos provee un lugar en el cielo, distinguido con su Divina presencia.-.
Santa Filomena santoral
La celebración litúrgica de Santa Filomena se realiza el día 11 de agosto, a pesar que en sus revelaciones esta santa menciona al día 10 de agosto, la fecha en fue asesinada, por decapitación, durante su martirio a manos del tirano Diocleciano. Otras fechas de su santoral son el 10 de enero, que se celebra su posible nacimiento, su patronazgo se festeja el domingo posterior al 10 de enero, el día 10 de agosto se conmemora el traslado de sus restos.
Otras fechas pertinentes a su santoral son el 13 de agosto que se glorifica su nombre, también el 2º domingo de agosto se le hacen homenajes solemnes, el 25 de mayo se rememora el descubrimiento de su tumba, y el 29 de septiembre se festeja su llegada al pueblo napolitano de Mugnano, donde su primer milagro, a su llegada, consistió en hacer llover en aquella región azotada por una larga sequía.
Fiesta de Santa Filomena
La festividad que se corresponde con la fiesta de Santa Filomena, ya es tradición festejarla cada 11 de agosto, en recuerdo a la víspera del triunfo de su fe, a pesar del terrible martirio a que fue sometida en ya lejano siglo IV., y lo largo del año se hacen festejos en su honor que se corresponden con las fechas claves de su historia, se actos recordando su nacimiento, descubrimiento de su cripta, sus revelaciones, días de su milagros.
La fiesta de Santa Filomena también se corresponden con la fecha del 30 de enero cuando el Papa Gregorio la declara santa merecedora de culto público. Aunque fue retirada en 1969 del martirologio, los cientos de devotos con que cuenta esta santa hacen que su culto crezca con los años. Es también conocida como la santa taumaturga, por los favores que concede a quienes les rezan con fe, lo que propicia que sus fiestas estén cada vez más presentes.
Santa Filomena para que sirve
La vida, aunque breve, de Santa Filomena nos sirve como ejemplo, de que la fe en Dios esta primero que todo lo que hay en este mundo, es decir, que el cumplimiento del primer mandamiento, amar a Dios ante todo, es una promesa, en la que Dios nos reserva la vida eterna en el cielo, cuando no le negamos y seguimos los dictados de la sagrada escritura bíblica, Santa Filomena, gracias a su fe, ganó un lugar privilegiado en el cielo celestial.(Ver artículo sobre promesas de Dios)
¿Santa Filomena para qué sirve?, como respuesta podremos decir que, además del ejemplo que nos dio sobre el triunfo de la fe sobre la maldad, nos sirve de consuelo cuando estamos enfrentado situaciones difíciles, desesperadas, o que consideremos injustas, nos sirve, mediante sus milagros, lograr la sanación de nuestras enfermedades, y por su intercesión ante Dios, la Virgen María y Jesucristo podremos lograr el perdón de nuestras faltas.
Milagros de Santa Filomena
El nacimiento de Santa Filomena tiene su origen en un milagro que se les concedió a sus padres, ya que la madre de Santa Filomena se consideraba estéril, igual que Santa Isabel, y constantemente hacia ritos paganos en procura de tener un descendiente que heredará su principado, el médico principal de la casa les prometió que oraría ante el Dios verdadero, para que sus preocupaciones, por tener descendencia, desaparecieran.
Obrado el milagro, de acabar con la infertilidad, los padres de Santa Filomena se convirtieron al cristianismo desterrando de su casa las prácticas paganas, y educaron a su única hija en el conocimiento, aunque restringido, porque el cristianismo era prohibido en esa época, de las sagradas escrituras. Con esa educación cristiana Santa Filomena creció y por defender su fe fue martirizada a la temprana edad de trece años.
Los milagros conocidos de Santa Filomena abarcan todos los males que aquejan al ser humano, en ello reside la maravilla de esta santa; cura todos los males, por ello es conocida, desde el siglo XIX, como la santa taumaturga, la milagrosa, y es llamada Santa Filomena de Roma, en recuerdo a los prodigios que le hicieron los ángeles, cuando fue martirizada en la capital romana.
Se han reportado, desde principios de siglo 19, que sus milagros, han sido; sanar la ceguera, los males intestinales, las fiebres, los quebrantos graves, que el aceite, que recogido cerca de su altar en la iglesia de Mugnano, Italia, cura hasta el cáncer. A su llegada a la entonces villa de Mugnano, Santa Filomena, propicio una lluvia que acabó con la sequía de aquel año de 1805, cuando ella arribó al pueblo, en septiembre de dicho año.
Otro milagro, también distinto de sanar enfermedades, sucedió, por medio de Santa Filomena, cuando accidentalmente se rompió el mármol con el que se estaba revistiendo su urna, y el arquitecto, hombre profesional en su oficio, no conseguía reparar dicha rotura, pero aconteció, según testigos, que la mano de la santa se vio guiando a la del arquitecto, cuando estaba reparando la losa de mármol, logrando que esta recobrará toda su integridad, antes visiblemente rota.
Oración a Santa Filomena
¡Oh!, gloriosísima, Virgen Santa María, madre eterna de tus fieles devotos, intercede por mí, en procura del perdón de mis pecados, ante Dios nuestro universal Señor, escucha mis oraciones, que te ofrendo, con tanta humildad, en las que te pido, con fe, ser sanado de esta grave enfermedad,________, que azota a mí ya cansada humanidad, y te suplico, igualmente lleno de humildad, Santa Virgen otórgame la bendición de sanación. Amén.
¡Oh!, Santísima Virgen Santa María, te ruego, que permitas que Santa Filomena, tu hija predilecta, intervenga en mí, con el poder del Espíritu Santo, para que me cure de este terrible mal,_______, que es un quebranto que no me deja vivir, Santa Filomena, milagrosa, ayúdame, te imploro, a dejar de sufrir de esta dolorosa enfermedad,________, obra en mí tu poderosa bondad, para que cese del todo este mal, con fe, gracias te doy. Amén.
Santa Filomena iglesia
Las reliquias de Santa Filomena fueron llevadas desde su tumba original, descubiertas en 1802, en el antiguo cementerio romano, de Roma, hasta la ciudad de Nápoles, donde el sacerdote de nombre Francisco de Lucía, la resguardó, en una librería, hasta poder llevarlas a su pueblo Mugnano, situado en la periferia de Nápoles. En septiembre del año de 1805, los restos de Santa Filomena de Roma, llegan al entonces pueblo de Mugnano.
El sacerdote Francisco de Lucía, llevó las reliquias de Santa Filomena bajo autorización de las autoridades eclesiásticas de Roma, permiso que le concedieron porque en ese entonces la joven santa era totalmente desconocida, y fue él quien ayudó a descifrar los signos impresos en la lápida que indicaban que dicha cripta pertenecía a una mártir cristiana de los primeros años del cristianismo.
Los restos fueron cuidadosamente colocados en unas cinco cajas y llevados a la iglesia del pueblo de Mugnano, Italia, a donde arribaron en septiembre del año de 1805, donde reposan desde esa fecha y es el sitio que más ha expandido su devoción alrededor del mundo. Hoy en día Mugnano del Cardinale es toda una ciudad, perteneciente al Distrito de Avellino, y lo que antes era una iglesia, se le conoce actualmente como el Santuario de Santa Filomena.
Oración milagrosa a Santa Filomena
Santa Filomena es una santa de gran eficacia que ha logrado sanar diversas enfermedades, si le rezamos con mucha fe, en esta oración poderosa a santa filomena, de seguro obtendremos el favor que encarecidamente le solicitemos a esta santa, cuyo culto ha estado creciendo constantemente desde el siglo XIX. ( Ver artículo sobre qué es orar)
Dios, Señor único y verdadero del universo, te ruego, con gran sentido de humildad, que obres en mí, tu poder milagroso, para que todos mis males sanen, y en especial esta enfermedad, ________, de la cual no logro remediarme, Señor omnipotente, permite que tu amada hija, Santa Filomena, le lleguen mis ruegos, porque es santa de mi devoción, y ante quien también acudo en procura de una pronta sanación, Dios Altísimo, gracias. Amén.
Santa Filomena, ante tu sagrada y milagrosa presencia te ruego, que me ayudes a salir de esta mortal situación, obra en mí tu fuerza prodigiosa, para que con ayuda de San Gabriel Arcángel, se alejen todos mis males, y que este padecimiento._______, huya de mi cuerpo, igual te imploró, intercede en mi favor, para Dios me perdone mis faltas de pecador, y te prometo seguir la senda de iluminación que Jesucristo, con su evangelio nos señaló. Amén.
Oración diaria a Santa Filomena
¡Oh!, Santa Filomena, excelsa santa, que supiste defender tu fe, a ti acudo, lleno de humildad, para pedirte, como todo mi amor, que me alejes hoy, y todos estos días, de las malas situaciones en la que injustamente pudiese caer, ayúdame con tu milagroso poder, a librarme de mis enemistades, excelentísima Santa, ahuyenta de mi lado toda desesperanza, y que cada día renazca en mi la fe, por Dios, Jesucristo y la Virgen María, gracias. Amén.
Santa Filomena, joven doncella, que lograste, a fuerza de inquebrantable fe, un lugar privilegiado en los celestiales cielos, dame fuerzas para lograr, por medio de tus poderosos prodigios, las metas que emprendo todos los días, socórreme cuando más lo necesito, Santa Filomena, te lo suplico, e intercede por mi humanidad, ante la gran bondad de nuestro Redentor Jesucristo, para que bendiga mis días, y perdone a este pecador, gracias te doy. Amén
Novena a Santa Filomena
Santa Filomena es una santa que desde el siglo XIX, ha obrado numerosos milagros, a ella dirigimos nuestros rezos, oramos el rosario de santa filomena, y a ella acudimos en busca de consuelo o ayuda milagrosa para sanar nuestros males, es muy efectiva en curar enfermedades; por ello, una Novena, que es una completa solemnidad , se considera efectiva para lograr su intervención en procura de tener paz y solución a nuestros males.
Canto a Santa Filomena
Santa Filomena es una de las santas que más adeptos reúne alrededor del mundo, ante su gran poder milagroso acudimos, porque sabemos de los muchos milagros que es capaz realizar, su solo poder consolador nos mueve a dedicarle nuestras oraciones, en procura de paz a nuestras preocupaciones, en busca de alivio a nuestra dolencia, por ello es destacable dedicarle un rosario a santa filomena o un canto, como el siguiente vídeo.
Iglesia Santa Filomena patronato
El patronato del Santuario Iglesia de Santa Filomena, tiene jurisdicción eclesiástica sobre el pueblo de Mugnano, sobre el Rosario Viviente y sobre la fundación de los Protectores de los niños de María, sobre la Archicofradía de Santa Filomena, la Confraternidad de Santa Filomena, instituciones que promueven la vida y obras milagrosas de Santa Filomena en su localidades y alrededor del mundo.
En ella están depositados los restos de Santa Filomena desde 1805, y es el centro religioso que más ha difundido el culto a esta santa. También se han construido otras iglesias bajo el patronato de Santa Filomena, como la iglesia santa filomena Santiago, en Chile, la Catedral de Santa Filomena en Mysore, India, y en México el Templo a San Pío X, donde hay una capilla dedicada a Santa Filomena.
Iglesia de Santa Filomena en Monterrey
La iglesia de Santa Filomena de la ciudad de Monterrey, México, es una sencilla y hermosa iglesia consagrada a esta santa, es representativa de la de promoción de Santa Filomena en México, aunque sus actividades son locales, como misas, oraciones y fiestas patronales en homenaje a Santa Filomena, tiene la peculiaridad de tener, sin indicar fecha, modo o lugar de adquisición, de partes muy pequeñas de las reliquias de Santa Filomena.
Estos restos que posee consisten en un mechón de pelo y un trozo de tela de la ropa de Santa Filomena, que han ayudado a afianzar la devoción por la santa milagrosa, y están expuestos en un recipiente especial, visible, a todos los visitantes, a los que le ha concedidos muchos milagros.
Templo de Santa Filomena en Guadalajara
El Templo del Papa Pío X, ubicado en Guadalajara, Morelos, México, es un templo de estilo Bizantino, está ubicado cerca de la estación Nº11 del tren ligero de Guadalajara, llamada, Estación de Santa Filomena.
En el Templo de San Pío X, hay una capilla consagrada a Santa Filomena, que se ha hecho muy popular, ya que es frecuentemente visitada por los devotos de esta ciudad y otras localidades aledañas, lo que ha devino en nombrar al Templo de San Pío X, como Templo de Santa Filomena.
Excelente relato de la Historia de Santa Filomena. Que Dios y Ella Continuen Colmando de Bendiciones a Todos sus Devotos, especialmente las Bendiciones de la FE, la Entrega y la Confianza en El Padre Eterno y la seguridad de que primero el sacrificio hasta la muerte, antes que renuncioar a NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO.